Las computadoras serán las estrellas de las elecciones municipales en Brasil este jueves, las primeras de votación electrónica masiva. Pero también se destacan el salto en participación femenina y la actitud pragmática del electorado.
De los cien millones de electores brasileños, cerca de 32 millones votarán directamente en computadoras. La innovación, aplicada en capitales de estados y municipios con más de 200.000 electores, reducirá a pocas horas el escrutinio, que anteriormente se prolongaba por varios días.
También se confia que el sistema eliminará los fraudes usuales en los escrutinios. Pero se teme que provoque mayor dificultad y errores en la votación, especialmente entre los más pobres, sin familiaridad con la informática, y esto influya en los resultados.
Los partidos pequeños tienden a perder votos, según expertos. El sistema tampoco favorece a los candidatos con mayor apoyo entre la población pobre, menos informada.
Los electores votarán sólo en números. Son dos dígitos para los candidatos a alcaldes, los mismos que identifican a cada partido, y cinco para los ediles.
Una encuesta hecha la semana pasada por el diario Folha de Sao Paulo reveló que 24 por ciento del electorado de la mayor ciudad brasileña desconocía el número de su candidato preferido a la alcaldía y otro seis por ciento se equivocó, indicando que 30 por ciento no podría votar correctamente en la computadora.
Es de imaginar que muchos más dejarán de votar a los ediles, identificados por cinco dígitos. La justicia electoral, los candidatos y partidos están recomendando que todos lleven un papel con los números al local de votación.
Hay "un riesgo calculado", admitió el presidente del Tribunal Superior Electoral, Marco Aurelio de Mello, principal responsable de estas elecciones.
Con el anuncio previo de la informatización, postergarla provocaria "una frustración mayor de la sociedad", justificó de Mello en entrevista a Folha de Sao Paulo.
Representantes de 13 países latinoamericanos acompanarán la experiencia, que contará con más de 77.000 "urnas electrónicas" que costaron cerca de mil dólares cada una. Se trata de computadoras 386 que serán utilizadas durante unos 10 años, calcula de Mello.
Otra novedad en esos comicios es la aplicación, por primera vez, de la cuota de candidaturas destinada a las mujeres. Todos los partidos son obligados a presentar un mínimo de 20 por ciento de candidatas a los Concejos.
Con eso, cerca de 70.000 mujeres disputan asientos en el poder legislativo de los 5.500 municipios brasileños, donde la participación femenina, hasta ahora, es limitada a 3,5 por ciento, según la autora de la ley, la diputada Marta Suplicy, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
En las alcaldías el desequilibrio es aún mayor. Sólo uno por ciento es ocupada por mujeres, lamentó la diputada.
Ese panorama tiende a modificarse, aunque las dirigentes del movimiento "Mujeres sin Miedo del Poder" no esperen que se elijan 20 por ciento de ediles mujeres.
Los partidos nombraron a candidatas desconocidas, las denominadas "naranjas", sólo para cumplir la cuota, y no destinan a las mujeres los mismos recursos concedidos a los hombres, se quejaron.
De todas formas, las encuestas apuntan fuertes posibilidades de que mujeres conquisten una cantidad sin precedentes de importantes alcaldias. Hay favoritas en tres de las 26 capitales de estados, una en el sur y dos en el noreste, regiones conocidas por su machismo.
Además, podrán lograr el segundo lugar y disputar la segunda vuelta en las capitales varias mujeres, como es el caso de Luiza Erundina, también del PT, en Sao Paulo.
Otra marca ya prevista de estas elecciones es la generalizada opción de los electores por resultados prácticos, descartando preferencias partidarias o doctrinarias.
Los alcaldes, considerados buenos administradores, están logrando convertir en fenómenos electorales a desconocidos que escogieron para sucederlos.
En Sao Paulo, el alcalde Paulo Maluf, un veterano líder de la derecha, impuso como favorito absoluto a Celso Pitta, un economista negro, a una población con fuertes manifestaciones de racismo.
En Río de Janeiro, un proceso similar favorece al arquitecto Luiz Paulo Conde, indicado por el alcalde Cesar Maia como el principal responsable de la reforma urbana ejecutada desde el año pasado.
En Porto Alegre y Curitiba, capitales estaduales del sur, son los partidos de izquierda los que amenazan con eternizarse en el poder municipal, gracias a sus gestiones participativas y creativas, comprobando que, en la búsqueda de resultados, los electores brasileos ya no miran el color ideológico. (FIN/IPS/mo/ag/ip/96