Preocupados que la liberación del comercio mundial afecte el abastecimiento de víveres, sobre todo de arroz, parlamentarios asiáticos aprobaron una fuerte declaración para que sea discutida en la Cumbre Internacional de Alimentación que se realizará en noviembre en Roma.
El Foro Asiático de Parlamentarios sobre Población y Desarrollo (AFPPD), que estuvo reunido en Canberra, dijo que el libre comercio afectará especialmente a los asiáticos pobres que dependen completamente del arroz como fuente de sustento.
"Seguridad alimentaria es seguridad mundial… está vinculada no solo con el bienestar popular sino tambien con la estabilidad social, regional y la paz mundial", expresó la declaración que refleja el punto de vista de legisladores pero no de gobiernos.
Nuevas tecnologías como la Revolución Verde mejoraron las cosechas asiáticas y permitieron aumentar la producción de arroz para seguir el paso al crecimiento demográfico, si bien la declaración advirtió a los gobiernos que futuros acuerdos de libre comercio podrían afectar su seguridad alimentaria.
"Gobiernos y parlamentarios deberían examinar acuerdos internacionales, incluyendo aquellos con la Organización Mundial de Comercio (OMC), y comprobar de qué manera afectarán la producción agrícola en sus países", añadió la declaración.
Convenios preferenciales entre bloques comerciales tambien pueden afectar la producción y precios de los alimentos, y los países desarrollados podrían poner trabas a naciones en desarrollo para que exporten sus excedentes de producción agrícola", dijo.
"Por lo tanto, los gobiernos harían bien en examinar el impacto de acuerdos internacionales sobre la producción agrícola", apuntó.
Esas cláusulas contenidas en las cuatro páginas de la Declaración de Canberra, contradicen aspectos de la política exterior y comercial de Australia.
Durante y despues de las negociaciones sobre libre comercio de la Ronda Uruguay, Australia ha estado a la vanguardia para liberalizar el comercio mundial de productos agrícolas, oponiéndose vehemente a que sean subsidiados.
Australia es un gran exportador de alimentos, cuya producción supera largamente las necesidades de sus 18 millones de habitantes. Canberra arguyó que las reformas globales en el comercio agrícola, con auspicio de la OMC, beneficiarían a naciones pobres porque abaratarían los víveres importados respecto a su producción local.
Los métodos australianos de producción de alimentos están altamente tecnificados en factorías familiares o de empresas, y emplean muy poca mano de obra.
Sin embargo, muchos parlamentarios que asistieron a la conferencia de tres días en Canberra, vieron el evento en forma diferente. Demandaron más subsidios para los campesinos asiáticos, especialmente los pobres cultivadores de arroz que producen la dieta básica en la región.
Esta fue la primera vez que el Foro Asiático de Parlamentarios se reunió en Australia. Casi un centenar de legisladores de 30 países participaron en el debate que concluyó el fin de semana.
"Lo que discutió la conferencia es que hay muchas maneras de encarar la seguridad alimentaria y, por lo tanto, los parlamentarios se mostraron preocupados sobre el tema", dijo el diputado opositor australiano Colin Hollis, del Partido Laborista.
Hollis fue el representante del país anfitrión en la conferencia, y expresó su pesar que el ministro australiano para industrias primarias, John Anderson, no hubiera estado presente.
En una entrevista publicada en Sidney, el titular de la AFPPD y ex ministro japonés del Ambiente, Shin Sakurai, dijo que los países asiátidos podrían unir esfuerzos para poner el tema de la seguridad alimentaria al tope de la agenda de la OMC.
"Hubo dudas e interrogantes si las actuales normas de la OMC son las mejores para ser aplicadas, especialmente en materia de producción alimentaria en Asia. Creemos que la seguridad alimentaria conduce a la seguridad nacional y ésta, a su vez, a la seguridad global", expresó Sakurai.
La Declaración de Canberra demandó cooperación regional e internacional para garantizar la seguridad alimentaria, alentando a cada país a producir víveres de acuerdo con sus condiciones ambientales y tradiciones culturales.
El documento pidió "políticas económicas racionales" que ayuden a construir un sistema de comercio global que tutele el ambiente y tenga en cuenta las preocupaciones de la población.
Muchos parlamentarios de Asia manifestaron recelo sobre el modo en que el libre comercio, impulsado por naciones desarrolladas y la OMC, podría impactar su producción de arroz. "La consecuencia directa de ésto para países en desarrollo es significativa", dijo el diputado de Sri Lanka, M.C. Gopallawa.
Un diario surcoreano, sin mencionar el peligro de hambruna masiva en Corea del Norte, dijo que en su condición de próspero país importador de alimentos, aumentará su contribución al desarrollo agrícola internacional, especialmente para mejorar ese sector en las naciones más pobres.
Gail Nest, un profesor de sociología estadounidense que asistió a la reunión en Canberra, manifestó que el arroz debería ser excluído de los acuerdos comerciales de la OMC porque es la dieta básica de la mitad de la población mundial.
"Agricultura es un rubro específico. Uno puede producir autos, frenos, radios y refrigeradores en cualquier parte. Uno se muda en torno buscando mano de obra barata y los produce bajo condiciones ambientales controladas. Eso no se puede hacer con el arroz", explicó Nest.
la apertura de mercados domésticos a las importaciones de arroz ha sido una de las causas crónicas de fricciones comerciales entre Estados Unidos y Japón. Nest agregó que "debemos hacer más para reconocer que el arroz no es un mero producto básico que puede se desplazado alrededor del mundo". (FIN/IPS/tra-en/ks/cpg/ego/dv).
= 10011241 DAP005