El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, tuvo hoy pocas palabras cálidas para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y menos aún para su húesped en la sede del organismo internacional, el secretario general, Boutros Boutros-Ghali.
Relfejando la tensión entre Clinton y Boutros-Ghali, asesores de la ONU minimizaron la breve reunión entre ambos líderes. Este lunes Clinton estuvo ausente en un almuerzo ofrecido por el secretario general para líderes mundiales, aunque el presidente estadounidense normalmente realiza un brindis en esta ocasión anual.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Clinton mencionó a Boutros-Ghali sólo una vez, agradeciendo su contribución a las negociaciones por el tratado de prohibición de pruebas nucleares, firmado por Clinton en la mañana de este martes.
Pero el presidente estadounidense, en medio de la campaña electoral, dirigió pocas palabras amables al organismo mundial, el cual ha sido duramente criticado por su rival republicano, Robert Dole.
"Desafortunadamente, algunos estadounidenses, en su intento por liberarse de los problemas mundiales y de la preocupación por los propios, ignoran nuestra interdependencia y los beneficios de la cooperación", dijo Clinton, en un mensaje dirigido a los republicanos, y añadió que también "ignoran todo lo que la ONU está haciendo para mejorar millones de vidas".
Haciéndose eco del mensaje de varias recientes encuestas, Clinton añadió que "la amplia mayoría de los estadounidenses respalda a la ONU, no sólo porque refleja nuestros ideales, sino porque refuerza nuestros intereses".
Clinton prometió pagar la deuda de Estados Unidos con el organismo mundial, que alcanza unos 1.600 millones de dólares, en un total de 2.800 millones que se le debe a la ONU.
Pero la promesa de pagar las deuda estadounidense no concitó aplausos en la sede de la ONU.
Tras un verano en que Estados Unidos dijo que bloquearía la extensión del mandato de Boutros-Ghali, que expira en diciembre, mientras su deuda aumentaba, y en que Clinton y Dole exhortaron a la reforma del organismo, las palabras del presidente estadounidense tienen poco peso entre los diplomáticos en Nueva York.
Incluso una reunión de 15 minutos entre Boutros-Ghali y Clinton no logró aliviar las tensiones entre ambos, y la vocera de la ONU Sylvana Foa negó que hayan discutido sobre el mandato del secretario general o la crisis financiera de la ONU.
La reunión, dijo Foa, se centró en el golpe de Estado en Burundi y el reciente acuerdo de paz en Guatemala, aunque la vocera también calificó la reunión de "agradable y amistosa".
Ante los ataques republicanos al secretario general, la Casa Blanca insistió repetidamente en la seriedad de su interés de reemplazar al diplomático egipcio como jefe de la ONU.
Los diplomáticos en Nueva York parecen estar escuchando. En los últimos días, la mayoría evita comentarios sobre el destino de Boutros-Ghali, mientras otros comenzaron gradualmente a mencionar nombres de potenciales candidatos, entre ellos la presidenta de Irlanda, Mary Robinson, y la primera ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland.
Los únicos funcionarios del mundo en desarrollo que podrían considerar una candidatura, no obstante, tienen grandes posibilidades. Ellos son la diplomática filipina Leticia Shahani y el nigeriano Hamid Algabid, secretario general de la Conferencia Islámica (OIC).
No obstante, algunos funcionarios de la ONU señalan que, tras las elecciones de noviembre, la Casa Blanca podría cambiar su posición y aceptar al menos una breve renovación del mandato de Boutros-Ghali. (FIN/IPS/tra-en/fah/lp/ip/96