Abogados de mujeres violadas por soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) buscan ahora apoyo de naciones occidentales para lograr que Tokio asuma responsabilidad legal por los desmanes de sus tropas.
"Estamos presionando a Japón para que pague indemnizaciones oficiales", expresó Haisoo Shin, que representa tanto a la Línea Caliente de Mujeres Coreanas como el Consejo Coreano de Mujeres Reclutadas para Esclavitud Sexual por Japón, una coalición de 24 organizaciones femeninas de Asia y Holanda.
Shin hizo declaraciones en Washington tres semanas despues que el gobierno nipón comenzó a aportar dinero a un fondo de donaciones privadas, destinado a mujeres que fueron obligadas a servir en los burdeles del ejército imperial durante la guerra.
"Pedimos a Estados Unidos y Gran Bretaña si disponen de documentos o material que pruebe lo ocurrido con las esclavas sexuales, para presionar al gobierno japonés que compense a las víctimas", dijo Shin, profesora de sociología de la Universidad Hanil, en Corea del Sur.
"Confiamos que Estados Unidos hará presión (sobre Tokio). Hasta el momento no parece muy dispuesto…", acotó.
Shin, quien esta semana recibió una distinción por haber logrado el reconocimiento internacional de las violaciones en tiempo de guerra, reiteró en nombre de sus dos organizaciones que los intentos para lograr que Tokio reconozca las atrocidades de su ejército imperial fueron hasta ahora "insatisfactorias".
Tanto la socióloga como otras abogadas, arguyeron que el dinero que comenzó a ser pagado el mes pasado en concepto de indemnizaciones, 51 años despues de la rendición de Japón en la guerra el 15 de agosto de 1945, constituyen donaciones del sector privado y otras fuentes ajenas al estado.
Declararon que el esfuerzo realizado hasta ahora no demuestra que Japón haya asumido completa responsabilidad legal por la esclavitud impuesta a 200.000 mujeres, muchas adolescentes, que fueron obligadas a tener contacto sexual con 30 soldados por día.
El fondo fue anunciado el año pasado, en oportunidad que Tokio ofreciera su primera disculpa pública por las atrocidades de guerra. El entonces primer ministro, Tomiichi Murayama, deploró lo ocurrido a miles de mujeres asiáticas, en un esfuerzo para superar uno de los episodios más amargos de la contienda.
A pesar que la mayoría de las mujeres reclutadas fueron coreanas, chinas, indonesias y filipinas, hubo tambien esclavas sexuales holandesas en los burdeles militares nipones.
Un informe de la Comisión de la ONU sobre Derechos Humanos recomendó reparaciones y pidió a los antiguos aliados de la Segunda Guerra Mundial que brindaran cualquier tipo de información que pudieran tener acerca de las violaciones.
La Comisión, encabezada por la relatora especial de las Naciones Unidas sobre Violencia contra Mujeres, Radhika Coomaraswamy, de Sri Lanka, publicó su informe este año.
Otro órgano de la ONU, la Subcomisión sobre la Prevención de Discriminación y Protección de Minorías, tambien planea presentar un informe sobre esclavitud sexual este año.
Las dos entidades femeninas coreanas cuestionaron la aspiración japonesa de ocupar un asiento permanente en el organismo ejecutivo de la ONU.
"El Consejo Coreano declara al mundo que el gobierno japonés no debería ser miembro permanente del Consejo de Seguridad si antes no asume plenamente su responsabilidad legal por crímenes de guerra", expresó una declaración de la entidad, responsable de haber llevado el tema de las esclavas sexuales a la ONU.
El Consejo advirtió que si eso no ocurría, enconces "Japón será una amenaza, no solo para la paz en Asia, sino en todo el mundo".
Los grupos femeninos han dado prioridad al Consejo de Seguridad en su intento de lograr receptividad en organismos internacionales que ejercen influencia en sus países.
Purificación Quisumbing, representante del Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, describió al Consejo de Seguridad como "el dominio de 'hombres en sombríos trajes grises', durante un foro realizado aquí con académicos, dirigentes políticos y activistas de 75 países.
El foro está evaluando esta semana las iniciativas adoptadas por los gobiernos en general para mejorar la condición social, económica, cultural, civil y política de la mujer, desde la cumbre de beijing el año pasado.
"Necesitamos un proceso más definido y específico" para que los individuos puedan recurrir bajo el amparo de tratados internacionales, expresó Quisumbing.
"El derecho de presentar recurso no está disponible para todas nosotras", apuntó Quisumbing, quien tambien es jefa del Centro de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Nueva York. "Formemos a nuestras mujeres para que sepan como usar los actuales mecanismos a fin de hacer disponible a todas el derecho de recurrir".
En Corea del Sur, las mujeres hacen demostraciones todos los miércoles frente a la embajada japonesa. Rechazan lo que muchas llaman "dinero por simpatía" , que el gobierno nipón a comenzado a pagar.
Shin, quien recibió un premio de derechos humanos por parte de la ONG con sede en Washington, Mujeres, Legalidad y Desarrollo Internacional, dijo que las indemnizaciones del estado ayudarán a devolver la dignidad perdida a las víctimas asiáticas de la esclavitud sexual. (FIN/IPS/tra-en/yjc/jl/ego/hd).
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