La eliminación del subsidio estatal al gas de uso doméstico traería consecuencias ambientales a corto plazo en Ecuador, en particular la depredación de bosques para la utilización de la leña como combustible.
El gobierno de Abdalá Bucaram decidió eliminar la subvención al gas licuado de uso doméstico al estimar que genera pérdidas de 120 millones de dólares anuales al Estado.
Según las autoridades energéticas, sólo 25 por ciento de la subvención beneficia realmente a los sectores más pobres. El 75 por ciento restante es aprovechado por la industria y la clase media alta, que puede pagar más por el servicio, afirman.
De acuerdo a cifras del Centro de Estudios y Datos de Ecuador, el tanque de gas de 15 kilogramos tiene un costo subsidiado de 0,95 dólares mientras que su valor real de producción es de 4,33.
El gobierno impondrá un precio de cinco dólares por cada tanque de 15 kilogramos. Con el ahorro obtenido realizará una mayor inversión social en el campo de la salud, la vivienda y la educación.
También aplicará medidas compensatorias destinadas a los sectores de menores recursos, como un bono que será entregado cada fin de año, según informó.
La depredación de los bosques sería uno de los efectos de la supresión de la subvención, ya que la población rural incrementará su ya muy fuerte dependencia de la leña para satisfacer sus necesidades en calefacción y cocción de alimentos.
De acuerdo a cifras proporcionadas a IPS por Byron Granda, ex consultor de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), 48,5 por ciento de los 11,5 millones de ecuatorianos, sobre todo del sector rural, continúan utilizando la leña.
Los derivados del petróleo de bajo precio no cumplen con las características de combustión y durabilidad del gas.
La leña, a su vez, "no se rige bajo las leyes del mercado, lo que la convierte en la fuente de energía más accesible para gran parte de la población", indica un informe del Banco Mundial.
En Ecuador unas 340.000 hectáreas de bosques naturales se talan anualmente, es decir 2,9 por ciento de la superficie total del país, y sólo 1,5 por ciento se reforesta, alerta.
De continuar esta situación, para el año 2030 no existirán reservas forestales en el territorio nacional.
"Ecuador es uno de los países donde ha disminuido el consumo doméstico de la leña gracias a la penetración del gas licuado", dijo a IPS Menton Paveda, consultor de la Olade.
De mantenerse los precios subsidiados del gas licuado, para el año 2010 el consumo de la leña disminuiría 12,4 por ciento.
No obstante, para el Instituto Ecuatoriano Forestal y de Areas Naturales y Vida Silvestre, es la expansión de la frontera agropecuaria lo que incide en mayor medida (88 por ciento) en la deforestación.
Los expertos señalan la necesidad de fomentar la replantación de árboles y definir políticas que controlen la expansión de los asentamientos humanos y la frontera agropecuaria.
Diversos analistas destacan por otra parte que la eliminación del subsidio al gas doméstico provocará una escalada inflacionaria, ya que muchos productos que integran el índice de precios al consumo tendrán que ser elevados al ser mayores los costos de producción. (FIN/IPS/mg/dg/en-if/96
