Una azafata de la empresa mixta de aviación de Uruguay Pluna relató en el Parlamento que durante un vuelo en un DC 10 arrendado a la empresa brasileña Varig constató que para 280 pasajeros faltaban 80 máscaras de oxígeno.
La azafata, y también dirigente sindical, Claudia de Castro, aseguró a los legisladores que en esa ocasión, en Aruba, "se jugó con la vida de la gente y esas cosas no se hacen. No había máscaras ni generador de oxígeno, no había nada".
Los empleados "tratamos de que las personas directamente involucradas en el tema lo supieran, pero no nos permitieron hablar mucho. Era una cosa muy complicada: no era posible que el público se enterara", señaló.
Aunque De Castro aclaró que los aviones "son absolutamente seguros", el hecho que denunció, más una sucesión de problemas administrativos y el deficitario resultado económico alertaron al gobierno uruguayo sobre la peligrosa situación de Pluna.
Las autoridades uruguayas responsabilizaron a Varig de la gestión deficitaria de la empresa mixta local en el ultimo año.
En junio de 1995 el gobierno uruguayo absorbió un deficit de Pluna de más de 60 millones de dólares y la convirtió en una empresa mixta en la cual se reservó 49 por ciento de las acciones.
Esta decisión se tomó luego que en un referéndum realizado en diciembre de 1993 los uruguayos se pronunciaron contra la privatización de las empresas estatales, con excepción de Pluna.
La mayoría del paquete accionario de la compañía de aviación quedó en poder de empresarios privados y la gerencia a cargo de Varig, a la cual accedió luego de una fuerte puja con empresas europeas y de la región.
La principal competidora de Varig fue la tambien brasileña Vasp, descartada porque en el momento de la oferta estaba siendo cuestionada judicialmente en su país.
A un año de funcionamiento de la empresa, que en su momento pareció convetirse en un ejemplo para los países del Mercosur, las pérdidas fueron de casi un milló de dólares mensuales. El principal acreedor de Pluna es Varig.
Con líneas a Argentina, Brasil, Paraguay, Estados Unidos y España, Pluna arrienda todos sus aviones a Varig, que hace doce meses estimó que la firma obtendría ganancias por ocho millones de dólares, según dijo Ricardo Scaglia, integrante del directorio en representación del Estado.
Pluna tiene prohibido operar en aeropuestos de Estados Unidos en virtud de un informe del organismo de ese país encargado de velar por la seguridad en las terminales aéreas locales.
Los nuevos operadores han sostenido que Pluna tiene exceso de personal. Muchos de los antiguos empleados de la firma se acogieron a un plan de incentivos económicos para retirarse, pero también ingresaron otros.
Según Scaglia el Estado tiene "escasa posibilidad de control" sobre la política de la compañía y para informar a los legisladores, porque estatutariamente esa responsabilidad corresponde al presidente del directorio en nombre de los empresarios privados.
Tanto los representantes de Varig como de los empresarios privados se han llamado a un hermético silencio, aunque fuentes del gobierno uruguayo dijeron a IPS que "se comprometieron a dar una respuesta a la brevedad".
Ante la situación planteada, las autoridades locales conminaron a sus socios y a Varig a revertir la situación y en caso de que ello no suceda amenazaron con retirarse de la sociedad.
El gobierno pretende agotar las negociaciones para evitar un nuevo aporte de fondos estatales a Pluna, uno de los puntos de fricción con los sindicatos cuando el Ejecutivo lanzó un plan de privatizaciones.
Al servicio "deficitario" y de "alto costo" de Varig se unieron otras decisiones controvertidas.
El sindicato de Pluna advirtió esta semana en la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados que "no hay gente más peligrosa que la que no tiene nada que perder", en alusión a Varig.
Elina Rodriguez, presidenta del sindicato, dijo que los ejecutivos de Varig actúan en la empresa "como emperadores lusitanos". (FIN/IPS/rr/dg/if/96
