Sólo la negociación política puede resolver el conflicto entre la minoría kurda y el estado turco, según las conclusiones alcanzadas en la capital italiana por el parlamento kurdo en el exilio.
Yasar Kaya, presidente del parlamento kurdo, que sesionó durante tres días en Roma, solicitó este jueves a Occidente ayuda a la etnia kurda y el cese de la venta de armas al gobierno de Turquía.
Kaya señaló que los insurgentes kurdos mantienen el cese de fuego que declararon unilateralmente hace siete meses, pero el ejército turco no ha interrumpido sus operaciones en Kurdistán.
"Nosotros pensamos que el cese del fuego representa una ocasión histórica para iniciar un proceso de pacificación", agregó.
Pero Turquia insiste en la vía militar, con el daño consiguiente para los pueblos kurdo y turco", destacó el parlamentario.
El parlamento kurdo en exilio apoyó la propuesta de un grupo de juristas de crear un tribunal internacional para juzgar los "gravísimos crímenes" cometidos por Turquía en Kurdistan".
También decidió enviar una delegación de observadores al Kurdistán iraquí, para examinar la situacion crítica "en que viven nuestros hermanos".
La reunión de Roma fue la quinta del parlamento kurdo en el exilio, constituido en La Haya el 12 de abril del año pasado. Las sesiones anteriores fueron celebradas en Viena, La Haya, Amsterdan y Moscú.
La población kurda, de 25 millones de personas, en su mayor parte pastores nómades de fe islámica, está repartida principalmente entre Turquía, Irak e Irán, y también tiene presencia en Siria y la ex Unión Soviética. Desde hace casi dos siglos lucha por su independencia.
La represión turca persiste desde los tiempos del Imperio Otomano, y en 1978 y 1988 se verificaron cruentos episodios en Irán e Iraq, respectivamente.
El ejército iraquí perpetró una nueva matanza de kurdos en 1991, para sofocar otra rebelión. (FIN/IPS/jp/ff/ip hd/96)
