Las penurias sociales que derivan de las reformas económicas inauguradas en India hace cinco años se han visto agravadas por una defectuosa política laboral, en especial en el mayoritario trabajo informal, de acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En lugar de aminorar los efectos del impacto reformista, el sistema de seguridad social indio ha funcionado malamente, empeorando las dificultades de los pobres, según expresa el recién publicado informe, titulado "India: Reformas Económicas y Política Laboral".
El estudio critica la fijación de salarios mínimos hecha por el gobierno, el sistema de seguridad en el empleo y la acumulación de mano de obra sobrante en las empresas estatales.
"Las comprobaciones disponibles sobre la situación en materia de empleo, salarios y pobreza indican que los costos sociales de las reformas económicas han sido realmente graves", dice la OIT.
El informe agrega, no obstante, que esos efectos "han sido más pronunciados en India de lo que cabía esperar, debido a una insuficiente atención a los programas de seguridad social".
El documento fue realizado por el Equipo Asesor Multidisciplinario de Asia Meridional de la OIT, y financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Este estudio forma parte de un proyecto de la OIT para sugerir formas de paliar los costos sociales de las reformas económicas en India, y fue precedido hace tres años por una investigación similar donde la organización mundial comprobó el empeoramiento de la situación de los sectores más pobres.
Las reformas estructurales comenzadas por el anterior gobierno, dominado por el Partido del Congreso, incluyeron una fuerte política de equilibrio fiscal y liberalización económica que recortó fuertemente el gasto público, devaluó la moneda y desmanteló la obra de regulación económica levantada durante cinco décadas.
El efecto combinado de estas medidas ha sido una caída del crecimiento económico, especialmente en el sector industrial moderno que depende de la importación, lo que redujo el empleo en el sector formal de la economía, que ocupa menos de un décimo de los 300 millones de trabajadores de este país.
"En ciertos países, como en el caso de India, se arrastra una cantidad de mano de obra sobrante pero empleada desde los tiempos anteriores a la reforma, y las reformas económicas precisamente se proponen transformar este desempleo oculto en desempleo abierto", expresa el informe de la OIT.
El documento estima que ese tipo de trabajador, existente tanto en el sector privado como en el público, llegó a sumar 4,4 millones de personas hace cinco años.
La sobrevivencia en un mercado libre exige que las empresas sean capaces de reducir sus costos. "Pero el sistema salarial de India carece de la flexibilidad necesaria para que puedan hacerse los ajustes de costos que requiere la competencia de precios", según el informe.
El sistema de salarios mínimos ha empeorado las penurias de los trabajadores en general. Pero el salario mínimo legal fijado para los trabajadores del sector informal es mucho menor que el pagado a los trabajadores organizados.
Además, casi nunca se cumple y varía mucho entre diferentes ocupaciones y en distintas zonas del país para un mismo trabajo. "Cuando las normas son tan variables dejan de ser normas", dice el documento de la OIT.
El estudio recomienda un salario mínimo nacional uniforme, tanto para áreas urbanas como para áreas rurales, que se debería pagar a todos los trabajadores no calificados sin discriminación de edad ni sexo.
"El sistema de seguridad en el empleo también ha surtido el efecto de convertir a todos los ajustes laborales en asuntos políticos. Esto ha impedido el nacimiento de relaciones laborales auténticas en la industria", añade el informe.
No obstante, el mismo documento estima que una política de despido libre debería ser el último paso en la reforma del sistema de seguridad en el empleo. (FIN/IPS/tra-en/mu/arl/lb/96
