CAMERUN: Doce presos ruandeses, "papa caliente" para Yaoundé

La decisión sobre la suerte de 12 jefes de la etnia hutu de Ruanda, cuya extradición es reclamada a la vez por el gobierno ruandés y por el Tribunal Internacional (sito en Arusha, Tanzania) para juzgarlos por el genocidio cometido en aquel país, es una "papa caliente" para Camerún.

En el grupo de 12 jefes -que están detenidos en la Cárcel Central de Yaoundé- se encuentran ex miembros del régimen extremista hutu que mandó en Ruanda durante tres meses hasta que fue desalojado en julio de 1994 por el Frente Patriótico Ruandés, de mayoría tutsi, levantado en armas.

Durante una visita a Camerún, en abril pasado, el ministro de Justicia de Ruanda, Anastase Gasana, insistió en que su gobierno requería la extradición de los detenidos. No obstante, el abogado de los sospechosos ha sostenido que el tribunal sito en Arusha ofrece mayores garantías de justicia a sus clientes.

El Ministerio de Justicia de Camerún pospuso en junio la toma de una decisión sobre esta cuestión.

De los 12 acusados, seis fueron altos responsables del régimen hutu. El coronel Theoneste Bagasora fue jefe del gabinete del ministro de Defensa, mientras que André Ntagerura fue ministro de Transporte y Anatole Nsenguyuma fue jefe de inteligencia militar.

Otro detenido, Ferdinand Nahimana -director de la radio estatal- , fundó la famosa "Radio Mille Collines", que tuvo gran responsabilidad en las masacres de 1994 en las que murió por lo menos medio millón de personas, en su mayoría tutsis.

Justin Mugenzi fue ministro de Comercio, mientras que Jean Bosco Barayagwiza fue miembro fundador de la Coalición para la Defensa de la República, el partido extremista hutu que formó parte del gobierno interino.

Ambos han sido acusados por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas como autores intelectuales del genocidio.

Estos hombres habrían continuado beneficiándose de la buena voluntad de las autoridades de Camerún si no hubiese mediado la presión internacional, lo cual quedó en evidencia en abril, cuando Barayagwiza fue entrevistado por el diario oficial, Tribuna de Camerún.

"Todos nosotros sentimos que hemos recibido aquí una buena acogida", declaró el detenido en aquella ocasión.

"Sabemos que somos una carga delicada, en particular porque ya hay unos 200.000 ruandeses en este país, pero creemos que pronto las cosas se van a arreglar en nuestro país, de modo que podamos retornar lo antes posible", añadió Barayagwiza.

Antes de ser arrestados en marzo pasado, los 12 ruandeses estaban en libertad en el territorio de Camerún, donde los refugiados formaron en 1995 la sección camerunesa de la organización Retorno de la Democracia en Ruanda (RDR).

La RDR-Camerún publicó en agosto del año pasado un libro de 117 páginas titulado "La Verdad Acerca del Drama de Ruanda", en el que acusó a las Naciones Unidas, a la Organización de la Unidad Africana (OUA) y a los medios informativos occidentales de dar una imagen deformada del genocidio.

El libro afirma que en realidad murieron unos dos millones de personas en Ruanda en 1994, y que "sólo" entre 200.000 y 500.000 eran tutsis, mientras que el resto eran hutus.

En abril de 1995, el ministro camerunés de Asuntos Exteriores, Ferdinand Oyono, informó que Nahimana y otros tres sospechosos, incluyendo a Mugenzi, habían sido apercibidos de buscar otro país de exilio porque "no se les ha concedido asilo político".

El ministro dijo en aquel momento que el gobierno acababa de descubrir que los cuatro hombres habían tenido una "dudosa participación en la tragedia ruandesa".

Su expulsión, según Oyono, se ajustaba a la resolución 978 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que insta a todos los Estados miembros a identificar y arrestar a los sospechosos del genocidio ruandés, y a entregarlos al Tribunal Internacional.

No obstante, y pese a las afirmaciones de Oyono, los cuatro sospechosos no salieron del territorio de Camerún, permaneciendo en la propia capital, Yaoundé.

Nahimana y Mugenzi fueron arrestados más tarde, junto con los otros 10, en marzo de este año.

El próximo 7 de julio comenzará en Yaoundé una conferencia cumbre de la OUA, en la que este problema seguramente habrá de tener su natural gravitación. (FIN/IPS/tra-en/et/kb/arl/ip-hd/96

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