Los sucesivos intentos del gobierno de Brasil de controlar la inflación en los 10 últimos años tuvieron un efecto inesperado: aumentaron la impotencia sexual por motivos sicológicos.
En esos 10 años, los casos de origen sicológica pasaron de 30 a 60 por ciento del total, según estudios del cirujano cardiovascular Roberto Amannoel Tullii, en Sao Paulo, divulgó este sábado la Agencia Estado de noticias.
En 1986 Brasil vivió la primera experiencia de un plan de estabilización a través de un paquete de medidas sorpresivas, que incluían la congelación de precios y salarios. Por algunos meses la inflación de tres dígitos, que crecía desde el comienzo de la década, se mantuvo cercana a cero.
En aquel año, entre los pacientes de Tullii, sólo 30 por ciento de los casos de disturbios de erección, como la eyaculación precoz y la impotencia total, eran resultado de problemas sicológicos. La mayoría -70 por ciento- se debía a causas físicas.
Luego del "Plan Collor", adoptado por el ex presidente Fernando Collor en 1990, la proporción pasó a ser la mitad, según el médico.
En ese año hubo un gran aumento de personas con disturbios. El plan de estabilización se basó en la confiscación de todos los activos financieros, incluso de las cuentas de ahorro personal.
"Hubo colas de hasta tres meses de espera en mi consultorio", dijo Tullii a la Agencia Estado.
En el primer semestre de este año, el experto volvió a tratar estadísticamente a un grupo de 200 de sus pacientes y comprobó que razones "sicológicas puras" eran el motivo de 60 por ciento de los casos de impotencia parcial o total.
Ese aumento es atribuído al Plan Real, que logró reducir una inflación de casi 50 por ciento mensual, en junio de 1994, a indices que oscilan entre uno y tres por ciento hace dos años, con tendencia declinante. Para este año se espera acumular hasta diciembre entre 12 y 15 por ciento.
Pero no sólo aumentaron los casos, sino que ellos aparecen en edad cada vez más temprana. Sus pacientes tenían en promedio 47 años en 1986, pasando a 43 en 1990 y a 37 luego del Plan Real, según Tullii.
El médico asegura que la tensión provocada por esos cambios económicos repentinos, agravando preocupaciones por desempleo o insolvencia, explica el aumento de la impotencia sexual de raíz sicológica, especialmente entre quienes ejercen trabajo intelectual o de mayor responsabilidad en sus empresas.
Bajo presión, los hombres producen más adrenalina, fuman y beben más. Las consecuencias son hipertensión, colesterol alto, diabetes y otros desequilibrios que afectan la circulación sanguínea y el desempeño sexual, explicó Tullii. (FIN/IPS/mo/ag/he/96
