El gobierno de Brasil logró hoy un gran triunfo parlamentario con la aprobación de la Contribución Provisional sobre Movimiento Financiero (CPMF), el "impuesto a los cheques", destinado a financiar el sistema público de salud.
Una mayoría de 326 diputados votaron a favor. Como se trata de una enmienda constitucional, eran necesarios 308 votos favorables, lo que corresponde a tres quintos del total de escaños en la Cámara.
En contra votaron 144 diputados y nueve se abstuvieron. Los pronósticos adelantaban la derrota del gobierno.
De ahora en adelante y hasta fines de 1997 todos los retiros bancarios serán gravados con una tasa de 0,2 por ciento.
Los ingresos recabados deberían alcanzar unos 5.000 millones de dólares al año, que serán destinados a los sectores más pobres, según dijo el presidente Fernando Henrique Cardoso.
En los últimos días el mandatario había puesto todo su poder de influencia en el Congreso para que la propuesta, defenbida desde 1995 de manera casi solitaria por el ministro de Salud Adib Jatene, fuera aprobada.
La medida ya fue aceptada por el Senado y tendrá que pasar en segunda votación ante los diputados, según lo exige la reforma constitucional, pero se descuenta su aprobación final, entrando en vigencia tres meses después que sea refrendada por el presidente.
Jatene considera que este tributo, ya aplicado en 1993, es indispensable para salvar de la quiebra al deficitario sistema estatal de salud.
Intentos previos de adopción de una medida de este tipo habían fracaso y se pensaba que esta nueva iniciativa también estaba destinada al fracaso, a menos de tres de unas elecciones municipales de octubre en las que muchos diputados disputan su acceso a alcaldías y el nuevo tributo aparece como impopular. (FIN/IPS/mo/dg/if/96
