En la víspera de la cumbre europea de Florencia, el viernes y sábado, la crisis de las "vacas locas" continúa siendo uno de los nudos más difíciles de resolver, que pone en riesgo el éxito del encuentro conclusivo del semestre de presidencia italiana de la Unión Europea (UE).
El primer ministro británico, John Major, ha sido categórico: opondrá su veto a cualquier decisión que se pretenda adoptar en Florencia si de la cumbre no sale un plan aceptable de gradual eliminación del embargo impuesto el 27 de marzo a la carne bovina inglesa.
Una amenaza que no se puede ignorar. Desde que adoptó una política de "no cooperación", en respuesta al embargo, Gran Bretaña ha bloqueado más de 90 decisiones, determinando vivaces reacciones de los demás países europeos.
Sin embargo, Jacques Santer, presidente de la Comisión Europea, advirtió desde Estrasburgo que no se darán "cheques en blanco" a Gran Bretaña.
Si insiste en la estrategia del boicot, agregó por su parte el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Lamberto Dini, "la presidencia asumirá sus responsabilidades para que las decisiones se puedan asumir por 14 en lugar de los 15 países miembros de la UE.
En la noche del martes, en Estrasburgo, la Comisión Europea, de acuerdo a las peticiones del gobierno Major, elaboró un plan para la gradual eliminación del embargo impuesto a la carne bovina británica, propuesta que deberá ser aprobada en Florencia por los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
Santer pidió a Gran Bretaña que apoye el plan, con la esperanza de abrir camino a la solución de una crisis que ha "sacudido los cimientos de la Unión".
El gobierno Major respondió con una señal positiva, anunciando que procederá a la eliminación de varias decenas de miles de cabezas de ganado consideradas a riesgo por los veterinarios europeos, que se agregarán a las 80.000 ya previstas.
Permanece aún sin solución el problema de la autorización de las exportaciones de carne británica solicitada por Londres hacia los países externos a la Unión Europea.
Una medida que podría reducir el impacto económico del embargo, pero que sigue siendo rechazada por la UE por considerarla "moralmente equivocada".
Numerosos países, entre los cuales Estados Unidos, Canadá y Australia, impusieron embargos a la carne bovina inglesa antes del 27 de marzo, mientras que otros, como Sudáfrica, han anunciado que quieren reanudar las importaciones.
Al intervenir en la sesión plenaria del Parlamento Europeo, Dini subrayó que en la gestión de la crisis, la presidencia de la UE tuvo en cuuenta la solidaridad hacia el gobierno británico y su responsabilidad respecto de los consumidores.
Criticó la actitud de no cooperación asumida por Gran Bretaña, que a su juicio "constituye fuente de grave pesar para la presidencia y una ruptura de las obligaciones de lealtad establecidas en el articulo 5 del Tratado" de Maastricht.
Declaró que "no cree y no se espera que la Gran Bretaña quiera "echar a perder" con su veto la cumbre europea de Florencia.
Italia insiste en que la cumbre no sea dedicada sólo al caso de las "vacas locas" inglesas, y reclama que el punto principal sea la desocupación, que en Europa afecta a 20 millones de personas.
El plato principal de la comida de los 15 Jefes de Estado y de Gobierno de la UE será un jugoso y sabroso bistec de carne bovina, pero de Toscana, región que tiene a Florencia por capital y es famosa por la calidad de sus carnes. (FIN/IPS/jp/jc/ip/96)
