La lucha comercial en el Mercosur, las crisis provocadas por esos conflictos y la ausencia de un mecanismo efectivo para zanjarlos pueden convertirse en temas centrales de la cumbre regional del día 25 en Argentina.
La necesidad de reforzar la solución de controversias en la región pareció dominar la reunión que este lunes mantuvieron en Asunción los presidentes Juan Carlos Wasmosy, de Paraguay, y Julio Sanguinetti, de Uruguay.
Sanguinetti planteó a Wasmosy la necesidad de que el Mercosur refuerce sus instituciones, en una postura que precisó luego ante el Congreso de paraguayo.
"Están faltando tribunales de justicia y organismos de comercio que arreglen nuestras disputas, para dirimir con justicia y equidad nuestras divergencias", señaló el mandatario uruguayo
Uruguay y Paraguay son los dos socios menores del Mercosur, una unión aduanera imperfecta conformada además por Argentina y Brasil.
En este momento Uruguay está enfrentado a Brasil, que hace 40 días redujo de 180 a 30 días el plazo de financiación para las importaciones de textiles. La decisión dificultó las exportaciones uruguayas al país vecino, provocando despidos de trabajadores en ese sector.
El gobierno uruguayo sostuvo que la medida viola los acuerdos del Mercosur, postura a la que se sumó Argentina, que consideró que se estaban aplicando restricciones no arancelarias. Brasil se comprometió a buscar una solución antes de la cita presidencial del bloque, en la noroccidental provincia argentina de San Luis.
"No hay nada dispuesto en la agenda, pero el tratamiento del tema parece insoslayable", dijo a un alto funcionario diplomático uruguayo.
El mecanismos de solución de controversias establecido en el en el Protocolo de Brasilia de 1991 no ha sido efectivo.
Otro, creado en 1995 como anexo al Tratado de Ouro Preto, que institucionalizó el Mercosur, tampoco entró en juego y por primera vez deberá zanjar un conflicto entre Argentina y Uruguay. Los argentinos imputan a los uruguayos discriminar las importaciones de sal en perjuicio de la producción de ese país.
Todos los conflictos entre los cuatro países se han dirimido mediante negociaciones que incluyen concesiones no pactadas con anterioridad.
Hasta el momento no se logró consenso para crear un tribunal de justicia, debido a la fuerte oposición de Brasil a toda organización supranacional en el Mercosur.
Todas las decisiones del Mercosur se adoptan por consenso. Por tanto, nunca se formalizó un debate sobre la creación de un tribunal sino que la posibilidad de crearlo se limitó a negociaciones bilaterales y multilaterales entre los miembros.
Expertos en derecho internacional han considerado necesario un tribunal supranacional y así se estableció en diversas reuniones internacionales, destacó a IPS Rafael Addiego, ex miembro de la Suprema Corte de Justicia de Uruguay.
El jurista recordó que ya en 1991, en Buenos Aires, ministros de corporaciones judiciales de los cuatro países del bloque, además de Chile y Bolivia, se pronunciaron por la creación de un Tribunal de Justicia.
"Es necesario que exista un organismo similar al de la Unión Europea, pero también que se respete el derecho comunitario que debe estar por encima de las normas de cada país", dijo Addiego.
Para el jurista, ese tribunal debería estar integrado por miembros designados por cada uno de los cuatro países, ya que el actual sistema no ha sido efectivo.
"Debe evitarse una jurisprudencia vacilante y también es necesario que quede claro que la decisiones del derecho comunitario tienen que aplicarse de cualquier manera", advirtió Addiego, quien recordó la existencia en el continente del Tribunal Andino de Justicia.
El Tribunal Andino tuvo una lenta gestación. Se inició en 1971, por mandato del Acuerdo de Cartagena, y culminó en 1984, cuando se instaló formalmente en Quito. (FIN/IPS/rr/ag/ip/96)
