El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, anunció hoy una línea de crédito y otras medidas para incrementar las exportaciones de sectores industriales sacrificados por condiciones competitivas adversas en los últimos años.
El Banco Nacional de Desarrollo Economico y Social (BNDES) dispone de mil millones de dólares para financiar exportaciones, con plazo de 15 meses e interes de 5,5 por ciento más la tasa básica de Londres (Libor).
Eso reduce a un tercio el costo de la financiación vigente hasta ahora, "empatando el juego" y permitiendo a la industria brasileña competir en condiciones de igualdad con otros países, sostuvo el ministro de Planificación, Antonio Kandir, al explicar las medidas.
Son 10 los sectores favorecidos: calzados, confecciones de ropa, autopartes, muebles, rocas ornamentales, cerámica, electrodomésticos de línea blanca, productos electrónicos, herramientas y plasticos.
Esa selección de sectores busca estimular dos tipos de industrias, las que se reestructuran ante la competencia externa que las llevó a una crisis tras la apertura del mercado brasileño y las que presentan gran potencial de ventas externas.
En el primer caso están calzados, confecciones y autopartes. En el segundo, electrónicos, muebles, cerámica y rocas ornamentales.
Brasil, por ejemplo, triplicó en un solo año sus exportaciones de mármol y granito, alcanzando 35 millones de dólares en 1995.
Con esa medida, se espera ampliar en más de mil millones de dólares las ventas externas anuales del país, que llegaron a 46.506 millones el año pasado.
El aumento podrá alcanzar tres por ciento, según el director de Comercio Externo de la Federación industrial de Sao Paulo, Luis Fernando Furlan, para quien la línea de crédito anunciada tendrá los mismos efectos de una devaluación cambiaria.
Cardoso destacó la necesidad del país de lograr una mayor participacion en el comercio mundial, lo que exige competitividad industrial. El comercio exterior brasileño se duplicó en los cuatro últimos años, pasando de 50.000 millones a casi 100.000 millones de dólares, pero no es suficiente, señaló.
Brasil responde hoy por menos de uno por ciento del comercio mundial, una participación inferior a la de 25 años atrás.
Cardoso reconoció que algunos sectores, como textil y calzado, fueron sacrificados desde la implantacion del Plan Real de estabilización económica, que valorizó la moneda nacional ante el dólar y favoreció importaciones para asegurar el abastecimiento interno.
Ahora se trata de compensarlos, con mejores condiciones para competir.
"La estabilización no es ausencia de crecimiento", sino la base para que la economía crezca de manera sostenible y "se organice nuestro capitalismo", dijo el presidente en su discurso.
Además de la línea de crédito, el gobierno brasileño trata de crear una empresa, con mayoría de capital privado, para ofrecer seguro de crédito a exportaciones, contribuyendo también a abaratar las operaciones.
Los exportadores brasileños se quejan de que su competitividad externa se ve muy afectada por elevados tributos y tasas de interés, además de falta de financiación a plazos más largos. Los competidores, especialmente de países ricos, cuentan así con ventajas que son ajenas al costo de producción.
En la lucha contra la tributación, los exportadores cuentan con apoyo en el gobierno.
"Es un absurdo para el país seguir exportando tributos", afirmó el ministro de Hacienda, Pedro Malán. Pero la reforma tributaria propuesta por el gobierno está prácticamente paralizada en el Congreso.
Una solución sería adoptar medida similar al reintegro argentino, por el cual se devuelve impuestos cobrados sobre productos exportados, señaló Dagoberto Godoy, presidente de la Federación de Industrias del Estado de Rio Grande del Sur.
Con las medidas anunciadas el gobierno brasileño elige el aumento de las exportaciones como vía para estimular el crecimiento económico sostenido, sin poner en riesgo el control de la inflación y la balanza de pagos, según el secretario de Política Económica, Jose Roberto Mendonza de Barros. (FIN/IPS/mo/ag/if/96)
