/DERECHOS HUMANOS/BRASIL: Presidente anuncia plan nacional

El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, divulgó este lunes el Plan Nacional de Derechos Humanos con que su gobierno espera reducir la impunidad, la violencia y males como el trabajo semiesclavo, el racismo y el abuso contra niños.

Los derechos humanos son "el nuevo nombre de la libertad y la democracia", destacó el presidente, añadiendo que su efectivo cumplimiento exige la acción conjunta de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y de la sociedad civil.

El plan comprende 168 iniciativas y propuestas, de las cuales gran parte dependerá del Congreso, ya que se trata de proyectos de ley. Es el caso de la transferencia de delitos contra derechos humanos a la justicia federal, sacándolos de los tribunales provinciales, más vulnerables a presiones del poder local.

Tambien se propone definir y penalizar la tortura, hasta hoy no prevista en el código penal, restringir la venta y porte de armas, y crear un servicio civil obligatorio, como alternativa al militar. Para este último será necesario realizar una enmienda a la Constitución.

Para combatir la impunidad, el aspecto más lamentable de la situación brasileña, según Cardoso, también se propone fortalecer el sistema judicial, programas de protección a testigos, creación de consejos de justicia. Además, se pretende capacitar mejor la policía, incluso mediante cursos sobre derechos humanos.

Pero el plan ya sufrió una derrota. Una ley que transfiere a la justicia civil el juicio a los policías militares acusados de delitos, indispensable para poner fin a la impunidad de las masacres cometidas por policias, según las organizaciones de defensa de los derechos humanos, no pasó en el Senado.

Los tribunales militares tienden a absolver a los acusados por corporativismo. Esta es una de las causas de las escasas condenas de policías militares involucrados en numerosas masacres de niños y campesinos sin tierra en los últimos años.

El plan apunta también a proteger los derechos de los niños, las mujeres, la población negra y los indígenas.

Varias medidas estarán destinadas al combate del trabajo infantil o en condiciones de esclavitud, la violencia doméstica y sexual contra niños y adolescentes, y la discriminación racial.

Cardoso eligió para lanzar el programa la fecha en que se conmemora el fin de la esclavitud a que era sometida la población de origen africana en Brasil, hasta 1888.

El movimiento negro no vio contemplada su reivindicación de cuotas compensatorias, destinando una parte del cupo de las universidades y de varios organismos públicos a ese sector de la población, como forma de reducir la inequidad étnica en el país, pero el gobierno prometió estudiar el tema.

Aunque representan más de 40 por ciento de la población, los negros no alcanzan a 10 por ciento en las universidades y cuentan con sólo 11 diputados en una Cámara compuesta de 513 miembros.

La protección a los indígenas será reforzada, con demarcación de sus territorios, revisión de la legislación y reorganización de la entidad oficial encargada de asistirlos, promete el plan.

Los líderes indígenas y organizaciones de apoyo no confían en el gobierno, a causa de un decreto firmado en enero que permitió a terratenientes y gobiernos locales cuestionar las áreas demarcadas desde 1988.

El movimiento de homosexuales también protestó, durante el lanzamiento, por su exclusión del plan gubernamental. "Gays piden justicia" decía un cartel enarbolado por militantes.

"Somos más de 15 millones de 'gays' y lesbianas y el gobierno da el mal ejemplo de discriminar exactamente el segmento más oprimido de nuestra sociedad", criticó Luiz Mott, profesor de antropología de la Universidad Federal de Bahía y uno de los más activos dirigentes del movimiento homosexual en Brasil.

Cardoso entregó, durante el acto celebrado en Brasilia, la primera indemnización del gobierno brasileño a las familias de desaparecidos políticos durante la dictadura militar (1964-85).

Ermelinda Bronca recibió 100.000 reales (101.000 dólares) por la muerte en 1973, a manos de agentes del Estado, de su hijo José Uberto Bronca, que tenía entonces 39 años. (FIN/IPS/mo/ag/hd/96))

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