COLOMBIA: Tres ministros acusados se preparan para lo peor

Tres ministros colombianos indagados por la denunciada financiación ilícita de la campaña electoral del presidente Samper se preparan para lo peor, ante la proximidad del dictamen de la Fiscalía sobre su caso.

La investigación que desarrolla la llamada Unidad de Fiscales ante la Corte Suprema de Justicia compromete a los ministros Rodrigo Pardo, de Relaciones Exteriores, Horacio Serpa, del Interior y Juan Turbay, de Comunicaciones.

Según los analistas, en el mejor de los casos será dictada contra los tres ministros orden de detención con beneficio de excarcelación.

"Pienso que debe ocurrir lo mejor, pero estoy preparado para lo peor", dijo Serpa ante versiones de los medios de comunicación que anuncian la orden de detención de los tres indagados.

Serpa aseguró haber actuado "correctamente" y de acuerdo "con las normas de la ley y la ética" en la campaña electoral de 1994, y que espera "muy tranquilo" la decisión de la Unidad de Fiscales.

Agregó que confía en una decisión favorable, pues sigue "creyendo en la justicia".

Serpa, Pardo y Turbay rindieron indagatoria ante la Unidad de Fiscales el 1 de marzo y luego en la primera semana de abril. Los tres fueron acusados por el ex ministro de Defensa Fernando Botero de conocer la presencia de dinero del narcotráfico en la campaña electoral de Samper.

El llamamiento a indagatoria de los tres funcionarios produjo desconcierto en el gobierno, por tratarse de los más cercanos colaboradores del presidente, y los tres se manifestaron inicialmente dispuestos a renunciar al gabinete.

Pero según la revista Semana, Samper se opuso a esa dimisión que, a su juicio, "desestabilizaría de manera grave al gobierno", y los tres ministros postergaron toda decisión hasta conocer el dictamen que debe producir la Unidad de Fiscales.

Botero y Santiago Medina, gerente y tesorero de la campaña de Samper, respectivamente, aseguraron que Serpa intervino en la distribución a las tesorerías regionales de 3,2 millones de dólares aportados por el narcotraficante cartel de Cali.

Medina aportó como prueba testimonial un recibo por 15.000 dólares que Serpa firmó para llevar esa suma a la tesorería de la campaña de Samper en la isla de San Andrés.

Según Medina, Serpa también gestionó en varias oportunidades fondos supuestamente de origen ilícito. Esas afirmaciones fueron respaldadas por un testigo secreto de la Fiscalía.

En cuanto al canciller Pardo, la versión de Botero y Medina le atribuye haber conocido las contribuciones del narcotráfico, que se habrían depositado en el exterior para evadir los controles del Consejo Nacional Electoral.

Así mismo, Pardo fue acusado por Medina y Botero de participar en el primer año del gobierno de Sampero en más de 30 reuniones "destinadas a encubrir lo sucedido durante la campaña y obstruir el desarrollo de las investigaciones.

Tras responder ante la Unidad de Fiscales, Pardo se manifestó confiado en haber demostrado su inocencia y afirmó haberse quitado de encima el peso de "medio piano".

Finalmente, el ministro de Comunicaciones, Turbay, fue acusado de tomar parte en encuentros en que los dirigentes de la campaña habrían definido mecanismos para evadir la ley electoral, que limitaba el gasto de cada candidato a cuatro millones de dólares.

Turbay declaró que su intención consiste en retirarse de la actividad política, una vez finalizado el proceso.

Mientras, Samper afirmó el miércoles que sea cual fuere el fallo seguirá creyendo en la inocencia y la honestidad de sus ministros.

"Lo hago porque tengo absoluto conocimiento de que son personas de intachable comportamiento y sé de la transparencia" con que se comportaron en la campaña, dijo el presidente.

Samper puntualizó que el gobierno acatará la decisión de la justicia, aunque un dictamen desfavorable le causaría "una profunda inquietud, como presidente".

En su opinión, la eventual orden de detención de Serpa, Pardo o Turbay, tendría "un inevitable sabor de carácter político".

Según Semana, "nadie que conozca a Serpa, Pardo y Turbay puede creer que puedan haber hecho nada que amerite que terminen en la cárcel como vulgares delincuentes".

La revista señaló que Serpa tiene "muchos enemigos políticos, por su respaldo popular", pero nunca, en 30 años de trayectoria política, ha sido cuestionada su integridad moral.

Por su parte, Pardo es un hombre formado en "el rigor académico, estudioso y sin ambiciones", y Turbay se trata de una figura "absolutamente leal a Samper y carente de apetitos políticos individuales", aseguró Semana. (FIN/ips/yf/ff/ip/96)

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