La Iglesia Católica de Colombia reivindicó hoy su derecho a opinar en defensa de la democracia y valores fundamentales como la moralidad pública, en respuesta a críticas de parlamentarios por haber advertido sobre el daño que ha causado el narcotráfico a la política.
El presidente de la Conferencia Episcopal, Pedro Rubiano, dio su total respaldo a los obispos José Pimiento y Darío Castrillón, quienes este lunes atacaron a la dirigencia política que se dejó seducir por el dinero del narcotráfico.
Rubiano, máximo jerarca de la Iglesia Católica colombiana, afirmó que lo más grave que ha sucedido al país es que servidores públicos "hayan llegado al poder con dinero del narcotrafico".
La incidencia financiera de los traficantes de drogas en la campaña electoral que llevó a Ernesto Samper al poder, en 1994, es un hecho que "nadie puede negar", aseguró.
Por otra parte, Rubiano se mostró de acuerdo con que el vicepresidente Humberto de la Calle asuma la presidencia en caso de que Samper abandone su cargo.
El jerarca católico reclamó una depuración del Congreso, que "debe volver a los fueros de la credibilidad hoy perdida", aunque aclaró que no todos los congresistas pueden ser señalados como corruptos. (FIN/IPS/yf/dg/ip/96)
