La clara victoria de Lee Teng Hui en las primeras elecciones presidenciales directas en Taiwán, realizadas el fín de semana, mostró el fracaso de las tácticas intimidatorias de China para que el veterano líder perdiera el comicio.
Al mismo tiempo, China aducirá que, lejos de haber sido una derrota, los ejercicios militares realizados cerca de Taiwán han servido como seria advertencia al presidente taiwanés, quien deberá priorizar las gestiones para mejorar los lazos con Beijing.
Lee, quien ha dicho que está en favor de una eventual reunificación con la República Popular pero no a punta de pistola, se adjudicó el 54 por ciento de los votos, más del 50 por ciento del mandato que habia esperado de los 14,3 millones de electores. La afluencia a las urnas fué del 76 por ciento.
Un sondeo realizado por el diario United Daily News de Taipei, despues del comicio, comprobó que el 39 por ciento del electorado estuvo influenciado por las maniobras militares chinas y, por esa razón, se pasó al campo de Lee.
"Notamos un significativo cambio de tendencia en el esquema de voto desde las elecciones legislativas de diciembre pasado", apuntó Peter Lee, docente de ciencias políticas de la Universidad de Hong Kong.
En diciembre, el gobernante partido Kuomintang (Nacionalista) de Lee solo obtuvo el 46 por ciento de sufragios, mientras el opositor Partido Demócrata Progresista (DPP), quien habló abiertamente de independencia, logró el 33 en comparación con el 21 del último fín de semana.
"Tomo esto como un caso de gente asustada por los ejercicios militares que busca la seguridad", dijo el docente. "Lee fué visto como la opción más segura respecto al independentista DPP".
Tai-Ming Cheung, un analista militar basado en Hong Kong, predijo que China proclamará el éxito de su táctica. "Sin las maniobras, la cantidad de votantes en favor del DPP habría sido mayor", apuntó.
Otros analistas esperan ahora que las tensiones a través del estrecho se calmen de ambos lados. El domingo, el gobierno de Beijing dijo que las puertas seguirán abiertas para negociar la mejoría de vínculos con Taiwán.
"Las puertas han sido abiertas (por Beijing). Los obstáculos ahora están del lado de las autoridades de Taiwán", expresó Shen Guofang, vocero del Ministerio de Exteriores de China, según el diario pro-Beijing, Wen Hui Po, publicado en Hong Kong.
El conflicto causó perjuicios económicos a los dos bandos, porque los hombres de negocios taiwaneses son los principales inversores en China y sus ganancias constituyen un impulso para la economía de la isla.
La provincia de Fujian, justo cruzando el estrecho desde Taiwán, ha aprobado 600 proyectos de inversión por valor de 1.820 millones de dólares para 1996, casi el doble de aquellos iniciados en 1995, de acuerdo con un portavoz del gobierno provincial.
Los analistas tambien subrayaron que Beijing, tambien, no tendrá más remedio que negociar con el septuagenario Lee, pese a las invectivas que le dirigió cuando la crisis estuvo en pleno auge.
"Ha sido muy embarazoso. Beijing ya lanzó algunos ataques contra Lee…, de modo que ahora necesita cierto tiempo para que su propia gente se acomode a la nueva situación", comentó este lunes el profesor Lee.
Otros analistas agregaron que Beijing tendrá que ajustar su política respecto a Taiwán. Están previstas en breve reuniones tanto del Politburó del Partido Comunista como de la Comisión Militar Central para decidir los pasos futuros.
Entretanto, para el presidente Lee, ganar las elecciones ha sido la parte más facil. El mandatario "se dará cuenta que esa hercúlea tarea se ve empequeñecida por un desafio más grande todavía que la normalización de lazos con la República Popular", declaró en Taipei el analista Willy Lam.
Con la sombra del Ejercito Popular de Liberacion (PLA) de China pendiendo sobre la isla "Lee sabe que a menos que los vínculos con Beijing mejoren pronto, la supervivencia de Taiwán y su joven democracia están en juego".
"Globos de ensayo" ya han sido levantados por asistentes de Lee, incluyendo vínculos comerciales y una cumbre con el presidente chino Jiang Zemin, como posibles perspectivas.
Los analistas dijeron que el problema principal es determinar si las negociaciones seguirán de acuerdo con la agenda de Beijing o aquella de Lee. El amplio mandato dado al presidente podría darle más espacio para comenzar otra iniciativa e imponer su agenda.
Otros analistas opinaron que cualquiera hayan sido los resultados de las maniobras para asustar a los electores taiwaneses, Beijing salió con la suya para que los vínculos con la República Popular figuren al tope de la agenda de Lee.
Si esto es así, el presidente Lee deberá resignarse a tener un papel internacional menos importante, como buscar un asiento en las Naciones Unidas, sin normalizar primero las relaciones con China.
Como Beijing sabe que la reunificación con Taiwán es imposible a corto plazo, los líderes chinos se mostraron más preocupados que con el nuevo mandato del presidente Lee, el panorama de alguna manera haya cambiado. Pretenden lanzar negociaciones en sus propios términos antes que el cambio se transforme en una brecha insanable.
Los líderes chinos afirman que Lee y el Kuomintang están impulsando encubiertamente una agenda independentista. El Kuomintang, que dejó el continente cuando los comunistas derrotaron a los nacionalistas de Chiang Kai Shek, ha venido gobernando Taiwán desde el fín del dominio colonial japonés en 1945.
Desde entonces, Beijing ha considerado a Taiwán una provincia renegada y ha amenazado tomarla por la fuerza si la isla se declara independiente de China.
"Políticamente, la confrontación persistirá por mucho tiempo", predijo Cheung, pero señalo que podría haber progresos en los lazos económicos, como la restauración de conexiones postales directas e intercambios semioficiales en tecnología y agricultura.
Además, una nueva dimensión tambien se abrió para Beijing, según Cheung. "La fuerte respuesta de Estados Unidos ha hecho que ahora Beijing esté obligada remendar su relación con Washington".
China debe afrontar el hecho que con su exhibición de músculos allanó el camino para que Taiwán compre armas a Estados Unidos y otros países, en cantidades que jamás se verificaron en el pasado. (FIN/IPS/tra-en/ys/cpg/ego/ip).
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