Fiel a la tradicion del bolero, la apertura cubana parece seguir la senda de los amores dificiles, y entre el pais caribeno y los inversores extranjeros se ha desatado una historia cargada de esperanzas y conflictos.
Ambas partes se buscan mutuamente, pero tantean el terreno con cautela, calculando los riesgos. Sin embargo, el hechizo parece irresistible, tanto para los anfitriones como para los huespedes.
En los ultimos meses se suceden los encuentros entre hombres de negocios extranjeros y altos dirigentes cubanos, e incluso 65 altos ejecutivos estadounidense hicieron una visita sorpresiva a La Habana.
La propia competencia entre empresarios extranjeros alimenta el interes por Cuba.
A fines de octubre, la firma canadiense Sherrit Inc. anuncio que invertira 500 millones de dolares, buena parte de ellos en la industria azucarera.
Solo unos dias mas tarde Cuba firmo convenios con empresas de Alemania, Mexico y Canada para garantizar insumos necesarios para la proxima zafra azucarera, que cuenta con un financiamiento externo de 116 millones de dolares.
A principios de este mes, la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 95) reunio a 1.701 firmas de 52 paises, 400 mas que el ano pasado, y a un grupo significativo de hombres de negocios que llegaron para explorar el mercado cubano.
Si en la cita pasada Cuba recibio a los empresarios con el anuncio de la apertura de todos los sectores productivos al capital foraneo, en esta ocasion les puso sobre la mesa la nueva Ley de Inversion Extranjera.
Informes oficiales aseguran que las inversiones extranjeras pasaron de siete en 1990 a mas de 210 en septiembre ultimo, las cuales se extienden a 34 ramas de la economia con un capital comprometido de 2.100 millones de dolares.
Empresarios consultados por IPS mencionaron como sintoma de flexibilidad de la nueva ley el hecho de que no ponga limites a la participacion de los socios y admite inversiones de capital extranjero en su totalidad.
Sin embargo, la consultora internacional Tory Tory DesLauriers and Binnington estima "muy probable que sean pocos los negocios en Cuba cuya propiedad este totalmente en manos de extrajeros".
Segun la consultora, "el gobierno cubano sigue creyendo que es en beneficio del pais que se mantiene una participacion cubana importante dentro de las inversiones extranjeras".
La ley ratifica las garantias al capital invertido y pone una zancadilla al burocratismo, que ha trabado la fluidez del proceso al establecer en 60 dias el plazo con que cuenta el gobierno para responder a una propuesta.
Pero los empresarios no las tienen todas consigo. Reconocen la flexibilizacion, pero no pocos admiten que confiaban en que se les otorgara el derecho a la empresa mixta de contratar directamente sus trabajadores y no depender de la entidad empleadora estatal.
Aunque la ley da luz verde para la inversion en todos los sectores productivos, incluidos los negocios inmobiliarios y las zonas francas, en la practica el acceso al mercado interno se torna sumamente complicado.
"Es un pastel dificil de compartir", opino un experto en la economia cubana que indico que "las autoridades trataran de mantener el control sobre el mercado minorista por su alta tasa de retorno".
Algunas empresas extranjeras no pierden la paciencia y sus representantes confian en que mas temprano que tarde se abra la posibilidad de incursionar mas abiertamente en el disputado mercado cubano.
A su favor esgrimen que mientras las autoridades de la isla miden el impacto de cada medida antes de dar un nuevo paso, la apertura adquiere velocidad de manera gradual pero sostenida.
"Aunque algunos quieren que vayamos rapido, estamos vistiendonos despacio, como dice el refran, para andar mas aprisa", dijo recientemente el presidente Fidel Castro.
Opuestas a copiar los bruscos procesos de reforma de sus antiguos socios del este europeo, las autoridades cubanas se han propuesto reintegrarse al mercado internacional de forma paulatina.
Segun los expertos, tratan de ganar tiempo para que la industria nacional reajuste su maquinaria. De otra manera, esta corre el riesgo de perecer definitivamente ante una competencia exterior para la cual no esta preparada.
En la reunion promovida en octubre por la revista britanica The Economist, el vicepresidente cubano Carlos Lage reconocio que las inversiones extranjeras se encuentran a las espaldas de las tendencias de recuperacion que comienza a mostrar la economia.
El ministro de Economia, Jose Luis Rodriguez afirmo por su parte que el producto interno bruto crecio durante los primeros meses de este ano y podria cerrar 1995 con un aumento de 2,5 por ciento, contra 0,7 por ciento el pasado ano.
Fuentes oficiales reportan despegue en la mayoria de las esferas productivas, excepto el azucar, crecimiento en 16 por ciento de las exportaciones y el paso del deficit presupuestario de 33 por ciento del PIB en 1993 a 7,4 el ano pasado.
Recibido con optimismo pero sin exceso de entusiasmo por las autoridades, el alza del PIB suena como tanido de campanas para los empresarios extranjeros interesados en las posibilidades del mercado cubano.
Empresarios consultados por IPS dijeron que la recuperacion es un estimulo mas fuerte que otras proclamadas virtudes del caso cubano, como la estabilidad social, la calificacion de la mano de obra y la virginidad del mercado.
Varios de ellos reconocieron que tratan de afincar posiciones a la espera de la competencia empresarial estadounidense en una era posterior al bloqueo que estiman no tardara mucho en llegar.
Para el director ejecutivo del Instituto para el Desarrollo del Comercio de Irlanda, Mati Moran, "Cuba es una plaza importante para los empresarios que aspiren a extender sus negocios por el Caribe y America del Sur".
Mientras algunos acumulan paciencia para tratar de descifrar los codigos del mercado cubano, el gobierno alimenta las expectativas con el anuncio de la proxima promulgacion de leyes para negocios inmobiliarios y zonas francas.
La reforma bancaria en curso tambien debe aportar fluidez a las transacciones financieras de los inversores y se espera el lanzamiento de un fondo de inversiones de 50 millones de dolares para su cotizacion en el mercado financiero internacional.
Observadores locales aseguran que para atraer capital los cubanos hacen lo imposible por borrar la fama de nacionalizadores de bienes, pero se resisten a abrir indiscriminadamente las puertas de la economia.
En el otro extremo, los empresarios extranjeros tratan de conquistar mejores posiciones para multiplicar el capital y presionan para salvar los obstaculos heredados del sistema socialista de economia centralizada.
Mientras las afectuosas palmaditas en los hombros se dan la mano con la desconfianza, fuentes oficiales y analistas independientes coinciden en que mas alla de las contradicciones la apertura externa no tiene marcha atras. (FIN/IPS/da/ag/if/95
