La huelga de 31 dias de los trabajadores petroleros de Brasil concluyo en una doble derrota para sus promotores, que no lograron satisfaccion a sus demandas salariales y favorecieron los planes del gobierno de privatizar la empresa estatal del sector, Petrobras.
El movimiento se desato el 3 de mayo, cuando la Camara de Diputados comenzaba a analizar cinco reformas constitucionales tendientes a abrir sectores claves de la economia al capital privado y extranjero.
La enmienda que "flexibiliza" el monopolio petrolero sera votada el miercoles, tras sucesivos aplazamientos promovidos por el oficialismo, aprovechando el desgaste de la oposicion generado por una huelga impopular.
Una encuesta realizada por el Instituto Vox Populi entre el 20 y el 23 de mayo comprobo que la opinon publica se inclino por la quiebra del monopolio de Petrobras.
El 47 por ciento de los entrevistados se dijo favorable a la enmienda propuesta por el gobierno, contra 39 por ciento un mes antes, al tiempo que los que se oponian a esa medida cayeron de 38 a 24 por ciento en el mismo lapso.
Anteriormente los partidos de izquierda y sectores nacionalistas tenian esperanzas de provocar contradicciones en los partidos oficialistas que impedirian la mayoria de tres quintos necesaria para aprobar la enmienda constitucional.
Ahora el propio Departamento Intersindical de Asesoria Parlamentaria (DIAP), una organizacion vinculada al sindicalismo y a la oposicion izquierdista, reconocio que el gobierno obtendra el respaldo de entre 323 y 343 legisladores, contra 150 que rechazaran el proyecto oficial.
En una Camara compuesta por 513 diputados, bastan 308 votos para modificar la Constitucion. Las demas enmiendas se aprobaron por mayorias de entre 340 y 370 votos, pero todos consideran que la del petroleo es la mas polemica.
El monopolio de Petrobras fue decicido a comienzos de los anos 50 tras una intensa movilizacion popular que conto entre sus dirigentes al general Leonidas Cardoso, padre del actual presidente Fernando Henrique Cardoso.
Bajo la consigna de "el petroleo es nuestro", el movimiento tenia un caracter fuertemente nacionalista, dirigido contra las transnacionales y Estados Unidos, potencias segun las cuales Brasil no disponia de yacimienos petroleros de valor comercial suficiente para ser explotados.
La significacion nacional y popular de esas movilizaciones, transmitida a las nuevas generaciones, amenazo con dividir a la mayoria oficialista en el parlamento a la hora de votar la privatizacion de Petrobras.
Pero la impopularidad de la huelga de los petroleros fue decisiva para inclinar la balanza en favor del gobierno, al ser sometida la poblacion a una fuerte escasez de combustibles, en especial de gas domestico, utilizado sobre todo por los sectores mas pobres.
Los sindicalistas se dieron cuenta del efecto politicamente negativo de su medida y a mediados de mayo cambiaron su discurso, afirmando que la huelga era "exclusivamente economica", al apuntar unicamente a obtener los aumentos salariales prometidos en noviembre por el gobierno anterior.
La huelga se convirtio en arma del oficialismo, cuyos lideres proclamaron que el monopolio del petroleo solo sirve para colocar a la poblacion "a merced de los funcionarios de Petrobras", una situacion que, dijeron, la "flexibilizacion" impedira. (FIN/IPS/mo/dg/lb-ip/95
