Muchos países y agricultores todavía no se han volcado del todo a la agricultura orgánica, lo que sí logró el pequeño estado indio de Sikkim, en la frontera entre Tíbet, Nepal y Bután, en el Himalaya, que ya es 100 por ciento orgánico.
A principios de noviembre, Sikkim ganó el Premio a la Política del Futuro por ser el primer Estado del mundo en declararse totalmente orgánico en 2015, un camino que inició en 2003, cuando el ministro jefe Pawan Chamling anunció su política para convertirse en el “primer estado orgánico de India”.
La organización del premio, conocido como el “Oscar para las Mejores Políticas” está a cargo del Consejo para el Futuro del Mundo (WFC, en inglés), que busca investigar soluciones para los desafíos actuales.
El WFC analiza qué políticas tienen una perspectiva holística y de largo plazo, y cuáles protegen los derechos de las generaciones futuras. Y una vez al año, el consejo destaca las mejores.
Este año, en colaboración con la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM, en inglés) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el premio se concentró en las mejores políticas para ampliar la agroecología.
En 2004, un año después de anunciar su política, el gobierno de Sikkim adoptó una Política de Agricultura Orgánica, y en 2010, lanzó la Misión Orgánica, un plan de acción para su implementación. Luego, en 2015, gracias a una buena estrategia, se logró el objetivo.
Entre las medidas adoptadas por Sikkim, se destaca destinar 80 por ciento del presupuesto entre 2010 y 2014 a construir las capacidades de los agricultores, proveedores de servicios rurales y organismos de certificación. También se destinó parte de los fondos a ayudar a los agricultores a adquirir certificaciones y se tomaron medidas para distribuir semillas orgánicas.
Mejores prácticas en agroecología: Plan de acción orgánico de Dinamarca
El WFC también reconoció las políticas de otros gobiernos, y entregó otros reconocimientos. Entre los que recibieron la plata, se destaca el Plan de Acción Orgánica de Dinamarca, que se convirtió en una herramienta popular en los países europeos en la última década.
Casi 80 por ciento de los daneses compran alimentos orgánicos, y en la actualidad ese país tiene el mayor mercado de productos orgánicos del mundo, al concentrar 13 por ciento del volumen comercial.
“Lo que convierte a los consumidores daneses en los más entusiastas es que se realizaron campañas de información y hemos trabajado estratégicamente con los supermercados para que expongan productos orgánicos como parte de su estrategia de atraer a los consumidores hacia el valor de los alimentos, agregándole valor a través de los productos orgánicos”, explicó Paul Holmbeck, director de políticas de Dinamarca Orgánico, en diálogo con IPS.
La importancia de lo orgánico y lo agroecológico
Concebir las tierras cultivadas como ecosistemas en sí mismos, en los que los componentes vivos y no vivos afectan a los otros, es vital para obtener no solo alimentos sanos y orgánicos, sino también para preservar nuestro ambiente.
De hecho sería un error pensar que tener alimentos orgánicos en nuestras mesas necesariamente significa que resolvimos todos los problemas relacionados a la agricultura intensiva y a los daños al ambiente.
“La agroecología es un enfoque que aplica conceptos y principios ecológicos a los sistemas alimentarios y agrícolas, concentrándose en la interacción entre microorganismos, plantas, animales, seres humanos y el ambiente para impulsar el desarrollo de la agricultura sostenible a fin de garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición para todos, ahora y en el futuro”, explicó María Helena Semedo, directora general adjunta de la FAO.
“Se basa en la cocreación del conocimiento, compartiendo e innovando, combinando prácticas locales, tradicionales e indígenas con enfoques multidisciplinarios”, acotó.
Tendencias emergentes en materia de cultivos orgánicos
Se plantaron 57,8 millones de hectáreas en el mundo siguiendo prácticas orgánicas en 2016, según el informe “El Mundo de la Agricultura Orgánica 2018, Estadísticas y Tendencias Emergentes”, publicado a principios de este año por el Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica e IFOAM, lo que significa un aumento de 7,5 millones de hectáreas, alrededor de 13 por ciento, en comparación con el año anterior.
Este año, las tierras dedicadas a cultivos orgánicos aumentaron en todo el mundo, en Europa, 6,7 por ciento, en Asia, 34 por ciento, en África, siete por ciento, en América Latina, seis por ciento, y en América del Norte, cinco por ciento.
Australia tiene la mayor superficie plantada de forma orgánica, con 27,2 millones de hectáreas, seguida de Argentina, con tres millones, y China con 2,3 millones.
En 2016, hubo 2,7 millones de agricultores orgánicos. Alrededor de 40 por ciento de los cuales residen en Asia, seguido de África, con 27 por ciento, y América Latina, con 17 por ciento.
Según ese informe, el área total dedicada a la agricultura orgánica en Asia fue de casi 4.9 millones de hectáreas en 2016, y hay 1,1 millón de productores orgánicos en la región, siendo India el país con el mayor número al concentrar unos 835.000 cultvadores.
Por ello no sorprende el éxito de Sikkim, pues Asia es la región que encabeza la producción orgánica.[related_articles]
Perspectivas de futuro
Es difícil ampliar la agroecología y producir alimentos orgánicos.
“Para aprovechar los múltiples beneficios sostenibles de los enfoques agroecológicos, como un ambiente propicio, se necesitan políticas adaptadas, inversiones públicas, instituciones y prioridades de investigación”, indicó Semedo. “Pero eso todavía no es una realidad en la mayoría de los países”, observó.
De hecho, la pobreza, la malnutrición, la distribución desigual de la riqueza, la disminución de la biodiversidad, el deterioro de los recursos naturales, como el suelo y el agua, y el cambio climático son importantes desafíos en muchos países.
“Es fundamental ser orgánicos y que cada persona coma productos orgánicos porque de lo contrario estará consumiendo veneno y, básicamente, será escribir una receta de enfermedades crónicas”, alertó la especialista Vandana Shiva, integrante del WFC, en diálogo con IPS durante la ceremonia de premiación en la sede de la FAO, en Roma, en octubre.
“Puede ser cáncer, así como problemas neurológicos”, apuntó.
“El cultivo orgánico es la única solución viva al cambio climático. La agricultura química es gran responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero, en cambio la agricultura orgánica capta el dióxido de carbono de la atmósfera y lo lleva al suelo”, añadió.
Parece haber un gran consenso respecto de que el planeta debe avanzar hacia una forma más sostenible de vida, y ese es un motivo para ser optimistas.
“Soy muy optimista respecto de los productos orgánicos porque creamos nuevas soluciones para el bienestar del clima y los animales, la sostenibilidad y el buen estado del suelo cada día”, indicó Holmbeck.
“Los gobiernos comienzan a ver que las políticas que favorecen los productos orgánicos funcionan: es bueno para los agricultores, para los consumidores y para el planeta”, subrayó.
Traducción: Verónica Firme