BRASIL: Multimillonario pasivo por el tabaquismo

Brasil gasta unos 10.000 millones de dólares anuales en atención sanitaria a fumadores, más del triple de lo que el sector aporta en impuestos en este país, que es el primer exportador y el segundo productor mundial de tabaco.

La magnitud de los efectos del consumo de tabaco en Brasil se ve expresada en su impacto económico, resalta un estudio de la estatal Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), dedicada a respaldar la salud pública, y de la no gubernamental Alianza de Control del Tabaquismo (ACT).

El informe "Carga de las enfermedades relacionadas con el tabaco en Brasil", publicado este mes, indica que los gastos para tratar padecimientos como cáncer, males cardíacos, pulmonares y derrames cerebrales derivados del tabaquismo equivalen a 0,5 por ciento del producto interno bruto.

La directora-ejecutiva de la ACT, Paula Johns, detalló a IPS que el estudio calculó inicialmente los gastos asociados al tratamiento de las 15 enfermedades principales producidas por el tabaquismo, pero que en total el consumo de cigarrillos incide en el desarrollo de 50 padecimientos.

"La industria del tabaco no se responsabiliza por el costo y argumenta que paga muchos impuestos. El peso de curar las enfermedades recae en el poder público", dijo.
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En 2011, los impuestos totales de la industria tabacalera brasileña sumaron 3.000 millones de dólares, menos de un tercio de lo que gastó el Estado en tratar a los afectados por el consumo.

Según Johns, la carga tributaria para el sector debería cuanto menos triplicarse, para pagar los costos que generarán los fumadores activos y pasivos tras dos o tres décadas de consumo.

"Además, hay que tener en cuenta costos indirectos, como la jubilación precoz", argumentó. En este país de casi 200 millones de habitantes, unos 25 millones de personas son fumadoras, 15 millones de las cuales son hombres. Pero Johns subrayó como dato negativo que mujeres, niños y niñas están comenzando a fumar más y más temprano.

El objetivo de los responsables del estudio es demostrar la necesidad de profundizar la regulación de la industria tabacalera y de invertir en medidas de prevención, para limitar la adicción al cigarrillo.

"Prevenir no es solo hacer campañas educativas, hay que dificultar el acceso, encarecer los precios y disminuir los puntos de venta", planteó Johns.

Actualmente en Brasil se venden paquetes de cigarrillos por tres dólares.

Este país es el segundo productor mundial de tabaco, detrás de China y delante de India y Estados Unidos. El año pasado, 85 por ciento de esa producción se destinó al mercado externo, lo que consolidó su primer lugar como exportador del producto, en que se mantiene desde 1993. La venta externa aportó 2.890 millones de dólares.

El estudio, el primero que mide en Brasil el impacto económico del tabaquismo, establece que el perfil de los fumadores locales es: mayoría negra (un tercio de los fumadores son afrodescendientes), pobres, habitantes rurales y con baja escolaridad, según la ACT.

Hay datos que impresionan, como que 20 por ciento de los consumidores de tabaco empezaron a fumar con menos de 15 años de edad, y el resto antes de los 19 años.

También alarma otro indicador a las autoridades que luchan por controlar el consumo: 60 por ciento de los adolescentes que empiezan a fumar lo hacen con cigarrillos que tienen adictivos con sabores, como de cereza, chocolate o menta.

Para la coordinadora del estudio, Márcia Pinto, el impacto económico para el Estado podría ser minimizado porque todas las enfermedades que provoca el consumo de tabaco pueden ser prevenidas.

"Todo este recurso podría ser invertido en programas de vacunación, ampliación del diagnóstico y acceso al tratamiento de cánceres y programas de saneamiento", dijo a IPS la coordinadora de un equipo de seis investigadores y representante del Instituto Fernandes Figueira, parte de Fiocruz.

Pinto estudia desde hace 12 años diferentes aspectos de la industria del tabaco y subraya que es indispensable que se midan los costos del tabaquismo para el país, para así impulsar políticas públicas que impidan que la población infantil, los adolescentes y las mujeres sean cooptados como consumidores.

La experta recordó que el consumo de cigarrillos origina 90 por ciento de los casos de enfermedades de pulmón.

El estudio determina que los problemas cardíacos, seguidos de enfermedades pulmonares –cáncer incluido- y los accidentes cerebrovasculares acapararan 83 por ciento de los costos para el sistema público de salud derivados del tabaquismo.

En 2011, alrededor de 30 por ciento del presupuesto total del Fondo Nacional de la Salud, que administra los recursos del estatal Sistema Único de Salud, se destinó a tratar enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco.

Pese a ello, detalla el informe, la expectativa de vida de los fumadores se reduce en promedio en al menos cinco años.

"El fumador pierde cinco años de vida. El tabaquismo es una enfermedad y está, además, relacionada con el alcoholismo y el sedentarismo", señaló Pinto.

Con los 10.000 millones de dólares consumidos por el tabaquismo podría atenderse todo el déficit brasileño de saneamiento básico, que requiere 6.000 millones de dólares anuales de inversión en las próximas dos décadas, según cálculos del departamento de salud ambiental de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo.

La cifra representa la mitad del presupuesto anual del Programa de Aceleración del Crecimiento, instituido por la presidenta Dilma Rousseff para dotar el país de las infraestructuras que requiere.

Un programa social emblemático, "Mi casa, mi vida", que pretende aliviar el déficit de viviendas, demandó en 2011 al erario público bastante menos: 6.200 millones de dólares.

El tabaquismo es responsable de la muerte de 5,4 millones de personas en el planeta cada año, según la Organización Mundial de Salud.

Y su previsión es que la situación empeorará en el futuro: en 2030, la mortalidad por el consumo de tabaco será de ocho millones, 80 por ciento en países del Sur en desarrollo.

A nivel mundial, el costo anual por enfermedades derivadas del tabaquismo es de unos 500.000 millones de dólares, según calcula la Sociedad Americana contra el Cáncer.

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