Junto con el reclamo de despenalizar el aborto terapéutico, la unión civil de personas del mismo sexo aparece entre los asuntos más controvertidos de la campaña electoral de Chile. Pero mientras algunos candidatos se abren al debate, los parlamentarios le cierran la puerta.
La cuestión de la unión civil "está puesta en la primera línea de la discusión política por la coyuntura electoral. Nosotros estamos en rondas de conversaciones con todos los candidatos presidenciales", comentó a IPS Rolando Jiménez, del no gubernamental Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile (Movilh).
Ya obtuvieron el respaldo del candidato independiente Marco Enríquez-Ominami, ex diputado del cogobernante Partido Socialista, mientras que el postulante de la coalición gobernante, el ex mandatario Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), se comprometió a estudiar las propuestas de la agrupación.
Restan encuentros con otros candidatos de izquierda y con el abanderado de la centroderechista Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera.
"Estamos pidiendo compromisos concretos, firmados, con mecanismos de seguimiento, para que no nos vuelva a pasar lo que nos pasó con la actual presidenta (Michelle Bachelet), quien puso en su programa de gobierno el envío de un proyecto de ley que regulara las uniones de hecho, independientemente de su composición, pero no ha tenido voluntad para hacerlo", acusó Jiménez.
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Hasta ahora han ingresado cuatro mociones parlamentarias sobre unión civil al Congreso legislativo, tres de las cuales sólo buscaban regular la situación de las parejas convivientes heterosexuales.
Con votos de la oposición derechista y de la cogobernante Democracia Cristiana, el 17 de este mes la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados rechazó legislar sobre la única de estas mociones, para parejas heterosexuales, que había avanzado algo en el parlamento. Según Jiménez, los parlamentarios temieron que posteriormente se incluyera a las personas del mismo sexo en el articulado.
Este fue uno de los temas tratados este jueves en el seminario "Hacia la igualdad de derechos. Las uniones entre personas de mismo sexo y la lucha contra la homofobia", organizado por la Facultad de Ciencias Sociales de la estatal Universidad de Chile.
"Los Estados modernos buscan formas de asegurar los derechos de más personas, porque se dan cuenta que las formas tradicionales, que protegían sólo a un padrón —familia casada que cuidaba de hijos—, no funciona más", comentó a IPS el sociólogo francés Michel Bozon, director de investigación del Instituto Nacional de Estudios Demográficos, de París.
"Este interés por regular las formas de convivencia y de familia, más allá del modelo de familia tradicional, tiene que ver con todas las evoluciones sociales: hay más separaciones y hay otras formas de convivencia que aparecen y que tienen que ser incluidas", enfatizó Bozon, invitado a exponer al seminario.
La institución de la unión civil, que regula la extensión de derechos a beneficios sociales y patrimoniales para las parejas no casadas, heterosexuales y homosexuales, surgieron en la década de 1980 en Europa, en un contexto de declive de los matrimonios tradicionales y de aumento de los divorcios y de los nacimientos fuera del matrimonio.
Siete países del mundo han extendido la institución matrimonial a parejas convivientes de un mismo sexo: Bélgica, Canadá, España, Holanda, Noruega, Sudáfrica y Suecia, detalló Bozon.
Otras 17 naciones han aprobado uniones civiles que extienden derechos a parejas del mismo sexo, entre ellas, Alemania, Dinamarca, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Islandia, Nueva Zelanda, Portugal, República Checa y Uruguay.
En Francia las uniones civiles pasaron de 22.000 en 2000 a 146.00 en 2008, transformándose en una alternativa al matrimonio, observó Bozon.
Algunos distritos de países federales también poseen legislaciones de este tipo, por ejemplo seis estados de Estados Unidos y las capitales de México y de Argentina.
Otros países han optado por registros de cohabitación, que extienden ciertos derechos a parejas de mismo sexo que han convivido por una cierta cantidad de tiempo. Es el caso de Colombia y Brasil y de algunos distritos de Argentina, en América de Sur.
En tanto, la adopción de hijos es aceptada sólo en ocho países del mundo: Bélgica, España, Gran Bretaña, Holanda, Islandia, Noruega, Sudáfrica y Suecia.
La experiencia indica que los homosexuales son los primeros en usar estas leyes, pero rápidamente las lesbianas los equiparan o aumentan en número, dijo Bozon.
"El debate parlamentario está creciendo en todos los países del mundo. Es muy fuerte. Además, las leyes, cuando son votadas continúan evolucionando, no hay nada estático. Hay países que las evalúan también. En casi todos los continentes se está debatiendo el tema. Es un proceso universal", comentó.
Aunque encuestas y estudios muestran una alta discriminación y victimización de la población homosexual, lésbica y transgénero en Chile, especialistas observan una creciente apertura entre la población joven.
Este jueves el gubernamental Instituto Nacional de la Juventud de Chile divulgó los resultados de una encuesta realizada a 400 jóvenes de las tres regiones más grandes del país, llamada "Posicionamiento de la Juventud Chilena frente a temas de Contingencia Nacional".
Setenta y ocho por ciento de las personas entrevistadas respondieron que la convivencia es tan válida que el matrimonio y 86,8 por ciento se mostraron de acuerdo con las relaciones sexuales prematrimoniales.
Asimismo, 56 por ciento de las y los jóvenes consultados apoyaron los matrimonios homosexuales y 51,3 por ciento el derecho a la adopción.
Este sábado, el movimiento homosexual realizará la IX Muestra Cultural por la Diversidad y la No Discriminación, con motivo del Día Internacional del Orgullo Gay, donde participarán agrupaciones artísticas y representantes de pueblos indígenas, inmigrantes, personas con discapacidad, jóvenes y mujeres.
