PENA DE MUERTE-LIBIA: De la tortura a un incierto fusilamiento
«¡Por favor, no nos abandonen! ¡Vamos a morir aquí!», gritó tras las rejas de su celda Nasya Nenova, la más joven de las cinco enfermeras búlgaras condenadas el mes pasado en Libia a morir fusiladas por la inoculación del virus