Ejes del desarrollo en América Latina

La infraestructura de energía, transporte, agua y saneamiento refleja las necesidades y las opciones de desarrollo de un país o sus comunidades, al mismo tiempo que encamina un futuro a veces no planificado. Su construcción, su gestión y su uso producen beneficios y efectos indeseables, no siempre identificados en los estudios previos. Ese proceso, especialmente en lo que afecta la naturaleza, que es la infraestructura madre, y las cuestiones sociales involucradas son los temas de este canal especial de IPS, que cuenta con el apoyo de la Fundación Mott.

Cisternas de agua de lluvia apaciguan sed de Chaco argentino

En la provincia de Salta, en el norte de Argentina, está Los Blancos, un pueblo de 1.100 habitantes en cuyos alrededores viven comunidades rurales, tanto indígenas como criollas, que sobreviven sobre todo de la pequeña actividad agropecuaria.

La jubilada Elizabeth Ribeiro planta el primer árbol de su vida, una especie de papaya silvestre, en una finca a unos 50 kilómetros de Brasilia. Plántulas donadas durante el Foro Mundial del Agua, realizado en la capital de Brasil en marzo, se sembraron en la cuenca del río Pipiripau para "producir agua", que abastece a dos ciudades cercanas. Crédito: Mario Osava/IPS

Agua, producto ambiental de la agricultura en Brasil

Solo ahora, ya jubilada como profesora de educación física, Elizabeth Ribeiro plantó el primer árbol de su vida, un jaracatia, también conocido como papaya silvestre, nativo en las sabanas centrales de Brasil.

Néstor Flores, un comunero de Quinsalakaya, a más de 4.300 metros de altura, en las alturas andinas, en el sureste de Perú, muestra la estructura con muros de ladrillos de adobe de su nueva vivienda abrigadora, a la que él y su familia se trasladarán antes de finalizar el año y que les permitirá vivir libres de frío y de humo. Crédito: Annie Solís/IPS

Casas térmicas cobijan de las heladas junto al cielo de Perú

Treinta familias de una comunidad rural a más de 4.300 metros de altura contarán con casas abrigadoras que las protegerán de las heladas que cada año causan muerte y enfermedades entre la población infantil y adulta mayor en esta región

Mireya Noa y Marciano Calamato, una pareja de productores que explotan su finca en la única zona semiárida de Cuba, en la provincia oriental de Guantánamo. Gracias a los árboles que plantaron, lograron sombrear áreas del terreno, refrescar el ambiente y contrarrestar la fuerte evaporación del agua del suelo en la ecorregión costera y semidesértica. Crédito: Ivet González/IPS

El Semiárido cubano reinventa su agro para subsistir

Con paso ágil, los agricultores Marciano Calamato y Mireya Noa desandan el terreno seco y amarillento de su finca, donde logran cosechar hasta cebollas, en el oriental Semiárido cubano, un ecosistema de características únicas.

Las comunidades de la ecorregión brasileña del Semiárido, de 1,03 millones de kilómetros cuadrados, impulsan una convivencia activa con las recurrentes sequías en su agreste territorio, que ha mejorado sus vidas y ha evitado las muertes que los asolaban en el pasado.

Convivencia y no combate con sequías del Nordeste brasileño

Las comunidades de la ecorregión brasileña del Semiárido,  de 1,03 millones de kilómetros cuadrados, impulsan una convivencia activa con las recurrentes sequías en su agreste territorio, que ha  mejorado sus vidas y ha evitado las muertes que los asolaban en

Jóvenes y periodistas de varios países latinoamericanos aprendieron, en encuentros paralelos y en diálogos conjuntos, cómo las comunidades de la del Semiárido han aprendido a convivir con esa agreste ecorregión y sus sequías, que gracias a ello dejaron de causar las mortandades del pasado.

Jóvenes y periodistas aprenden lecciones del Semiárido brasileño

Jóvenes y periodistas de varios países latinoamericanos aprendieron, en encuentros paralelos y en diálogos conjuntos, cómo las comunidades del Semiárido han aprendido a convivir con esa agreste ecorregión y sus sequías, que gracias a ello dejaron de causar las mortandades

Tocones de cocoteros que secó la última sequía en São Gonçalo, en el municipio de Sousa, en el nordeste de Brasil. En 2012, las autoridades hídricas suspendieron la irrigación, para asegurar el suministro de agua para consumo humano, ante la fuerte caída del agua embalsada, que se prolongó por cinco años más. Crédito: Mario Osava/IPS

Diversificar los cultivos ayuda a superar las sequías en Brasil

Decenas de camiones salían cada día de São Gonçalo,  llevando su producción agrícola, principalmente cocos, a los mercados de todo Brasil, incluso a las ciudades de Río de Janeiro y São Paulo, distantes más de 2.000 kilómetros.

Solange de Oliveira Matos, presidenta de la Comunidad Várzea Comprida dos Oliveiras, posa con orgullo frente a las hortalizas de su terreno, regadas con agua almacenada de lluvia, mediante un sistema de cisternas que ha mejorado la agricultura en el Semiárido de Brasil, así como la vida de sus habitantes. Crédito: Orlando Milesi/IPS

Ingenio y voluntad de convivir con el Semiárido en Brasil

Jóvenes y periodistas sudamericanos tuvieron oportunidad de conocer sobre el terreno las experiencias de los habitantes de las comunidades de la ecorregión del Semiárido, para su convivencia activa con la sequía que cíclicamente afecta a la región del Nordeste de

Desde el Grupo Familiar 24 de Junio, en sector más empinado de un populoso municipio de los suburbios de Lima, se observan los pequeños huertos comunitarios a cargo de las familias de la zona, que crearon esta comunidad tras migrar en su mayoría de regiones andinas de Perú. Su conocimiento tradicional de prácticas agrícolas contribuye a sostener la experiencia comunitaria. Crédito: Mariela Jara/IPS

Jóvenes latinoamericanos aprenden caminos hacia energías limpias

Jóvenes peruanos proyectan aprovechar los saberes adquiridos en el Semiárido brasileño para llevar agua a poblaciones que carecen del recurso, tras intercambiar experiencias en aquella ecorregión sobre los múltiples usos de las energías renovables en comunidades afectadas por fenómenos climáticos.

Juan Benítez, presidente de la Asociación Nuevos Horizontes de La Joya de Talchiga, descansa en el borde del dique construido como parte de la Minicentral Hidroeléctrica El Calambre. Las pocas más de 40 familias del caserío tienen electricidad desde 2012, gracias al proyecto construido por ellos mismos, en las montañas del este de El Salvador.Crédito: Edgardo Ayala/IPS

Campesinos hacen su propia luz en comunidad salvadoreña

En el hogar de Lilian Gómez, enclavado en las montañas del este de El Salvador, la oscuridad de la noche apenas se aliviaba con las tenues y temblorosas llamas de un par de velas, al igual que sucedía entre sus

En la localidad costera de Satkhira, en el sudoeste de Bangladesh, donde las fuentes de agua dulce sufren la intrusión de agua salada, un vendedor de agua llena tanques de 20 litros en cañerías públicas para vender en islas donde las familias destinan unos 300 takas (3,59 dólares) al mes para comprar agua potable para beber y cocinar. Crédito: Manipadma Jena/IPS.

Cómo gestionar la falta de agua cuando la escasez es la norma

Los países en crecimiento tienen economías sedientas, y la escasez de agua se volvió la “nueva norma” en muchas partes del mundo, observó Torgny Holmgren, director ejecutivo del Instituto Internacional para el Agua de Estocolmo (SIWI).

La abogada yurok Amy Cordalis (primera de la izquierda) explica los impactos del cambio climático en el río la Klamath, como la caída de la presencia de salmones, una especie fundamental en las tradiciones y economía de este pueblo nativo del estado de California, en el oeste de Estados Unidos. Crédito: Emilio Godoy/IPS

Vivir o morir depende de conservar su río para los yurok

Los pescadores escasean en el delta del río Klamath, a diferencia de otras épocas de captura, pues el cambio climático recalienta sus aguas y eso mata al salmón, la especie estrella de esta región del oeste de Estados Unidos.