CUBA-EEUU: Ni crisis ni agresión

La cercanía de un éxodo masivo de cubanos hacia Estados Unidos, que llevaría al gobierno de ese país a decidir un ataque militar contra esta isla del Caribe, fue descartada este miércoles por representantes de Washington.

”Creo que no habrá una emigración masiva”, dijo el jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), James Cason, en una conferencia de prensa sobre el cumplimiento de los acuerdos migratorios firmados por ambos países en 1994 y en 1995.

Según el diplomático, aunque muchas personas desean emigrar de Cuba y no conocen las vías legales y seguras para hacerlo, ”las crisis migratorias son estimuladas por el gobierno (cubano), no son espontáneas”.

Cason aseguró que los episodios anteriores similares han ocurrido en momentos de crisis económica o social en Cuba y han sido utilizados por su gobierno.

Al parecer éste no sería el momento oportuno para una salida de este tipo por parte del gobierno cubano de Fidel Castro y, en cualquier caso, Estados Unidos haría ”todo lo posible por evitarlo”, afirmó el jefe de la SINA.
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La Habana ha acusado a Washington en reiteradas ocasiones de demorar los procesos de entrega de visado y querer incentivar así una crisis migratoria que serviría de pretexto para una agresión militar contra la isla.

Tras el argumento de las visas se sumó este año el programa del presidente estadounidense George W. Bush para una transición democrática en Cuba, que incluye medidas para restringir los ingresos financieros a la economía cubana.

Washington pretende ”provocar más sufrimientos” a la población, ”desestabilizar el país” y estimular ”una crisis migratoria” mediante la política de ”meter más vapor en la olla” para que explote, dijo en mayo, luego del anuncio estadounidense, el canciller cubano Felipe Pérez Roque.

Un éxodo masivo, similar a la llamada ”crisis de los balseros” de agosto de 1994, cuando miles de cubanos abandonaron su país en embarcaciones precarias con rumbo a la costa del sudoriental estado estadounidense de Florida, sería considerado como un ataque directo a la seguridad nacional del vecino país de América del Norte, según la denominada ley Helms-Burton de 1996.

”El gobierno de los Estados Unidos no tiene intención alguna de invadir Cuba”, afirma una declaración entregada este miércoles por la SINA al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba para su divulgación en los medios de comunicación del país.

La SINA también entregó a las autoridades cubanas un video promocional, que pretende desestimular las salidas ilegales de Cuba por mar para ser transmitidas por la televisión nacional, solicitud que habría sido rechazada de acuerdo con Cason.

La idea estadounidense es hacer llegar información a la población cubana sobre las opciones legales de emigrar, justo en los meses de julio y agosto, cuando la tranquilidad en las costas lleva a muchas personas a asumir el riesgo de lanzarse al mar Caribe.

La declaración entregada a la cancillería anuncia que el pasado día 16 Estados Unidos cumplió su compromiso con el gobierno de Cuba para la entrega de un mínimo de 20.000 visas anuales para emigrantes permanentes.

”Hemos llegado a 20.000 el 16 de julio y seguiremos expidiendo visas” hasta el cierre del año fiscal el 31 de septiembre, aseguró Cason. Las visas entregadas en el año fiscal estadounidense anterior ascendieron a 21.075, también por encima de lo acordado, precisó.

”Existe la posibilidad de encontrar una vida mejor por la vía legal y no arrojándose a los peligros que el mar encierra”, afirma una declaración a la prensa.

Estados Unidos reitera, además, la necesidad de convocar a una nueva lotería de visas, opción que no ha sido aceptada por las autoridades cubanas.

El último ”bombo”, como se le conoce en la isla, realizado en 1998, convocó a 541.000 personas, y aún está vigente. ”Cada mes sacamos de entre 1.200 a 1.500 personas de la lotería de 1998” para iniciar los trámites, dijo Cason.

El diplomático planteó también la preocupación presentada varias veces por Washington de los casos de personas que, una vez obtenida su visa de emigrante para Estados Unidos, no reciben el permiso de salida de Cuba.

Datos facilitados por la SINA indican que 1.352 personas se encuentran en esa situación, 80 por ciento de las cuales proceden del sector de la salud pública, 12 por ciento presentan algún motivo vinculado al servicio militar y ocho por ciento son graduados universitarios.

Según el diplomático, la no realización de un nuevo ”bombo” y la negativa del permiso de salida a determinados sectores provoca que cada vez haya más personas menores de 25 años y profesionales intentando salir de forma legal de Cuba, que cuenta con más de 11,2 millones de habitantes.

”No se deberían excluir grandes grupos de personas de poder salir del país”, dijo Cason, para luego recordar que, ”cuando se firmaron los acuerdos migratorios, no se hablaba de categorías de personas que no podían salir”.

Más de 250.000 cubanos han emigrado a Estados Unidos en los últimos 10 años. Fuentes del gobierno de Castro aseguran que 1,5 millones de personas viven en el exterior y que 1,3 millones de ellas lo hacen en Estados Unidos.

”Emigrar es un derecho, fijar la residencia en el exterior es una decisión de cada cual”, reconoció el canciller cubano en mayo, pero descartó una pronta eliminación del permiso de salida que necesitan los cubanos para viajar.

Pérez Roque aseguró entonces que ese requisito podrá eliminarse cuando Cuba deje de ser víctima de las agresiones de Estados Unidos, de la manipulación de ese país de la cuestión migratoria y de los programas destinados al ”robo” de cerebros.

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