Transformación digital en Cuba con miras a la sostenibilidad y la soberanía

Unos adolescentes manipulan un robot a escala diseñado para el trabajo en la agroindustria, durante la feria Inspirando Acción, dedicada a explorar el potencial de la inteligencia artificial, en La Habana. La educación y la comunicación son necesarios para mitigar la resistencia a la transformación digital en Cuba. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

LA HABANA – Tras años de limitación en el acceso a internet, Cuba emprende a la carrera la transformación digital de su sociedad, en la búsqueda por no quedarse relegada de los estándares internacionales y de alcanzar un mayor grado de soberanía tecnológica.

“La transformación digital no es solo tecnológica; es, sobre todo, cultural. Implica un cambio de mentalidad en la ciudadanía, en las instituciones y en la propia estructura económica”, dijo a IPS Ailyn Febles, viceministra del Ministerio de Comunicaciones.

Según Febles, este proceso de desarrollo en Cuba se ve obstaculizado por la crisis económica que enfrenta actualmente el país, acentuada por las sanciones económicas de Estados Unidos, que dificultan la adquisición de tecnologías de punta e infraestructura de conectividad.

El contexto ha obligado al Estado a plantear una estrategia basada en la optimización de los recursos existentes, así como la búsqueda de alternativas de financiamiento y de alianzas que prioricen “la transferencia de tecnología y la capacitación de nuestro capital humano”.

“Promovemos un proceso de digitalización que sea inclusivo y que demuestre, de forma tangible, sus beneficios en la simplificación de trámites, el acceso a servicios y la eficiencia económica. La educación y la comunicación son pilares para superar esta resistencia natural al cambio”: Ailyn Febles.

Uno de los retos pendientes es la construcción de un marco jurídico e institucional para la gestión de los datos, que garantice tanto su uso productivo para el desarrollo nacional como la protección de los datos personales de la población cubana, afirmó Febles.

“Promovemos un proceso de digitalización que sea inclusivo y que demuestre, de forma tangible, sus beneficios en la simplificación de trámites, el acceso a servicios y la eficiencia económica. La educación y la comunicación son pilares para superar esta resistencia natural al cambio”, agregó.

No fue hasta 2018 que en esta nación insular caribeña de 9,7 millones de habitantes se comenzaron a comercializar abiertamente los servicios de conexión por datos móviles, tras lo cual el acceso creció hasta superar en 2025 los ocho millones de líneas móviles activas, de las que 95 % tiene acceso a internet.

Expandir las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ha sido una prioridad durante la administración del actual presidente cubano Miguel Díaz-Canel, quien empezó su mandato en 2018

En mayo de 2024, se emanó la Política para la Transformación Digital, Agenda Digital Cuba y Estrategia de Inteligencia Artificial, una hoja de ruta para el desarrollo de las nuevas tecnologías, que enfrenta asuntos como el gobierno digital o las competencias digitales de la ciudadanía.

Integrantes del Grupo de Inteligencia Artificial, perteneciente a la Universidad de La Habana, en el Palacio Central de Computación, en La Habana. El desarrollo de soluciones propias de inteligencia artificial supone un ahorro en el uso de recursos materiales. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Un debate “cubanizado”

El IV Congreso Internacional de Transformación Digital, Cibersociedad 2025, que ha sesionado en La Habana desde el 6 octubre hasta este jueves 9, en una actividad organizadao por la Unión de Informáticos de Cuba (UIC), constituyó un espacio de diálogo entre expertos del sector tecnológico para discutir las últimas tendencias y estrategias en el ámbito digital.

Entre los temas relevantes abordados, estuvieron la ciberseguridad, soberanía tecnológica, gobernanza de datos, inclusión digital y accesibilidad, así como el desarrollo de la inteligencia artificial.

“Me pareció un evento alineado con las necesidades actuales de Cuba… en el pasado, muchas ponencias se centraban en describir tendencias globales. En Cibersociedad 2025 hubo un salto hacia la ‘cubanización’ de los debates”, dijo la viceministra, quien impartió una conferencia magistral durante el  Congreso.

Según Febles, si bien se analizaron las tendencias internacionales en el evento, se hizo con una mirada crítica y siempre proyectada hacia su implementación práctica en las condiciones específicas de Cuba.

Cibersociedad 2025 indagó sobre la posibilidad de un futuro digital sostenible, “buscando lo más genuino del pensamiento científico, lo más innovador desde el pensamiento práctico y los más inclusivo desde una mirada de género e integración de todos los ciudadanos a la gran tarea de la informatización”, dijo a medios locales Omar Correa, presidente de la UIC.

Febles, durante su exposición, resaltó la importancia de lograr, en el camino de la transformación digital, un equilibrio entre la economía, el desarrollo humano universal y equitativo, y la preservación del medio ambiente.

Actualmente, por ejemplo, la digitalización de procesos que se realiza en algunos organismos estatales contribuye a la reducción del consumo de recursos como el papel; en cambio, el propio funcionamiento de los centros de datos y otras infraestructuras de telecomunicaciones incrementa la demanda eléctrica.

Aquello representa un desafío para el sistema eléctrico actual cubano, cuya crisis de generación apenas cubre alrededor de la mitad de la demanda nacional y todavía es muy dependiente de los combustibles fósiles, los mayores emisores de gases contaminantes a la atmósfera.

Por ello, el objetivo estatal de que, para 2030, 24 % de la generación eléctrica proceda de fuentes renovables de energía, se encadena con la estrategia de la transformación digital.

Además, en el país ya se está aplicando la firma digital para varios trámites burocráticos, el reciclaje de chatarra digital –aún limitado, pues solo se realiza a través de los radioaficionados–, y un proyecto de crear una nube cubana, para disminuir el uso de dispositivos de almacenamiento físicos, entre otras iniciativas.

“No queremos un desarrollo tecnológico desvinculado del cuidado del medio ambiente. Por ello, estamos integrando criterios de sostenibilidad en nuestros planes de infraestructura, promoviendo la economía circular en el sector de las Tic y priorizando soluciones digitales que contribuyan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, acotó Febles.

Cuba, como otros países, apuesta también por soluciones propias en el uso de la Inteligencia Artificial, que suponen, además de un aumento en la productividad y la soberanía tecnológica, un ahorro en el uso de dispositivos, recursos y materiales.

La pantalla de un ordenador muestra la imagen promocional de CecilIA, un modelo de lenguaje cubano para inteligencia artificial, durante la feria Inspirando Acción. Este proyecto permitiría reducir la dependencia tecnológica, fomentar la innovación local y aumentar la accesibilidad en el uso de aplicaciones que usen la IA. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Inteligencia artificial con enfoque nacional

El 26 de mayo concluyó el primer entrenamiento de un modelo de lenguaje cubano para inteligencia artificial (IA) generativa, CecilIA, aún en fase de desarrollo.

CecilIA ha sido entrenado inicialmente con datos cubanos (textos literarios, prensa nacional, discursos políticos, la Gaceta Oficial y otros), y representa lo que especialistas llaman “modelos de lenguaje pequeños”, que requieren menos recursos y son ideales para países en desarrollo.

“Crear un modelo de lenguaje a partir de texto cubano es esencial para poder construir posteriormente aplicaciones de IA generativa que capturen los matices de nuestra variante lingüística, cultura, tradiciones e historia”, dijo a la prensa local Yudivián Almeida, director del Grupo de Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos de la Universidad de La Habana, que encabeza el proyecto CecilIA.

Según Almeida, se espera erigir con este modelo un corpus con al menos 10 000 instrucciones específicas, muchas de las cuales podrán ser propuestas de manera abierta por cualquier persona interesada.

“Su existencia permite además reducir la dependencia tecnológica, fomenta la innovación local y aumenta la accesibilidad y democratización del uso de aplicaciones que usen modelos generativos. Así, se puede trabajar mejor en la creación de sistemas computacionales más eficientes y especializados en sectores concretos”, agregó.


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Sin embargo, por ahora una de las limitantes de este modelo de lenguaje es la subrepresentación del lenguaje coloquial en los datos para su preentrenamiento.

“Estamos trabajando en ideas para poder lograr su presencia, como realizar campañas de grabaciones o llegar a guiones de programas de televisión y cine”, dijo Almeida.

Actualmente, existen otros grandes proyectos de modelos lenguaje en español; uno de los más ambiciosos, Latam-GPT, una IA de código abierto, busca la construcción de un gran modelo de lenguaje latinoamericano, aunque todavía no ha comenzado su entrenamiento.

Otro muy notorio es el llamado Salamandra, una familia de modelos multilingües entrenada con datos que provienen de textos en 35 idiomas europeos, así como lenguajes de programación.

“Nuestros propósitos son aumentar la articulación que ya vamos teniendo con el proyecto Salamandra (a través de un trabajo conjunto con la Universidad de Alicante), y tratar, desde CecilIA, continuar la visión cubana, latinoamericana e iberoamericana”, dijo Almeida.

ED: EG

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