KABUL – A finales de septiembre, los talibanes cortaron abruptamente el acceso a internet por conexión inalámbrica y fibra óptica en Afganistán durante 48 horas sin dar ninguna explicación. La interrupción causó consternación y sufrimiento entre millones de afganos, especialmente entre aquellos que dependen de la red para la educación y el comercio en línea.
El cierre de las escuelas para niñas no había impedido por completo que las estudiantes continuaran su educación, ya que muchas encontraron soluciones alternativas a través de clases en línea. Por lo tanto, se centraron en el wifi (conexión inalámbrica) y la fibra óptica para cerrar todas esas posibilidades
Aunque se ha levantado el bloqueo de Internet, su velocidad es significativamente más baja de lo normal y, según periodistas extranjeros que informan desde el país, parece que se han restringido intencionadamente ciertas redes sociales como Instagram y Facebook.
Nilam, de 23 años, detalla cómo su clase de inglés en línea se desconectó de repente, dejándola desesperada. «En ese momento, mi mundo se oscureció. Sentí que lo había perdido todo y que todos mis sueños se habían destruido ante mis ojos», explicó.
Recuerda los decretos anteriores emitidos por los talibanes que cerraron escuelas y universidades, «y cuántas veces me vi obligada a quedarme en casa»
Los cursos de inglés en línea, dice, eran el único canal que le quedaba para aprender un idioma y encontrar un trabajo o estudiar en el extranjero. Y cuando vio que también los habían bloqueado, se sintió perdida y totalmente desesperada.
Como ella misma afirma de forma muy gráfica: «Era como si estuviera viviendo en el siglo de las palomas mensajeras; los talibanes nos han aislado del progreso mundial».
La razón que esgrimió el Talibán para desconectar a los afganos de Internet fue frenar la «inmoralidad», argumentando que el acceso generalizado de los jóvenes a Internet y el uso de teléfonos inteligentes generan corrupción moral.
Sin embargo, los expertos en medios de comunicación rechazan esa explicación como una tapadera para el objetivo principal del Talibán, que es negar a las niñas el acceso a la educación, la política estrella del grupo islamista desde que volvió al poder hace cuatro años.

Primero comenzaron por cortar el internet inalámbrico en las provincias de Balkh, Baghlan, Kandahar y Paktia. Al día siguiente, esto se extendió a otras quince provincias, negando el acceso a Internet a millones de afganos.
El cierre de las escuelas para niñas no había impedido por completo que las estudiantes continuaran su educación, ya que muchas encontraron soluciones alternativas a través de las clases en línea. Por lo tanto, se centraron en el wifi y el internet por fibra óptica para cerrar todas esas posibilidades.
Para muchos hogares de bajos ingresos, el wifi era la opción más asequible, ya que varios miembros de la familia podían utilizar simultáneamente una sola conexión para estudiar y trabajar a un coste relativamente más barato en comparación con los datos móviles.
Nooria, en Mazar-i-Sharif, como muchas mujeres que habían perdido su trabajo debido a los edictos talibanes, recurrió al comercio en línea para mantener a su familia.
Tras el retorno de los talibanes al poder, en 2021, «recurrí a la venta en línea para cubrir los gastos de subsistencia. Gracias a este trabajo, podía satisfacer mis propias necesidades y ayudar a sufragar parte de los gastos de mi familia. Pero ahora, con el corte de Internet inalámbrico, continuar con este trabajo se ha vuelto casi imposible para mí», se quejó amargamente.
Como ella explica, los datos móviles de Internet son prohibitivamente caros.
«Pagando 2000 afganis (unos 28 dólares), toda nuestra familia podía utilizar el internet inalámbrico», dijo. «Mi hermana pequeña estudiaba, mis hermanos hacían sus deberes y yo podía continuar con mi trabajo en línea. Pero ahora, si queremos comprar datos móviles, tendríamos que pagar por separado por cada persona, un coste que simplemente no podemos permitirnos», añadió.

Ahmad, un proveedor de servicios de Internet en Herat, destaca que el acceso limitado dificulta un uso significativo de internet.
«Aparte de enviar mensajes sencillos por WhatsApp, no se permitirá nada más. Eso significa que no habrá educación, ni trabajo en línea, ni investigación, ni conexión libre con el mundo exterior», afirmó Ahmad.
La interrupción del servicio del mes pasado fue descrita por los usuarios y proveedores locales como el apagón más generalizado en varias provincias desde la caída de la República Afgana el 15 de agosto de 2021.
A principios de 2025, 13,2 millones de personas, alrededor de 30,5 % de la población, tenían acceso a internet en Afganistán, según el sitio web especializado DataReportal. Alrededor de 4,05 millones de personas utilizaban las redes sociales.
Los expertos creen que los talibanes están intentando aislar completamente a la sociedad afgana de la comunicación global, permitiendo que solo un pequeño grupo de personas relacionadas con los negocios o el gobierno tengan acceso aiInternet.
Advierten de que, si se aplican, estas restricciones paralizarían gravemente la vida social, educativa y económica de los ciudadanos de a pie. Los analistas advierten de que esta medida supondrá un duro golpe para la educación de las mujeres y las niñas afganas, lo que empujará a la sociedad a un mayor aislamiento.
T: MF / ED: EG