GINEBRA – La tragedia causada por la crecida del río Guadalupe en Texas, Estados Unidos, con inundaciones que dejaron al menos 119 muertos y 160 desaparecidos, refleja la insuficiencia de sistemas de alerta temprana, de acuerdo con un reporte de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) este miércoles 9.
Ese río que cruza el condado de Kerr, en el centro-sur del estado de Texas (sur de Estados Unidos) creció repentinamente, como consecuencia de lluvias inusitadas, y arrasó con campamentos vacacionales a sus orillas en plena madrugada, provocando decenas de muertes.
El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos emitió una advertencia de inundaciones repentinas para el condado de Kerr con más de 12 horas de anticipación, según el reporte de la OMM.
La advertencia se elevó a una alerta de inundación repentina con unas tres horas de antelación, y luego a una emergencia de inundación repentina, que se difundió por la radio meteorológica, los sistemas de gestión de emergencias y la televisión y radio.
“Pero uno de los problemas es que las últimas alertas llegaron cuando la gente estaba durmiendo y no había sirenas locales en los campamentos”, explicó la OMM.
Las aguas subieron drásticamente hacia las 4 de la madrugada, con una crecida del río Guadalupe de casi ocho metros en 45 minutos, destacó el reporte.
Según la OMM, que expresó sus condolencias y destacó el reto de garantizar alertas tempranas para todos, las inundaciones repentinas son uno de los peligros naturales más letales del mundo, con más de 5000 muertes al año.
Ese tipo de inundaciones representan alrededor de 85 % de los casos de inundación y también tienen la tasa de mortalidad más alta entre las diferentes categorías de inundaciones, incluidas las inundaciones fluviales y costeras.
La frecuencia e intensidad de las inundaciones repentinas están aumentando en muchas regiones debido a la urbanización acelerada, los cambios en el uso del suelo y el cambio climático.
Según la OMM, una inundación repentina se define como una inundación súbita de gran intensidad en la que el tiempo transcurrido entre el evento desencadenante (normalmente lluvias intensas) y el inicio de la inundación es de unas pocas horas.
Estos fenómenos se caracterizan por una rápida subida del nivel del agua, una elevada descarga máxima y, a menudo, efectos devastadores en infraestructuras y comunidades, especialmente en zonas urbanas y montañosas, como fue el caso de Texas.
Y una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que hace más frecuentes los episodios de precipitaciones extremas.
La tragedia de Texas se produjo debido a la humedad tropical de las tormentas que azotaron a México. Esto produjo entre 25 y 46 centímetros de lluvia en pocas horas, desbordando rápidamente la cuenca del río Guadalupe.
El terreno escarpado y rocoso en el centro-sur de Texas favoreció una absorción mínima de las precipitaciones, lo que promovió una escorrentía muy rápida.
Según OMM, una inundación repentina se define como una inundación súbita de gran intensidad en la que el tiempo transcurrido entre el evento desencadenante (normalmente lluvias intensas) y el inicio de la inundación es de unas pocas horas.
Estos fenómenos se caracterizan por una rápida subida del nivel del agua, una elevada descarga máxima y, a menudo, efectos devastadores en infraestructuras y comunidades, especialmente en zonas urbanas y montañosas, como fue el caso de Texas.
Junto con la pérdida de vidas y otros daños a personas, las inundaciones repentinas causan pérdidas económicas por más de 50 000 millones de dólares al año.
Como ejemplo, la OMM recordó que las inundaciones de 2020 en Asia meridional, que afectaron a más de seis países, causaron más de 6500 muertes y 105 000 millones de dólares en daños.
En 2024, los daños económicos ascendieron a 36 000 millones de dólares por las inundaciones en Europa, Oriente Medio y África.
Un estudio del Banco Mundial estima que 1810 millones de personas (23 % de la población mundial) están directamente expuestas a inundaciones con una frecuencia de 100 años, y 89 % de esa gente vive en países de ingresos bajos y medios.
La OMM ha insistido, en reiterados llamados a todos los países, en la necesidad de invertir en la adopción y mejoramiento de los sistemas de alerta temprana, como un mecanismo de defensa ante los fenómenos meteorológicos extremos intensificados con el cambio climático.
A-E/HM