Retorno masivo y forzado de refugiados a Afganistán

Familias afganas que acaban de llegar a Irán se reúnen en el paso fronterizo de Islam Qala, en la occidental provinia de Herat. Más de 1,4 millones de refugiados afganos en países vecinos han regresado, muchos de ellos contra su voluntad, por la hostilidad y el endurecimiento de los requisitos de permanencia en los territorios que les acogían. Imagen: Faramarz Barzin / Acnur

GINEBRA – Más de 1,4 millones de personas, incluidos más de un millón procedentes de Irán, han regresado de manera voluntaria o forzada a Afganistán en lo que va de año, señaló un reporte de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Los retornos diarios desde Irán aumentaron significativamente después del 13 de junio, con el conflicto armado entre ese país e Israel y Estados Unidos como telón de fondo, registrándose el número más alto registrado el 1 de julio, cuando retornaron más de 43 000 personas.

Se trata de un aumento considerable con respecto al promedio de 5000 llegadas diarias registradas entre enero y junio. Desde Pakistán, otro vecino, “observamos un rápido aumento de las cifras en abril, con casi 150 000 personas que retornaron ese mes”, indicó el reporte.

De Afganistán, un país de 40 millones de habitantes, huyeron más de cinco millones de personas durante el largo conflicto (2001-2021) entre facciones y entre fuerzas occidentales e islamistas, así como una vez que en agosto de 2021 la milicia talibán se hizo con el poder en Kabul e implantó un severo régimen bajo sus leyes islámicas.

Países vecinos acogieron a la mayoría de esos migrantes, pero en los últimos años, y de manera acentuada en 2025, han crecido la hostilidad y desconfianza hacia ellos, sumadas a exigencias de requisitos para permanencia legal que solo una pequeña parte de los afganos tiene la posibilidad de cubrir.

El resultado es que el flujo migratorio ahora se ha revertido, con miles de familias que deben regresar, aun en contra de su voluntad y en difíciles condiciones.

Acnur dice que “estos retornos forman parte de una compleja crisis de protección”, y se declara “preocupada por el hecho de que los retornos se estén produciendo en condiciones extremadamente difíciles y que muchos de ellos no sean voluntarios”.

“Muchas personas retornadas afirman que se sintieron obligadas a marcharse al ver cómo deportaban a otros afganos. Las personas retornadas que han llegado a Afganistán en los últimos meses han compartido historias preocupantes sobre el aumento de restricciones, acoso y discriminación”, agregó su texto.

La agencia sostiene que “esto forma parte de una tendencia regional más amplia y preocupante. Los países que acogen a personas refugiadas afganas han emitido órdenes de retorno estableciendo fechas límite para que la población afgana abandone el país o se enfrente a la deportación”.

Los repatriados “se enfrentan a enormes retos, desde el acceso a documentación, vivienda, atención médica y educación, hasta la reconstrucción de sus vidas en un país que no conocen. Esto es particularmente preocupante, ya que los retornos se concentran en unas pocas zonas”.

“Los retornos marcan el comienzo de un difícil viaje en un país que se enfrenta a múltiples crisis entrelazadas y que lucha por recuperarse tras cuatro décadas de inestabilidad. La vida en Afganistán supone restricciones extremas, especialmente para las mujeres y las niñas”, subrayó el reporte.

La agencia indicó que “nuestros equipos se encuentran en las fronteras, recibiendo y ayudando cada día a un flujo constante de personas agotadas, hambrientas y asustadas”, pero “el personal y las estructuras están absolutamente desbordados”.

“Sin embargo, debido a las limitaciones de financiación, y dada la magnitud y el ritmo de los retornos, no podremos mantener el apoyo por más de unas pocas semanas”, agregó.

La respuesta de Acnur para Afganistán este año requiere un financiamiento de 216 millones de dólares, según sus presupuestos, y hasta ahora ha cubierto solo 28 %.

Finalmente, la agencia de la ONU instó a los países de la región a garantizar que los retornos a Afganistán sean voluntarios, seguros y dignos. “Forzar o presionar a los afganos para que regresen supone un riesgo de mayor inestabilidad”, advirtió.

A-E/HM

 

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