ABU DABI – La capacidad de energía renovable mantiene su crecimiento en el mundo, pero con una brecha que se amplía entre regiones, por ejemplo entre Asia y África, advirtió este jueves 10 un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena).
Francesco La Camera, director general de Irena, dijo que “el auge de las energías renovables está transformando los mercados energéticos mundiales, impulsando las economías y creando vastas oportunidades de inversión”.
“Sin embargo, la creciente brecha regional pone de relieve que no todos se están beneficiando por igual de esta transición”, puntualizó.
Asia ha mantenido su liderazgo en los últimos años y representó 71 % de la nueva capacidad de energías renovables en 2024, seguida de Europa y América del Norte, que contribuyeron con 12,3 % y 7,8 %, respectivamente.
Dejaron una enorme brecha con África, Eurasia (Asia central), América Central y el Caribe, que en conjunto solo representaron 2,8 % de la adición total de capacidad de energías renovables, mientras que América del Sur aportó 3,8 % de lo agregado.
Destaca el caso de África, que a pesar de sus enormes oportunidades económicas y de desarrollo, solo aumentó su capacidad de energías renovables en 7,2 %, al agregar 4,7 gigavatios (GW, equivalente a 1000 megavatios) a los 70 con los que contaba.
La Camera observó que “los países y regiones que atraen inversiones sustanciales en energías renovables están experimentando una mayor seguridad energética, un aumento de la actividad industrial, y la creación de nuevos empleos, lo que impulsa un desarrollo socioeconómico más amplio”.
Ahora bien, aunque los 582 GW de capacidad renovable añadidos en 2024 representaron un aumento anual récord, aún están lejos del ritmo necesario para alcanzar el objetivo global de triplicar esa capacidad, hasta 11,2 teravatios (TW, 1000 gigavatios) para 2030.
Si se mantiene el mismo ritmo de crecimiento anual, el mundo solo alcanzará 10,3 TW de capacidad renovable, lo que representa una diferencia de 0,9 TW.
Alcanzar el objetivo para 2030 requeriría una expansión aún más rápida de la capacidad renovable, a un 16,6 % anual, en menos de los cinco años restantes.
La tendencia de la capacidad de las energías renovables también revela el predominio de la energía solar y eólica.
Ambas representaron conjuntamente 97,5 % de la adición neta de energías renovables en 2024, con un aumento de 453 GW en la solar, lo que demuestra la competitividad económica de esa energía, que ofrece oportunidades de negocio y seguridad energética de forma rápida y sostenible.
La energía eólica le sigue de cerca con 114 GW de la capacidad total de energías renovables.
Dado que las renovables están alcanzando a los combustibles fósiles en cuanto a la cuota de capacidad instalada (46,2 % frente a 47,3 %), la idea de que las renovables son una inversión inteligente que crea empleo e impulsa el crecimiento sostenible cobra mayor relevancia.
El informe también muestra el continuo crecimiento de la generación de energía renovable, impulsada por la energía solar y eólica.
La electricidad generada de fuentes renovables creció 5,6 % en 2023 en comparación con 2022, alcanzando los 8928 teravatios hora.
Mientras tanto, la energía no renovable creció solo 1,2 % en 2023 en comparación con 2022. Por lo tanto, las fuentes de energía renovables representaron casi 30 % de la generación eléctrica mundial en 2023.
El secretario ejecutivo de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, Simon Stiell, observó que “la transición global hacia las energías renovables es cada vez más inevitable, pero sus enormes beneficios humanos y económicos aún no se comparten entre todos los países y regiones”.
“Para cumplir con el acuerdo global de la COP28 (la 28 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, en Dubái en 2023) de triplicar las energías renovables para 2030, necesitamos avanzar mucho más y con mayor rapidez, y lograr más progresos para los países en desarrollo vulnerables”.
La Camera insistió en que “es fundamental cerrar la brecha de inversión entre países y regiones. Requiere políticas específicas, financiación internacional y asociaciones que liberen capital y tecnología donde más se necesitan”.
“Al alinear los flujos de inversión con los marcos de políticas, podemos garantizar que la transición verde se convierta en un potente motor de resiliencia y crecimiento económico sostenible en todo el mundo”, concluyó.
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