CARACAS – En un intercambio de prisioneros a gran escala, El Salvador liberó a 252 venezolanos prisioneros de su cárcel antiterrorista, y Venezuela entregó a Washington a 10 estadounidenses que mantenía presos, y enviará al exterior, vía San Salvador, a un número aún no precisado de opositores que estaban tras las rejas.
“Realizamos este intercambio a cambio de un número considerable de presos políticos venezolanos, personas que ese régimen tenía mantenidas en sus cárceles durante años, así como todos los ciudadanos estadounidenses que tenía retenidos como rehenes”, escribió en la red X el presidente salvadoreño, Nayib Bukeke.
El secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Marco Rubio, confirmó de su lado que “10 estadounidenses que fueron detenidos en Venezuela están en camino a la libertad”, mientras se divulgaba una fotografía del grupo ya exultante a bordo de una aeronave.
“Hasta hoy había más estadounidenses detenidos injustamente en Venezuela que en cualquier otro país del mundo, en circunstancias muy cuestionables y sin el debido proceso”, agregó Rubio.
La cancillería venezolana confirmó que, a cambio de los 252 compatriotas, fueron concedidas “medidas cautelares” (liberados con condiciones) a un grupo de venezolanos, sin detallar el número de beneficiarios de las medidas.
En Venezuela había hasta esta semana 948 presos políticos, de los cuales 778 civiles y 170 militares; 852 eran hombres y 96 mujeres, y 944 adultos y cuatro adolescentes.
Entre los presos figuran militares de distinto rango, opositores políticos, un excandidato presidencial, defensores de derechos humanos, sindicalistas y periodistas. También hay denuncias de detenidos-desaparecidos tanto de venezolanos como extranjeros.
La cancillería sostuvo que “Venezuela ha pagado un alto precio para conseguir la libertad de estos connacionales, a través de un canje con las autoridades de Estados Unidos de un grupo de ciudadanos estadounidenses que se encontraban a la orden de la justicia por su comprobada participación en delitos graves contra la paz”.
Los venezolanos liberados fueron aprehendidos en Estados Unidos, la mayoría de ellos por su condición de migrantes ilegales, y Washington acusó a más de 100 de pertenecer a la banda Tren de Aragua, que se ha expandido por el continente.
El pasado marzo fueron trasladados a El Salvador, junto a una docena de integrantes de pandillas salvadoreñas también aprehendidos en Estados Unidos, y encerrados en la temida megacárcel Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot).
A su arribo, encadenados, fueron vejados por efectivos de seguridad y sus cabezas fueron rapadas, de un modo que el gobierno salvadoreño exhibió de modo ostentoso.
Para enviarlos a El Salvador el presidente estadounidense Donald Trump invocó una ley del siglo XVIII, a pesar de la opinión en contra de algunos jueces de su país.
Washington pactó entregar seis millones de dólares a El Salvador para sostener sus planes penitenciarios, que giran alrededor del Cecot, donde decenas de miles de presuntos delincuentes están recluidos bajo condiciones denunciadas por entidades de derechos humanos no gubernamentales y de las Naciones Unidas.
En Venezuela hubo demostraciones de protesta y en solidaridad con los compatriotas detenidos en El Salvador, y el presidente Nicolás Maduro reclamó la liberación de los venezolanos.
Bukele hizo en abril una oferta de intercambio de prisioneros San Salvador-Caracas, y ahora se ha sumado Washington, en negociaciones reservadas mientras se ha mantenido una retórica de confrontación ideológica y política.
Las personas detenidas quedan así sumidas en una condición de rehenes o piezas de cambio.
De acuerdo con el comunicado venezolano, en la mediación actuó el expresidente socialista del gobierno español (2004-2011) José Luis Rodríguez Zapatero.
El gobierno de Trump sostiene su política de enviar a inmigrantes a terceros países, y en la semana que concluye despachó a un pequeño grupo a la lejana Esuatini.
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