EEUU contemplaría una de alianza con Asia-Pacífico similar a la Otan

El Centro de Convenciones de Kuala Lumpur fue escenario de la 58 reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, celebrada en Kuala Lumpur, en que participaron también variados jefes de la diplomacia de otros países, entre ellos el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio. Imagen: Asean

NACIONES UNIDAS – Al parecer, Estados Unidos contempla la posibilidad de crear una alianza de seguridad, ya sea formal o informal, en la región Asia-Pacífico, siguiendo el modelo del antiguo pacto de defensa colectiva, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), integrada por 32 miembros.Si la propuesta se materializa, se espera que la nueva alianza incluya a Japón, Corea del Sur, Australia y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), integrada por 10 miembros: Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.

En junio, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, dijo durante una gira por Asia: «Nadie debe dudar del compromiso de Estados Unidos con nuestros aliados y socios del Indopacífico. Seguiremos rodeando con nuestros brazos a nuestros amigos y buscando nuevas formas de trabajar juntos».

Añadió que se trata de «una región en la que Estados Unidos favorece la continuidad de las alianzas de seguridad más que la ruptura».

Ely Ratner, ex subsecretario de Defensa de Estados Unidos para cuestiones de seguridad en Asia-Pacífico, ha sugerido en un artículo publicado en Foreign Affairs que Estados Unidos y sus aliados en Asia deberían formar un pacto de defensa colectiva, similar a la Otan.

La nueva alianza propuesta estaría destinada principalmente a servir de escudo protector contra los dos países con armas nucleares de la región: China y Corea del Norte.

De las nueve potencias nucleares del mundo, la única región con cuatro países con armas nucleares es Asia: India, China, Pakistán y Corea del Norte; los demás, fuera de Asia, son Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia e Israel.

Mientras tanto, Aukus, una alianza trilateral de seguridad que une a Australia,  Reino Unido y Estados Unidos, tiene como objetivo «promover un Indo-Pacífico libre y abierto que sea seguro y estable».

La gira de Hegseth por Asia fue al mes siguiente por la de otro alto funcionario estadounidense, el secretario de Estado Marco Rubio.

En Kuala Lumpur Rubio dijo el 10 de julio: «Ya saben cuál fue mi primera reunión, no sé si lo saben, pero cuando tomé posesión, fui al Departamento de Estado, pronuncié un discurso en las escaleras y mi primera reunión fue con Japón, Corea del Sur y la India».

«Y desde entonces hemos repetido esa reunión en numerosas ocasiones con ese grupo. Tenemos una broma interna con mi homólogo japonés: literalmente, lo he visto entre ocho y doce veces, y bromeamos diciendo que nos vemos más que a nuestras propias familias», añadió.

La visita de Rubio a la capital de Malasia tuvo entre sus objetivos el asistir a la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores de la Asean, celebrada junto con otros casi 20 encuentros paralelos entre el 8 y el 11 de julio,  con participación de algunos jefes de la diplomacia de otros países.

En ese foro reafirmó  «el compromiso duradero» de Estados Unidos con un Indopacífico libre, abierto y seguro, según precisó su portavoz, Tammy Bruce.

Rubio también participó en la Conferencia Postministerial Asean-Estados Unidos y se reunió con el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, y sus homólogos de Malasia, Rusia, Japón y Filipinas.

«La región Indopacífico representa dos tercios del crecimiento mundial y sigue siendo un eje central de la política exterior de Estados Unidos», aseguró.

Otro elemento crucial de su visita a Malasia fue la firma de un memorando de entendimiento sobre cooperación nuclear con ese país, que promueve la colaboración en materia de energía nuclear civil con los más altos estándares de seguridad, protección y no proliferación, según precisó su departamento.

Las negociaciones para alcanzar un acuerdo acorde con el artículo 123 de su ley al respecto están en curso. Una vez finalizado, permitiría la transferencia de material y equipo nuclear con fines pacíficos, lo que profundizaría aún más los lazos bilaterales en materia de energía, seguridad y economía.

El artículo 123 de la Ley de Energía Atómica de Estados Unidos exige, en general, la celebración de un acuerdo de cooperación nuclear con fines pacíficos para las transferencias significativas de material o equipo nuclear desde Estados Unidos.

Además, estos acuerdos, comúnmente denominados en Washington como «Acuerdos 123», facilitan la cooperación en otros ámbitos, como los intercambios técnicos, la investigación científica y los debates sobre salvaguardias, según la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA, en inglés).

Junto con otros instrumentos de no proliferación, en particular el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), los Acuerdos 123 contribuyen a promover los principios de no proliferación de los Estados Unidos. Establecen el marco jurídico para la cooperación nuclear significativa con otros países.

Para que un socio pueda celebrar un acuerdo 123 con Estados Unidos, debe cumplir una serie de estrictos requisitos en materia de no proliferación.

El Departamento de Estado es responsable de negociar los acuerdos 123, con la asistencia técnica y la conformidad del Departamento de Energía y la NNSA, en consulta con la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos.

Según el Departamento de Energía, actualmente hay unos 25 países con acuerdos 123 en vigor.

Pero la alianza de seguridad propuesta con Asia-Pacífico tiene una perspectiva más militarista.

M.V. Ramana, profesor titular de la Cátedra Simons de Desarme, Seguridad Global y Humana de la Escuela de Política Pública y Asuntos Globales y director de posgrado de la canadiense Universidad de Columbia Británica, dijo a IPS que, si se concreta, este nuevo foro se sumará a la tendencia ya creciente de militarización en el mundo.

Ello, adujo, aumentará el riesgo de guerra, especialmente con China, y desviará fondos de otras prioridades urgentes, como la lucha contra el cambio climático.

«Si se crea, el gobierno de Estados Unidos intentará que sus miembros compren armas más caras y destructivas a los fabricantes de armas estadounidenses, lo que reforzará su poder político sobre la formulación de políticas en Estados Unidos y, a su vez, empeorará aún más el panorama social en Estados Unidos», afirmó Ramana.

En Kuala Lumpur Rubio destacó las nuevas relaciones que están surgiendo en la región. «Estos compromisos son muy importantes para nosotros. Y vamos a seguir muy comprometidos, porque esto, como he dicho a todos nuestros socios, esta noción o idea de que Estados Unidos podría distraerse alguna vez con el Indopacífico o incluso con el Sudeste Asiático es imposible».

«No se puede, quizá no siempre sea así, las guerras acaparan más atención, pero es imposible no estar centrados. Aquí es donde se va a escribir gran parte de la historia del siglo XXI. Aquí es donde se producirá dos tercios del crecimiento económico en los próximos 25 o 30 años», destacó el jefe de la diplomacia estadounidense.

Y muchos de los países del sudeste asiático, además de ser algunos de los más jóvenes del mundo, están a punto de experimentar una enorme expansión de sus mercados laborales, su mano de obra y el número de trabajadores, analizó.

«Se trata de una oportunidad histórica, única en una generación, no solo para que estos países se revolucionen desde el punto de vista económico, sino también para fortalecer aún más nuestra relación», consideró durante un enccuentro con periodistas en la capital malasia.

En ese sentido, destacó que «tenemos más de 6000 empresas estadounidenses que han invertido mucho en estas economías durante los últimos 20 o 30 años. No vamos a abandonar esas relaciones. Al contrario, queremos fortalecerlas y consolidarlas».

Palitha Kohona, exjefe de la Sección de Tratados de las Naciones Unidas y, hasta hace poco, embajador de Sri Lanka en China, dijo a IPS que Beijing tiene armas nucleares, pero aplica una política de no ser el primero en utilizarlas, mientras que Corea del Norte, que también las posee, aplica una política centrada en disuadir los ataques.

En estas circunstancias, a su juicio, promover un acuerdo similar al de la Otan en Asia oriental y sudoriental como medida disuasoria parecería excesivo.

China, señaló, solo tiene una base fuera de su territorio continental (en Yibuti). Corea del Norte no tiene ninguna. Ninguno de los dos países tiene personal militar fuera de sus propios territorios. Estados Unidos tiene miles de militares en bases que rodean China.

El giro de Estados Unidos hacia Asia-Pacífico, a juicio de Kohona, tiene a China en el punto de mira.

La mejor manera de reducir las tensiones reales e imaginarias (algunas avivadas intencionadamente), señaló, sería animar a las partes a entablar un diálogo entre ellas. El mundo necesita paz, no conflictos, para el progreso humano.

«Necesitamos alianzas que promuevan el desarrollo de las infraestructuras en los países en desarrollo, que aborden la amenaza del cambio climático, que luchen por eliminar la pobreza extrema y que hagan del mundo un lugar mejor. En el pasado, las incursiones militares de Estados Unidos en la región no trajeron la paz», aseguró el veterano diplomático esrilanqués.

Por el contrario, dijo Kohona, el progreso de los países se vio drásticamente frenado, miles de combatientes y civiles murieron y millones quedaron mutilados.

Rubio, por su parte, destacó la sólida relación entre Estados Unidos y Japón y afirmó: «Es evidente que tenemos un compromiso muy firme y una alianza con Japón. Seguimos cooperando muy estrechamente con ellos. En estos momentos, se están llevando a cabo maniobras entre Estados Unidos y Japón».

«La idea de que, de alguna manera, Japón pudiera desarrollar capacidades internas para la autodefensa mutua no solo nos parece ofensiva, sino que es algo que apoyaríamos, obviamente dentro de los límites de su sistema constitucional», añadió.

Sin embargo, a juicio de Rubio, «tienen algunas limitaciones en lo que pueden hacer. Pero la idea de que el ejército japonés se vuelva más capaz no es algo que nos ofenda, sino algo que nos animaría».

T: MF / ED: EG

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