Dulce esperanza para el amargor de pastillas contra tuberculosis mulrirresistente

Los llamados para erradicar la tuberculosis en 2030 se repiten en los países de África. Imagen: Busani Bafana / IPS

BULAWAYO, Zimbabue – Cada día, Yondela Kolweni tiene que sujetar a su hijo, que grita y se resiste cuando llega la hora de tomar las pastillas que le salvan la vida, un doloroso recordatorio de su lucha contra la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo: la tuberculosis.

«Es una lucha que gano sintiéndome muy mal por lo que tengo que hacer», dijo Kolweni de 30 años, residente en la sudafricana Ciudad del Cabo y superviviente de la tuberculosis. «Las pastillas son amargas y él las escupe casi siempre, lo que me recuerda cuando yo tenía que tomar las mismas», detalló.

El hijo de cinco años de Kolweni lucha contra la tuberculosis multirresistente (TB-MDR), una forma virulenta de tuberculosis que está aumentando entre los niños de todo el mundo.

La carga mundial de la TB-MDR entre los niños y adolescentes ha aumentado entre 1990 y 2019, especialmente en las regiones con niveles de desarrollo social y económico más bajos, según un estudio reciente de la revista científica Nature.

Además, las tres tasas más altas de incidencia de TB-MDR en 2019 se registraron en el sur de África subsahariana, Europa oriental y Asia del sur, mientras que las tres tasas más altas de mortalidad en el mismo período se registraron en el sur, el centro y el este de África subsahariana.

Sudáfrica es uno de los 30 países que concentran 80 % de todos los casos de tuberculosis en el mundo y tiene el mayor número de casos de tuberculosis resistente a los medicamentos.

Una píldora difícil de tragar

El hijo de Kolweni fue diagnosticado con TB multirresistente hace cinco años, tras dar positivo en las pruebas de TB que habían afectado a su abuela y a su madre. Inmediatamente comenzó un tratamiento con una combinación de medicamentos que incluía moxifloxacina, una pastilla que no es apta para personas con el hígado delicado.

«Tenía que tomar dos medicamentos y había uno en concreto, el amarillo, que no le gustaba, y por el color sabía lo que era», explicó Kolweni a IPS en una entrevista, en la que describió la batalla diaria para que su hijo tomara la medicación.

Era una lucha encarnizada. Ella trituraba las pastillas, las mezclaba con un poco de agua y se las administraba con una jeringa.

«A veces lo sujetábamos o lo envolvíamos en una toalla para poder darle la medicación, pero él seguía escupiéndola, lo que significaba que no tomaba la dosis que debía», dijo Kolweni. «Entonces se nos ocurrió la idea de ponerle las pastillas en el yogur, pero esa técnica no funcionó porque, como era un niño inteligente, picaba el anzuelo, pero enseguida escupía la medicación», contó.

La moxifloxacina, un medicamento excepcionalmente amargo, es uno de los fármacos clave del nuevo tratamiento totalmente oral para la tuberculosis multirresistente (TB-MDR). Se trata de una combinación de los fármacos bedaquilina, pretomanida, linezolid y moxifloxacina, conocida como BPaLM.

El régimen BPaLM está especialmente formulado para niños, pero es una píldora muy amarga de tragar.

la solución de endulzar la medicina

Pero hay una dulce esperanza. Un nuevo estudio, realizado por la sudafricana Universidad de Stellenbosch y la TB Alliance, ha descubierto que las versiones dulces de la moxifloxacina, que enmascaran su amargor, mejoran significativamente la disposición de los niños a tomar el medicamento, lo que alivia la carga de los padres y aumenta el seguimiento del tratamiento.

Los niños han identificado dos formulaciones de moxifloxacina con un sabor mejor que las nuevas versiones genéricas de los productos actualmente disponibles en el mercado.

Los resultados del estudio ChilPref ML, una iniciativa financiada por la organización internacional Unitaid y patrocinada y dirigida por la Universidad de Stellenbosch en colaboración con TB Alliance, contribuirán a mejorar el tratamiento de la TB multirresistente y la adherencia al mismo en los niños.

Graeme Hoddinott, de la Universidad de Stellenbosch y investigador principal del estudio, señala que no se puede tratar de forma humana a los niños con TB resistente a los medicamentos si estos tienen un sabor tan desagradable que los niños se niegan a tomarlos o hay que obligarlos a hacerlo.

Los niños diagnosticados con tuberculosis sensible a los medicamentos tienen buenos resultados incluso en cuatro meses, ya que normalmente se les administra un comprimido y existe una formulación adaptada a los niños que se disuelve fácilmente y se puede administrar con una cuchara o una jeringa, explica Hoddinott.

Sin embargo, en el caso de la tuberculosis resistente a los medicamentos, la situación es complicada. La mayoría de los medicamentos para la tuberculosis multirresistente ya no se utilizan debido a su toxicidad y han sido sustituidos por otros nuevos.

Hoddinott admite que los medicamentos contra la TB MDR no son aptos para niños. El ingrediente activo que mata la TB en la moxifloxacina hace que las pastillas tengan un sabor increíblemente desagradable para los niños que deben tomar el medicamento a diario durante entre seis y nueve meses en los casos de TB MDR.

«Estos medicamentos tienen un sabor increíblemente desagradable; son realmente horribles, hasta el punto de que los adultos que han seguido un tratamiento prolongado contra la tuberculosis no han podido administrar los mismos medicamentos a sus hijos porque el olor les recuerda el momento en que estuvieron enfermos», explicó Hoddinott a IPS.

Reconoció que «administrar medicamentos tan desagradables a un niño es traumático, tanto para los padres como para el niño, especialmente para los más pequeños».

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

El estudio ChilPref reclutó a poco menos de 100 niños sanos, de entre 5 y 17 años, de dos entornos diferentes de Sudáfrica. Los niños evaluaron las mezclas de sabores mediante un panel de cata «enjuagar y escupir», en el que probaban el medicamento, disuelto en agua, y luego lo escupían sin ingerir nada.

Cada niño participante clasificó las mezclas de sabores entre las tres de cada fabricante y también valoró el sabor, el olor y otras características de cada una.

En el caso de la moxifloxacina, hubo una clara y marcada preferencia por las nuevas mezclas de sabores («enmascarador de amargor» y naranja para el laboratorio Macleods, y fresa, frambuesa y tutti frutti para Micro Labs) frente a los sabores ya disponibles en el mercado de ambos fabricantes. En el caso de la linezolid, no hubo preferencia entre las mezclas de sabores.

«Garantizar que los niños tengan acceso a tratamientos eficaces y apetecibles contra la tuberculosis es un paso crucial para mejorar la adherencia al tratamiento y los resultados terapéuticos», afirmó Koteswara Rao Inabathina, uno de los autores del estudio y director de proyectos de CMC en TB Alliance.

Especificó que «gracias a la estrecha colaboración con los fabricantes, hemos abordado necesidades críticas no cubiertas mediante el desarrollo de soluciones prácticas que hacen que los tratamientos eficaces contra la tuberculosis resistente a los medicamentos no solo sean accesibles, sino también apetecibles y aceptables para los niños».

Los resultados del estudio ChilPref mostraron que los niños preferían dos nuevas mezclas de sabores de moxifloxacina, producidas por dos empresas de India, Macleods Pharmaceuticals y Micro Labs Pharmaceuticals. Los resultados se comunicaron a los fabricantes, que ya están actualizando sus productos.

«No nos sorprende que a muchos niños no les gustara ninguna de las muestras, porque sabíamos que tenían un sabor horrible, pero obtuvimos una señal muy clara para ambos fabricantes de que las mezclas de sabores que recomendábamos eran las preferidas», dijo Hoddinott.

Destacó que el cambio de sabor para comercializar los medicamentos fue el resultado de una investigación sencilla.

Cherise Scott, directora técnica sénior de Unitaid, afirmó que cuanto más fácil era para los niños tomar sus medicamentos con regularidad, más probabilidades había de que completaran el tratamiento con éxito.

«No permitiremos que los niños sean descuidados en las respuestas sanitarias mundiales simplemente porque sus necesidades son más complejas», dijo.

Tratamiento prometedor para la tuberculosis multirresistente

A medida que aumenta la transmisión de la tuberculosis multirresistente entre los niños y adolescentes, es imperativo desarrollar nuevos tratamientos, explicó Hoddinott.

La moxifloxacina también podría utilizarse cada vez más en el futuro para el tratamiento de la tuberculosis sensible a los medicamentos, que afecta a aproximadamente 1,2 millones de niños en todo el mundo cada año.

La tuberculosis resistente a los medicamentos ha sido hasta ahora una de las enfermedades más difíciles de tratar debido a las limitadas opciones terapéuticas adaptadas a los niños, pero los científicos han avanzado mucho en el desarrollo de nuevos tratamientos para los niños, explicó Anthony García-Prats, uno de los autores del estudio y profesor asociado de la estadounidense Universidad de Wisconsin-Madison.

«Ahora nos estamos asegurando de que estos medicamentos sean adecuados para los niños, empezando por un aspecto que tanto ellos como sus padres consideran fundamental: el sabor», afirmó García-Prats en un comunicado.

El nuevo tratamiento se administra cuando la tuberculosis es resistente a la rifampicina, un fármaco de primera línea fundamental, o a la rifampicina y la isoniazida, otra combinación de fármacos de primera línea. Estas cepas resistentes se denominan colectivamente RR/MDR-TB.

Se estima que cada año se producen 32 000 nuevos casos de RR/MDR-TB entre niños de 14 años o menos, una población extremadamente sensible al sabor de los medicamentos, según los investigadores.

Este descubrimiento podría ayudar a mejorar la adherencia a la medicación contra la tuberculosis y acercarnos un paso más al Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 de las Naciones Unidas de acabar con la tuberculosis para 2030.

«No es una solución milagrosa», adviertió Hoddinott. «No lo resuelve todo, ya que las personas afectadas por la tuberculosis siguen enfrentándose a muchos otros retos, e incluso las mezclas de sabores preferidas siguen sin tener buen sabor. Pero, como parte de la lucha global contra la tuberculosis infantil, es un paso importante», añadió.

Kolweni acoge con satisfacción el desarrollo de medicamentos para la tuberculosis con sabores enmascarados.

«Mi experiencia con los medicamentos para la tuberculosis no fue agradable, y para los niños es peor, y creo que las pastillas con sabor facilitarían su administración a los niños, como las gominolas», aseguró.

Destacó que a todos los niños les gustan los sabores propuestos. «A mi hijo le encantaría (cualquiera de esos sabores) y no tendría ningún problema para que se tomara la medicina», concluyó.

T: MF / ED: EG

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe