Chile y Argentina ahora son los países más fríos de la Tierra

Helada a primera hora del día en un paraje de Argentina. Esa nación y Chile quedaron a inicios de julio como los países más fríos del planeta, tras desplomarse las temperaturas por una ola de frío polar en el extremo sur de América. Imagen: Carina Albelda / OMM

GINEBRA – Las temperaturas se han desplomado en el sur de Sudamérica en una rara ola de frío polar, hasta bajo -15° centígrados en algunos lugares de Argentina y Chile, que al despuntar este julio quedaron como los países más fríos de la Tierra, informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

 

“Aunque las montañas andinas y la Patagonia no son ajenas a las bajas temperaturas invernales, la gravedad de este fenómeno fue excepcional y afectó incluso a las zonas bajas”, señaló el reporte de la OMM.

La ola de frio fue tal, que la nieve cubrió partes del desierto de Atacama, el lugar más seco de la Tierra, en el norte chileno, por primera vez en más de una década.

Las temperaturas en el Cono Sur de Sudamérica, adentrado en el invierno boreal, contrastan con el calor abrasador en el hemisferio norte, poniendo vidas en peligro y subrayando aún más el empeoramiento de los impactos del cambio climático.

Los respectivos gobiernos, de Argentina y Chile, emitieron alertas tempranas y alertas de frío en respuesta al “anticiclón de origen polar” que está detrás de las condiciones extremas, recordó la OMM.

En Mar del Plata, Argentina, a unos 380 kilómetros al sur de Buenos Aires, donde los inviernos son “frescos” y las temperaturas rara vez bajan del punto de congelación, la inusual ola de frío ha afectado a la distribución de gas natural, utilizado principalmente para calefacción.

Autoridades de la ciudad pidieron a los comercios que permanecieran cerrados para conservar el suministro de gas para los hogares. Las escuelas y los edificios públicos también permanecieron cerrados el jueves y posiblemente el viernes.

En gran parte del centro y sur de Argentina, las temperaturas se situaron entre 10 grados centígrados y 15°C por debajo de las medias estacionales.

Hay reportes de varias muertes atribuibles al frío extremo, por hipotermia en al menos un caso y en otros por la inhalación de monóxido de carbono debido a las malas condiciones de estufas y otros artefactos empleados para calefacción.

La ola de frío comenzó el 26 de junio y alcanzó su punto álgido el 30 de junio, provocando mínimos históricos en amplias zonas del continente.

El sistema de alta presión aportó estabilidad atmosférica, lo que se tradujo en cielos despejados y heladas severas generalizadas.

En las ciudades chilenas de Santiago, Rancagua y Talca, el aire frío estancado provocó la acumulación de contaminantes y el deterioro de la calidad del aire.

Los servicios meteorológicos nacionales tanto de Chile como de Argentina informaron de temperaturas mínimas récord en múltiples estaciones meteorológicas.

Junto con la sorprendente cobertura de nieve en partes del desierto de Atacama, también nevó en lugares inusuales como Mar del Plata, el valle de Calamuchita en Córdoba y las regiones montañosas del norte de la Patagonia argentina.

Entre las repercusiones de largo alcance, crecieron las preocupaciones por los impactos sociales y económicas del frío extremo.

Los agricultores del centro de Chile y el norte de la Patagonia han informado de daños en los cultivos debido a las heladas tempranas, que amenazan las cosechas de fruta y a las cosechas de invierno.

Mientras tanto, el transporte y la escolarización se vieron interrumpidos en ciudades no acostumbradas a un clima invernal tan severo.

A-E/HM

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