LA HABANA -Una inusual protesta universitaria ha ido creciendo desde que, el 30 de mayo, la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) anunciara un incremento de las tarifas de acceso a internet a través de datos móviles. La tensión todavía permanece.
“Etecsa simplemente va hacia adelante con sus medidas. Hasta ahora no están dispuestos a revertirlas”, dijo un estudiante de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (UH), vinculado con los procesos de diálogo que han ocurrido a través de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y que habló con IPS bajo aninimato.
La compañía es la única autorizada legalmente en el país a ofertar servicios de telefonía y conectividad,
La FEU es una organización a la que pertenecen todos los universitarios en Cuba y por lo general alineada al gobierno, razón por la que son inéditas estas protestas, las cuales han creado una brecha entre sus representantes y sus bases.
“Es una cuestión de consenso a la hora de tomar las medidas: como no hubo un consenso previo a la toma de una medida tan arbitraria, no hay empatía desde nuestra posición de base hacia las ganancias que tiene una empresa que presta un servicio, para nosotros, ya deficiente”: Estudiante de la Universidad de La Habana.
“Ahora mismo, la FEU de la UH apuesta por la creación de un consejo interdisciplinario, formado por estudiantes y profesores, que ayude a crear las soluciones para el problema del ‘tarifazo’ (la subida de los precios) de Etecsa”, dijo a IPS otra estudiante de la misma Facultad de Comunicación, quien también pidió mantener oculto su nombre.
La confrontación empezó cuando, el 31 de mayo, cinco facultades de la Universidad de La Habana (UH) –entre las que se encuentra la Facultad de Comunicación–, emitieron en redes sociales un comunicado conjunto criticando que las medidas de Etecsa “restringen el derecho fundamental a la información, la educación y la comunicación” y “resultan perjudiciales para el desarrollo integral de la juventud y la sociedad en general”.
Inmediatamente, empezaron a organizarse diálogos en distintos centros de altos estudios de la isla, así como encuentros entre la FEU y Etecsa.
El polémico anuncio de Etecsa indicó que solo se podrán adquirir mediante sistema prepago hasta seis gigabytes (GB) al mes por 360 pesos cubanos –un dólar al cambio informal, el realmente usado por los ciudadanos–, y en caso de querer más, la tarifa más barata sería de 3300 pesos cubanos (unos ocho dólares), por cada tres gigabytes adicionales.
Si la recarga se realiza desde el exterior o con tarjetas internacionales, habría ofertas ilimitadas como la de unos 20 dólares por cuatro gigabytes, más 75 minutos de llamada y 80 mensajes.
El salario medio en Cuba es de 5839 pesos cubanos, unos 16 dólares según la tasa informal, la más usada por los cubanos, y 48,7 dólares según la tasa oficial, de 120 pesos por un dólar.
Ante el reclamo de los universitarios, Etecsa avisó que estos tendrían un paquete adicional de datos que, sumado al básico, serían 12 GB por 720 pesos al mes, beneficio que rechazaron múltiples facultades. De hecho, algunas convocaron a un “parón”, que consistía en dejar de asistir a clases como forma de protesta.
Las quejas universitarias llegan en momentos en que esta nación insular caribeña atraviesa una crisis con apagones frecuentes, escasez de combustibles y un alarmante incremento de precios de productos esenciales.
Divisas contra consumo
El consumo promedio de un cubano a través de datos móviles es de 10 gigabytes mensuales, y el paquete de seis gigabytes que se ofrece ahora “cubre más de 50 % de la población”, dijo el viceministro de Comunicaciones, Ernesto Rodríguez, el 5 de junio, en el podcast Desde la Presidencia, conducido por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
Según Rodríguez, ese tráfico en el ciberespacio está “en el entorno de los países que más consumen de la región”, si bien reconoció que otras infraestructuras, como la “internet en el hogar”, ayudan a que los ciudadanos de otros países no dependan tanto de los datos móviles, mientras que la penetración de esas tecnologías en Cuba no rebasa 7 %.
A la mayoría de los universitarios cubanos no les alcanza ni seis ni 12 GB al mes para poder cubrir sus necesidades estudiantiles, según constató IPS en un sondeo con varios estudiantes de la UH.
“El actual plan de estudios de la universidad tiene estructurado que una gran parte del curso se haga a distancia, en forma de autoestudio, mayormente a partir de internet”, dijo el estudiante de la Facultad de Comunicación entrevistado por IPS.
Según él, parte de los acuerdos entre la UH y Etecsa consiste en rehabilitar plataformas cubanas de estudio que estaban “olvidadísimas” y el acceso a internet por wifi, dentro de las facultades.
Sin embargo, esto depende de la capacidad de inversión que disponga la telefónica estatal. Al final, el llamado tarifazo ocurrió, precisamente, por su falta de divisas.
En 2018, Etecsa recaudaba 133 dólares por cada línea móvil, mientras actualmente gana un promedio de 31 dólares por línea, según explicó Tania Velázquez, la presidenta de Etecsa en el programa televisivo Mesa Redonda.
La vía más expedita para conseguir esas ansiadas divisas siempre ha sido mediante recargas desde el extranjero. En 2025, la empresa comenzó el año con 25 % de las recargas que tenía en 2021. La razón es que a los cubanos emigrados, les resultaba más barato transferir el dinero a sus familiares en Cuba, y que estos luego hagan las recargas por su cuenta.
La raíz de este problema financiero fue la reestructuración monetaria, que acentuó la asimetría existente entre las tasas de cambio que usan las empresas (a un dólar por 24 pesos), y las de las personas naturales, sea en el mercado formal o informal.
Mientras, la demanda había aumentado, de unos pocos miles de usuarios con acceso a internet en 2018, a siete millones en 2025, un ritmo que la capacidad de inversión de Etecsa no podía seguir y que derivó en una mala calidad del servicio con constantes interrupciones.
De acuerdo al estudiante entrevistado, el estado general de opinión en la facultad no es tanto entender el problema que tiene Etecsa como empresa, sino la responsabilidad que tiene como empresa socialista y del Estado, y por poseer el monopolio de las comunicaciones en Cuba.
“Es una cuestión de consenso a la hora de tomar las medidas: como no hubo un consenso previo a la toma de una medida tan arbitraria, no hay empatía desde nuestra posición de base hacia las ganancias que tiene una empresa que presta un servicio, para nosotros, ya deficiente”, agregó.
¿Representatividad en crisis?
Los reclamos de los grupos universitarios recaen, en gran medida, en la falta de transparencia de Etecsa, una crítica que se ha hecho frecuentemente a otras empresas estatales.
El gobierno ha justificado en diversas ocasiones tal secretismo por la persecución financiera que realiza Estados Unidos a cualquier operación bancaria realizada por Cuba, como parte de sus sanciones económicas a la isla.
“Sí nos han explicado que la empresa está ingresando menos, que está casi en quiebra, pero el problema es que no tenemos las cifras reales como para que una facultad como la de economía las analice. Fueron medidas muy arbitrarias, muy autoritarias”, dijo la otra estudiante consultada por IPS.
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A la par, las estructuras de la FEU se han visto removidas, y si bien los comunicados de protesta de algunas facultades han sido secundados por sus representantes de la organización estudiantil, en otras no ha sucedido de igual forma y hasta se ha exigido, desde un sector de las bases, la renuncia de estos.
“Adherirse a una medida tan radical dentro de la estructura de la FEU fue impresionante para la propia FEU. Hay una crisis de representatividad. Ahora, en la práctica, ¿tenemos los datos para confirmar que hay una crisis de representatividad? No, pero una brecha se abrió”, admitió la estudiante de la Facultad de Comunicación.
Por su parte, su colega dijo a IPS que estos sucesos recientes han sido una sorpresa de hasta qué punto las estructuras organizativas oficiales pueden ser útiles para reclamar sus inquietudes.
“La gente las desestimaba completamente, y ahora, para muchos, ha sido un descubrimiento de que hay un poder real que se puede ejercer, si se participa constructivamente en ello”, sentenció.
ED: EG
