Aumenta control al comercio de mercurio en América Latina

Un minero artesanal lava arenas en busca de residuos de oro, con la ayuda del mercurio. Esa actividad, que afecta la salud y degrada el medio ambiente, requiere de controles para los cuales en América Latina se ha lanzado una nueva iniciativa con respaldo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Imagen: Duncan Moore / Pnuma

BOGOTÁ – El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF en inglés) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) lanzaron con un taller en esta capital una iniciativa para controlar y mejorar el comercio de mercurio en América Latina.

La iniciativa, que recibirá un financiamiento de tres millones de dólares por parte del GEF, tiene como objetivo evitar que 176 toneladas del producto ingresen al mercado internacional, y reducir así sus impactos negativos en la salud humana y la integridad ambiental.

El proyecto se centra en acelerar el cumplimiento del Convenio de Minamata mediante una mejor comprensión y un mejor control de los flujos de mercurio en los seis países participantes y destinatarios: Bolivia, Colombia, Ecuador, Honduras, México y Perú.

El Convenio de Minamata, en vigor desde 2017, es un tratado internacional diseñado para proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones antropogénicas de mercurio y compuestos de mercurio, hasta 1000 toneladas que van a la atmósfera cada año.

Toma su nombre de la bahía de Japón donde, a mediados del siglo XX, las aguas residuales industriales contaminadas con mercurio envenenaron a miles de personas y provocaron graves daños a la salud. Participan del convenio 151 Estados de todas las regiones del mundo más la Unión Europea.

El mercurio es intensamente utilizado en la minería artesanal y con frecuencia ilegal para la extracción de oro -un proceso recurrente en América Latina- con severos daños a la salud de miles de mineros, sus familias y comunidades indígenas, y la contaminación y degradación de suelos, aguas y de la biodiversidad.

La exposición al mercurio elemental puede afectar el sistema nervioso, mientras que la exposición a compuestos inorgánicos de mercurio puede afectar los riñones. Y la exposición al metilmercurio se asocia con efectos adversos en el sistema nervioso, especialmente en el desarrollo cerebral fetal.

La iniciativa auspiciada por el Pnuma y el GEF contempla intensificar los controles y las regulaciones en sectores específicos, como la extracción de oro artesanal y en pequeña escala, el principal uso del mercurio en América Latina.

Según el Pnuma, la mayoría de las emisiones de mercurio se producen en América Latina, representando 53 % de las emisiones globales. Y la minería de oro artesanal y en pequeña escala representa alrededor de 70 % de las emisiones en la región.

La iniciativa espera ayudar a los países beneficiarios a desarrollar y reforzar capacidades institucionales y legales para monitorear y controlar el comercio de mercurio, y propiciar la coordinación regional, el intercambio de datos y cooperación sobre el suministro y el comercio de mercurio en la región.

Específicamente se apoyará la elaboración o adaptación de instrumentos jurídicos (disposiciones para controlar la importación, exportación y transferencias internas) de los seis países participantes, y de estrategias para abordar el comercio ilegal dentro y entre los países.

Según la base de datos de comercio global de las Naciones Unidas (Comtrade), la región importó en dos décadas (1996-2017) 6923 toneladas de mercurio, y los principales importadores fueron Perú (2055 TM), Brasil (1649), Colombia (1677), Guyana (790), Bolivia (438), Ecuador (276), y Venezuela (32 toneladas).

La iniciativa brindará capacitación a funcionarios de comercio, aduanas y control fronterizo en todos los países concernidos, bajo la coordinación del centro uruguayo que maneja en la región los convenios de Basilea y Estocolmo, sobre eliminación transfronteriza de desechos peligrosos y contaminantes orgánicos persistentes.

El proyecto “marca un hito importante en los esfuerzos realizados por la región y por el Pnuma para controlar el comercio de mercurio, reducir su suministro, y avanzar hacia una economía más limpia”, dijo Jordi Pon, coordinador regional del Programa de Productos Químicos y Contaminación del Pnuma.

Además, se trata de “cumplir con los compromisos asumidos en el marco del Convenio de Minamata, esencial para proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos nocivos del mercurio”, agregó Pon.

A-E/HM

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