KARACHI, Pakistán – “Estuvo en su mejor momento, hablando sin miedo y con audacia sobre el trato que reciben las mujeres por parte de los talibanes afganos, quienes están robando el futuro de toda una generación de niñas y buscando eliminarlas de la sociedad”, dijo la educadora Baela Raza Jamil, al referirse al discurso de la ganadora del premio Nobel de la Paz y activista por la educación, Malala Yousafzai.
Jamil dirige Idara-e-Taleem-o-Aagahi, una organización que promueve una educación de avanzada.
Malala participó en una Conferencia Internacional de Educación de las Niñas en Comunidades Musulmanas, organizada por el Ministerio de Educación Federal y Capacitación Profesional de Pakistán, los días 11 y 12 de enero, para debatir sobre los desafíos y oportunidades de la educación de las niñas musulmanas.
“Son violadores de derechos humanos y ninguna excusa cultural o religiosa puede justificarlos”, afirmó Malala. “No los legitimemos”, añadió Malala, como se la conoce mundialmente desde que ganó el Nobel de la Paz en 2014.
El cantante pop y activista por la educación Shehzad Roy también quedó igualmente impresionado. Comentó que “Cuando habla, lo hace desde el corazón”.
Han pasado poco más de tres años desde que los talibanes prohibieron la educación secundaria para las niñas en Afganistán, el 17 de septiembre, poco después de su regreso al poder en agosto de 2021.
Al año siguiente, los talibanes prohibieron a las mujeres estudiar en universidades y en diciembre de 2024 ampliaron esta restricción para incluir estudios de enfermería, obstetricia y odontología.
En octubre de 2012, a los 15 años, Malala sobrevivió a un intento de asesinato por parte de los talibanes por abogar por la educación de las niñas en Mingora, la localidad donde nació en Pakistán, que la dejó gravemente herida. Fue trasladada a Inglaterra para recibir tratamiento y desde entonces se ha establecido allí con su familia, mientras continúa enfrentándose a amenazas de los talibanes.
Pervez Hoodbhoy, profesor universitario y columnista, reconoció que el trato a las niñas y mujeres en Afganistán es esencialmente “primitivo y bárbaro”, pero enfatizó que “antes de que el gobierno pakistaní asuma el papel de liberador (de las mujeres afganas) hay leyes relacionadas con las mujeres (en Pakistán) que deben cambiarse y prácticas anti-mujeres que deben desmantelarse”.
Desmantelar muchas de las leyes coloniales y sistemas legales que perpetúan la desigualdad de género tanto a nivel personal como social también fue un punto destacado por Jamil, quien habló sobre el importante papel que las mujeres pueden desempeñar en la construcción de la paz.
Pero eso solo es posible, dijo, cuando la sociedad promueve la educación y el aprendizaje continuo sin discriminación.
“En Malala, tenemos un ejemplo vivo de la experiencia contemporánea de una joven estudiante que respondió a una violencia mortal convirtiéndose en una constructora de paz única”, dijo Jamil en su participación durante la conferencia.
La conferencia de alto perfil, que se mantuvo deliberadamente discreta hasta último momento por “razones de seguridad”, reunió a 150 delegados, incluidos ministros, embajadores, eruditos y representantes de 44 países musulmanes y aliados.
También participaron organizaciones internacionales como la Unesco, Unicef, el Banco Mundial y la Liga Mundial Musulmana, financiada por Arabia Saudí.
Hoodbhoy, sin embargo, afirmó que la cumbre tenía como objetivo principal “romper el aislamiento de Pakistán con el resto del mundo y fortalecer al gobierno tambaleante desesperado por legitimidad”.
Aunque algunas organizaciones indias estuvieron presentes, Afganistán, a pesar de haber sido invitado, estuvo notoriamente ausente.
Esto no pasó desapercibido.
“El silencio de los talibanes, los peores infractores del mundo en lo que respecta a la educación de las niñas, fue ensordecedor”, señaló Michael Kugelman, director del Instituto del Sur de Asia del Wilson Center con sede en Washington.
Dada la tensa relación entre Pakistán y Afganistán, dos países limítrofes, dijo que el primero pudo haber querido que esta conferencia llamara la atención sobre el terrible historial de los talibanes en relación con la educación de las niñas.
“Y lo ha logrado, en cierto grado, especialmente con una figura icónica como Malala utilizando la conferencia como plataforma para condenar el apartheid de género en Afganistán bajo los talibanes”, afirmó.
Yousafzai se mostró complacida de que la conferencia se llevara a cabo en Pakistán, “porque todavía queda una enorme cantidad de trabajo por hacer para que todas las niñas pakistaníes puedan acceder a la educación”, dijo, refiriéndose a las 12 millones de niñas que no están escolarizadas en el país.
Kugelman elogió a Pakistán como anfitrión por no intentar “ocultar sus propios fracasos” en materia educativa. “Fue importante que el primer ministro Sharif reconociera el estado deplorable de la educación de las niñas en Pakistán durante su discurso en la conferencia”, comentó.
Con 26 millones de niños fuera de la escuela en Pakistán, de los cuales 53 % son niñas, la cumbre pareció estar en sintonía con la declaración de emergencia educativa del primer ministro, Shehbaz Sharif, el año pasado, comprometiéndose a “traer (a los niños no escolarizados) de vuelta a la escuela”.
“El primer ministro está preocupado, y con razón, por los niños fuera de la escuela, pero a mí me preocupa más aquellos que completan diez años de educación y no desarrollan pensamiento crítico”, comentó Roy. El cantante pop ha sido un activista de la educación durante más de dos décadas.
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Hoodbhoy compartió pensamientos similares.
«Si se hubiera tenido la intención de educar a las niñas, las estrategias más efectivas y económicas habrían sido hacer obligatoria la coeducación en los niveles de primaria y secundaria básica para ampliar la disponibilidad de escuelas y diseñar un plan de estudios que eduque e informe a las niñas (y a los niños), en lugar de limitarse a adoctrinarlos», afirmó.
Roy destacó que Yousafzai ha enfatizado constantemente la importancia de una educación de calidad.
Con solo 150 instituciones gubernamentales de formación docente en Pakistán, afirmó que era urgente una reforma mediante asociaciones público-privadas. También señaló que muchas escuelas privadas contratan maestros no calificados y abogó por la implementación de una licencia de enseñanza, similar a las licencias médicas.
Desde la creación de Zindagi Trust en 2003, Roy abogó por educación pública de mejor calidad. También asumió el control de dos escuelas gubernamentales para niñas en Karachi y logró renovarlas, proporcionando comidas a los niños de preescolar y enseñando ajedrez e instrumentos musicales, actividades inauditas en las escuelas públicas, especialmente para niñas.
El primer ministro reconoció que matricular a 26 millones de estudiantes en la escuela era una tarea desafiante debido a la “infraestructura inadecuada, problemas de seguridad, así como normas sociales profundamente arraigadas” y declaró que el verdadero desafío era la “voluntad” para lograrlo.
Durante 34 años, Jamil ha cuestionado el diseño y los procesos educativos en Pakistán a través de informes anuales.
Cree que devolver a los 26 millones de niños a la escuela es menos desafiante que garantizar un “aprendizaje básico” para los ya matriculados. “De los niños de 5 a 16 años, 45 % falla en lectura, comprensión y aritmética”, dijo a IPS.
Jamil también expresó preocupación por lo que describió como una población descontrolada, además de abogar por un mejor financiamiento y una infraestructura escolar bien equipada.
Lamentando la “falta de imaginación para resolver la crisis educativa” en el gobierno, afirmó que había potencial para lograr mucho más.
En 2018, el proyecto Syani Saheliyan de su propia organización ayudó a casi 50 000 niños y adolescentes (de entre 9 y 19 años) en el sur del estado de Punyab que habían abandonado la escuela.
Ofreció apoyo académico, habilidades para la vida, formación vocacional y herramientas tecnológicas para reintegrarlas a la educación. La iniciativa fue reconocida por HundrEd Innovation en 2023.
Incluso Fozia Parveen, profesora adjunta en el Instituto de Desarrollo Educativo de la Universidad Aga Khan, instó al gobierno a pensar de manera innovadora y encontrar un “punto medio” incorporando la sabiduría local en la educación moderna.
“En lugar de una educación liderada por modelos occidentales dentro de un sistema educativo ya colonial, quizá deberíamos considerar un enfoque más local utilizando métodos educativos propios”, sugirió.
Y añadió: “Hay tanta sabiduría y conocimiento local que perderemos si seguimos inspirándonos y adoptando sistemas extranjeros. Es necesario tener una educación localizada, con todas las formas y tecnologías modernas para mantenernos al día con el mundo”.
Además, Parveen, quien se especializa en educación ambiental y climática, comentó que «en el futuro será necesario un aprendizaje más basado en habilidades, lo que requerirá actualizar los planes de estudio y capacitar a los docentes para fomentar esas habilidades”.
La Conferencia Internacional de Educación de las Niñas en Comunidades Musulmanas concluyó con la firma de la Declaración de Islamabad, que reconoce la educación como un derecho fundamental protegido por leyes divinas, enseñanzas islámicas, cartas internacionales y constituciones nacionales.
Los líderes musulmanes se comprometieron a garantizar el derecho a la educación de las niñas “sin limitaciones” y “libre de condiciones restrictivas”, en consonancia con la Sharia.
La declaración destacó la educación de las niñas como una necesidad religiosa y social, clave para el empoderamiento, la estabilidad familiar y la paz global, así como abordar el extremismo y la violencia.
Se condenaron las ideologías extremistas, las fatwas y las normas culturales que obstaculizan la educación de las jóvenes y perpetúan los prejuicios sociales. Los líderes se comprometieron a ofrecer becas para niñas afectadas por la pobreza y los conflictos, además de desarrollar programas para aquellas con necesidades especiales, garantizando la inclusión.
La declaración concluyó afirmando que “no será un llamado temporal, una declaración vacía ni una postura meramente simbólica».
Añadió que «más bien, representará una transformación cualitativa en la defensa de la educación de las niñas, llevando prosperidad a cada niña desfavorecida y a cada comunidad que necesita urgentemente las contribuciones tanto de sus hijos como de sus hijas por igual”.
También se instó a la formación de un comité permanente para supervisar la implementación de estos resultados.
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