Grave crisis humanitaria en la República Democrática del Congo

Familias se desplazan por la ciudad de Goma, cargando sus pocas pertenencias, para huir de los combates entre el ejército de la República Democrática del Congo y la insurgencia M23, que avanza en el oriente del país con apoyo de la vecina Ruanda. Las Naciones Unidas alertan sobre un agravamiento de la crisis humanitaria en la que están inmersas millones de personas en la región. Imagen: Moses Sawasawa / PMA

GINEBRA – La crisis humanitaria en el este de la República Democrática del Congo (RDC) se profundiza a medida que se expanden las hostilidades entre el ejército y el grupo armado M23, respaldado por la vecina Ruanda, alertó la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh).

La mayor parte de ciudad de Goma, capital de la provincia Kivu del Norte, cayó en poder del M23 (Movimiento 23 de Marzo) en la última semana, y la fuerza rebelde avanza con nuevos frentes hacia Bukavu, la capital de la vecina provincia de Kivu del Sur, ambas en el oriente congoleño fronterizo con Ruanda.

Medios de prensa describen un escenario de mucha violencia, con cadáveres en las calles, cortes en los suministros de agua y electricidad, violaciones, saqueos en tiendas y depósitos de alimentos y medicinas, hospitales abarrotados de heridos y militares refugiados en recintos de la ONU.

Acnudh documentó ejecuciones sumarias por parte del M23, ataques con bombas a campamentos de desplazados internos, y sometimiento de la población civil a trabajos forzados y reclutamiento forzoso.

El alto comisionado, Volker Türk, “está particularmente preocupado por el riesgo de que esta última escalada agrave aún más el riesgo de violencia sexual relacionada con el conflicto”, indica el reporte de su oficina.

La violencia sexual relacionada con el conflicto ha sido una característica atroz del conflicto armado en el este de la RDC durante décadas, y la actual proliferación generalizada de armas en Goma exacerba los riesgos de violaciones y abusos.

Además, funcionarios de la RDC informaron que al menos 165 mujeres fueron violadas por reclusos varones durante la fuga de más de 4000 reclusos de la prisión Muzenze de Goma el 27 de enero, cuando el M23 comenzó su asalto a la ciudad.

Acnudh también ha documentado casos de violencia sexual relacionada con el conflicto por parte del ejército y de combatientes de su grupo aliado Wazalendo en Kalehe, a mitad de camino entre Goma y Bukavu.

“Estamos verificando informes de que 52 mujeres fueron violadas por tropas congoleñas en Kivu del Sur, incluidos casos de violación en grupo”, indicó Acnudh.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) indicó que la violencia y el saqueo de los almacenes de ayuda en Goma afectaron la capacidad de intervención de los trabajadores humanitarios y los están poniendo en peligro.

En la ciudad, “los alimentos se están agotando. El agua escasea. Los hospitales están desbordados. Desplazados y desarraigados por el conflicto, una vez más, las familias se desplazan sin saber dónde están a salvo”, publicó en la red social X el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Peter Musoko, representante del PMA en la RDC dijo que siguen la situación para entregar ayuda “cuando sea posible; por el momento, la seguridad es primordial”.

El objetivo de la agencia es llegar al menos a 800 000 personas en Kivu del Norte y del Sur, donde ya había unos cinco millones de personas desplazadas antes de que se acelerase la actual crisis en los meses de diciembre y enero.

El aeropuerto de Goma sigue cerrado, lo que significa que se ha suspendido el flujo de carga de socorro y la rotación del personal humanitario. La mayoría de las carreteras que unen esa ciudad con el resto del país también están cerradas.

La noticia de la caída de Goma esta semana provocó manifestaciones masivas en ciudades congoleñas en apoyo del ejército y contra la vecina Ruanda. En la capital, Kinsasa, se han prohibido las manifestaciones después de que fueran atacadas 10 embajadas, entre ellas las de Ruanda, Uganda, Estados Unidos y Francia.

El M23 surgió hace más de 10 años reivindicando la oposición de la región oriental al poder central, y está dirigido por individuos de la etnia tutsi, en el poder en la vecina Ruanda, sistemáticamente señalada de apoyar a la insurgencia.

La región de Kivu es muy rica en minerales convencionales como el oro, y los nuevos apetecidos como coltán y litio, y Kinsasa acusa a Ruanda de explotarlos ilegalmente en su territorio, con apoyo de la insurgencia M23, para beneficiarse de su exportación a mercados europeos.

En el conflicto se han interpuesto misiones militares de la ONU y de la Comunidad de Estados de África Austral, instancias que continúan llamando, hasta ahora sin éxito, a un alto el fuego y cese de hostilidades.

A-E/HM

 

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