LA HABANA – Los emprendimientos en Cuba afrontan desde sus surgimiento múltiples obstáculos para invertir en su desarrollo. Muchos surgen y crecen con recursos propios, por la casi imposibilidad de acceder a créditos bancarios o beneficios fiscales.
“Empecé sola sin presupuesto, prácticamente; no podía pedir un crédito porque para que me lo dieran era algo imposible”, dijo a IPS Yurisbel Ramírez, residente en la oriental provincia de Granma, y socia de la pequeña empresa privada Constago, de servicios de construcción.
Como Ramírez, no faltan los emprendedores que empeñan sus ahorros en un negocio propio, piden préstamos a amigos o reciben apoyo monetario de familiares en el extranjero. Pocos llegan a solicitar un crédito bancario, y de ellos, menos aún logran recibirlo.
En un viaje de IPS a la ciudad de Bayamo, la capital de Granma, ubicada a 742 kilómetros al este de La Habana, Elba Fernández, la presidenta de la empresa EbellY, de servicios de limpieza, explicó que sus comienzos en 2023 con un capital de 100 000, unos 830 dólares según la tasa de cambio oficial de 120 pesos por un dólar.
Obtuvo el monto a través de amigos y parientes: “No podía ser con un préstamo bancario, ¿de qué forma me iba a apalancar (cumplir los requísitos del banco)?”, dijo a IPS la empresaria.
Si bien cumplir con tales garantías ya es una tarea titánica, todavía existe el riesgo de que no se pueda amortizar la deuda cuando suele haber condiciones desfavorables para la prosperidad de un negocio.
Ese razonamiento lo tuvieron en cuenta los dos dueños de Pokarce, una minindustria de fabricación de ladrillos y bloques de arcilla, la cual creció también sin apoyo externo.
“Responder a un crédito bancario es complicado, porque hay muchas cosas que no dependen de ti y eso no le interesa al banco. Al final, respondes con tus bienes. Por eso nuestros pasos han ido más lentos, sino nuestras instalaciones de producción fuesen mucho mejores”: Yunier Porto.
“Todo lo que ves aquí es con capital propio, por eso nuestros pasos han sido un poco más lento”, dijo a IPS Yunier Porto, uno de los líderes, en las instalaciones de su negocio.
Por ejemplo, el déficit energético que sufre esta nación insular caribeña desde 2020, con mayor incidencia fuera de la capital, ha provocado constantes interrupciones en su línea de producción, al punto de que en Pokarce ha llegado a normalizarse jornadas de cuatro horas en los peores momentos.
La incertidumbre de si es posible o no amortizar una deuda con el banco, hizo que Porto desestimara la vía crediticia para financiarse.
“Responder a un crédito bancario es complicado, porque hay muchas cosas que no dependen de ti y eso no le interesa al banco. Al final, respondes con tus bienes. Por eso nuestros pasos han ido más lentos, sino nuestras instalaciones de producción fuesen mucho mejores”, admitió.
Garantías de éxito
Las garantías que suele pedir la banca cubana para otorgar un crédito a una empresa privada son propiedades tasables a nombre de la entidad, como medios de transporte, infraestructuras, maquinarias industriales, u otras que puedan ser reconocidas por las regulaciones vigentes, las cuales casi nunca posee un emprendimiento naciente.
“El banco exige un grupo de requisitos que es bastante difícil de tener para quien empieza (un negocio). Realmente es complicado para las mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas) lograr un crédito bancario”, dijo a IPS Jorge Luis Sol, jefe del Departamento de Actores Económicos del gobierno provincial de Granma.
La resolución 90 de 2024 del Banco Central de Cuba, que regula el procedimiento en el otorgamiento de créditos a las mini, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y otros actores económicos no estatales, indican que estos solo se entregarán con destino a capital de trabajo e inversiones, no para consumo.
En el proceso, se realiza un protocolo de análisis de riesgo que tiene en cuenta las actividades económicas del emprendimiento solicitante, el monto pedido, la factibilidad del negocio, posibles fuentes de amortización y capacidad pago, las garantías y otros aspectos.
Estos son requisitos estándares para la banca en el mundo, pero con la especifidad en Cuba de que todos los bancos son estatales, dentro de un pequeño sector que coordina el Banco Central, con rango ministerial.
Uuna investigación de 2023 del Centro de Estudios de la Economía Cubana evidenció las principales brechas al respecto.
Muchas mipymes, por ejemplo, cuando comienzan su actividad aún no tienen la infraestructura necesaria para empezar sus operaciones mercantiles y firmar contratos con clientes, por lo quedan excluidas de una de las garantías más básicas: la sesión de contratos al banco en caso de incumplimiento en el pago de la deuda.
Por supuesto, menos todavía tienen posibilidades de ofrecer garantías hipotecarias, o prendarias sobre equipamiento e inventarios. Para colmo, no existe casi fondos públicos de fomento que ayuden a respaldar los créditos.
Tampoco hay diferenciación en las ofertas de créditos a las mipymes, sin distinción en las particularidades y envergaduras de los negocios, así como reciben el mismo tratamiento y procedimiento de evaluación de riesgo que una empresa estatal, con dimensiones y características distintas.
Aparte de los resultados del estudio, las condiciones de inflación y escasez de bienes esenciales afectan la efectividad de una inversión, más cuando la mayoría de los créditos se entregan en la devaluada moneda nacional, mientras transcurre una dolarización parcial de la economía.
Sublimagen, una empresa privada de Bayamo, de servicios de impresión, gastronomía y que, además, produce artesanías, pidió un crédito de cinco millones de pesos (unos 41 700 dólares) para la rehabilitación de un local para un restaurante.
Los precios de los materiales de la construcción después subieron astronómicamente, por lo que restablecer el inmueble costó casi el doble del monto del crédito. El resto lo ha ido pagando el negocio con sus utilidades, pero hoy sigue endeudado con el banco.
“Cometimos un error como empresa de pedir un crédito tan alto. Teníamos muchos deseos de trabajar, pero no podíamos darnos ese lujo. No puedo dar marcha atrás hasta que no paguemos lo que debemos, y nuestras ganancias son paupérrimas”, dijo a IPS Oleg Zamora, el presidente de Sublimagen.
Poco financiamiento al sector privado
Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), relativo a la economía de Cuba en 2023, en el primer trimestre de ese año, la mayor cantidad de los préstamos otorgados correspondió a las empresas estatales, con un 83, 4 %.
Las personas naturales, por su parte, solo representaron 2, 4 % del total del financiamiento, mientras no quedó constatado cuánto se otorgó al sector privado.
De acuerdo a los datos más recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), las “salidas” del sistema bancario cubano hacia el sector no estatal (que incluye montos por salarios de empleos estatales, y otras formas de pago), ascendieron en 2023 a 279 754 millones de pesos, el valor de 2331 millones de dólares.
De esta cuantía, solo el equivalente a 83 millones (3, 6 %) correspondió a créditos bancarios entregados negocios privados y personas naturales.
Una suma reducida en comparación con la de países de América Latina y el Caribe: en 2023, el promedio regional del crédito bancario o de otras instituciones financieras al sector privado equivale a 55, 4 % del producto interno bruto (PIB), según datos del Banco Mundial.
Aunque las autoridades cubanas siempre han apostado por una economía planificada y por la preponderancia de la empresa estatal, en 2021 amplió el papel del sector privado al permitir la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) privadas, que en junio de 2024, ya eran más de 9000, de acuerdo a la Onei.
Una manera de romper el hielo
Un proyecto piloto relacionado con el otorgamiento de microcréditos a emprendimientos–diseñado entre el Banco Central de Cuba, varios gobiernos provinciales y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud)–, pretende desatascar el inmovilismo crediticio de la isla
Desde el 16 de enero, el microcrédito se encuentra disponible para las mipymes privadas radicadas en Bayamo, con más de seis meses de operación o que se hayan reconvertido de otras formas de gestión no estatal preexistentes.
Los montos que pueden solicitarse rondan entre 35 000 pesos y 525 000 pesos cubanos, con una tasa de interés de 2,17 % mensual.
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El informe sobre 2023 de la Cepal indica que, en el caso de créditos para capital de trabajo e inversión, la tasa mínima de interés de la banca cubana se encuentra de 2,5 % a 3,5 % y la máxima, en un rango entre 8 % y 10 %.
Lo más beneficioso del pilotaje es que las mipymes que accedan al crédito no necesitarán presentar garantías más allá de depositar, en una cuenta a nombre de la empresa, 10 % de la cantidad del crédito aprobado.
Luego, el proyecto se implementará, según Sol, el funcionario del gobierno provincial, en las provincias de Holguín (al este de la isla), Pinar del Río (al oeste) y Villa Clara (en el centro).
“De cierta forma, viene siendo una manera de romper el hielo, porque es bastante difícil para los negocios que están arrancando, e incluso los que tengan buenas operaciones, conseguir financiamiento (a través del banco)”, comentó.
ED: EG