MONTEVIDEO – La Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) sellaron este viernes 6 un acuerdo que, de concretarse, permitirá crear una de las zonas comerciales más grandes del mundo, con 700 millones de consumidores y 25 por ciento del producto interno bruto (PIB) global.
“Hoy se marca un hito verdaderamente histórico. Este acuerdo no es solo una oportunidad económica, es una necesidad política”, dijo en rueda de prensa en esta capital la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien figuró al frente de las negociaciones en nombre de los 27 Estados miembros de la UE.
La negociación del acuerdo consumió dos décadas de tratativas entre la UE y el bloque sudamericano que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, más Bolivia, sumado al Mercosur pero todavía no al pacto con el conjunto europeo.
Rubricaron el pacto, llamado a facilitar el comercio entre los bloques, Von der Leyen y los presidentes Javier Milei, de Argentina; Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Santiago Peña, de Paraguay, y Luis Lacalle Pou, de Uruguay.
El mandatario anfitrión destacó que todos los líderes congregados “han subrayado la transcendencia del día de hoy, pese a los matices y diferencias” que puedan existir.
Durante las negociaciones destacó la oposición de Francia, con la mayor industria agrícola de Europa, acompañada de Austria, Países Bajos y Polonia, mientras impulsaba el acuerdo Alemania -que ve en América del Sur un gran mercado para su industria automotriz- con respaldo de España, Italia y Portugal.
Von der Leyen destacó el impacto positivo para unas 60 000 empresas europeas que exportan bienes y servicios a las naciones del Mercosur.
Brasil, gran exportador de la región, fue el principal motor del lado sudamericano. Lula destacó que el pacto “fortalecerá la inversión” y, además, ha incorporado temas de salud y de agricultura familiar, que no estaban presentes en un primer acuerdo convenido entre los bloques en el año 2019.
Del lado europeo se insistió al paso de los años en que el acuerdo debía prever un estricto cumplimiento de estándares ambientales y laborales de parte de los sudamericanos.
Milei, siendo Argentina la segunda economía del Mercosur, también respaldó el acuerdo pues “el libre comercio genera prosperidad”, aunque consideró que lo pactado hasta ahora con la UE “aún está distante de la realidad”.
Para que entre en vigor el acuerdo, deben respaldarlo los 27 gobiernos de la UE, y ser ratificado por el Parlamento Europeo y los parlamentos nacionales de los países implicados. El proceso puede demorar entre un año y año y medio.
Si es ratificado, el acuerdo UE-Mercosur implicaría reducir aranceles y barreras comerciales entre los bloques y facilitaría la exportación de bienes para las empresas a uno u otro lado del Atlántico.
Si los europeos obtienen aranceles más bajos para sus automóviles, maquinaria y productos químicos, los sudamericanos podrán acceder de modo privilegiado a la UE con sus exportaciones agrícolas, como carnes y azúcar.
Y ambos bloques se erigen ahora en bastiones del libre comercio, por lo que en evidente alusión a las corrientes proteccionistas que recorren las dos mayores economías del planeta, Estados Unidos y China, von der Leyen dijo al presentar el nuevo acuerdo que “estamos enviando un mensaje claro y poderoso al mundo”.
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