El barco de MSF deja de rescatar migrantes en el Mediterráneo

El barco Geo Barents, de Médicos Sin Fronteras, durante una operación de salvamento de migrantes náufragos en el mar Mediterráneo. La organización humanitaria suspendió esas operaciones en medio de su controversia con el Gobierno de Italia, señalado de obstaculizar cada vez más las operaciones de rescate que realizan organizaciones no gubernamentales. Imagen: MSF

ROMA – La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció este viernes 13 que su barco Geo Barents, dedicado al rescate de migrantes y refugiados náufragos en el Mediterráneo, cesa sus operaciones “a causa de leyes y políticas italianas sin sentido”.

Juan Matías Gil, representante de búsqueda y rescate de la organización, dijo que “anunciamos el cese de las operaciones del buque de rescate Geo Barents, tras haber estado operativo desde junio de 2021”, pero que “MSF volverá lo antes posible a realizar esas operaciones”.

En el Mediterráneo central, recordó MSF en una declaración, “más de 31 000 personas han muerto o desaparecido desde 2014, por lo que “reafirmamos nuestro compromiso de asistir a las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo en una de las rutas migratorias más mortíferas del mundo”.

Gil dijo que “también regresaremos para dar testimonio y denunciar las violaciones cometidas por Italia, los Estados miembros de la Unión Europea y otros actores contra las personas en el Mediterráneo central”, agregó Gil.

MSF reivindica que desde junio de 2021 ha rescatado al menos a 12 675 personas en 190 operaciones de salvamento en el Mediterráneo central, pese a lo cual “anunciamos el fin de las operaciones debido a leyes absurdas y sin sentido”.

Esas normas van “desde el decreto Piantedosi de enero de 2023 hasta su endurecimiento en diciembre de este año”, agregó la declaración.

Con ello la organización alude a la norma que impulsó el ministro de In5terior de Italia, Matteo Piantedosi, que complica la operatividad de sus tareas de rescate en el Mediterráneo y permite el bloqueo de los barcos dedicados a ese fin.

El gobierno de la primera ministra derechista Giorgia Meloni se ha empleado a fondo en frenar la inmigración ilegal, en particular la que arriba a través del Mediterráneo desde las costas del norte de África.

Las autoridades toman medidas como ordenar a los buques que se dirijan a puertos distantes de la zona de tránsito de migrantes en el Mediterráneo, o bien los paralizan durante semanas e incluso los multan, como ocurrió hace meses con la nave Ocean Viking, de bandera noruega, operada por la organización SOS Mediterranée.

En los últimos dos años el Geo Barents se ha enfrentado a cuaro sanciones de las autoridades italianas, que le han impuesto un total de 160 días de detención en puerto, “castigando al buque por el mero cumplimiento del deber humanitario y legal de salvar vidas en el mar”, deploró MSF.

La práctica de las autoridades italianas de asignar puertos lejanos, con frecuencia en el norte, para desembarcar a las personas rescatadas, “ha socavado aún más la capacidad del Geo Barents para salvar vidas en el mar y estar presente donde más se le necesita”, indicó MSF.

Por ejemplo, en junio de 2023, las autoridades italianas ordenaron al Geo Barents, con capacidad para albergar hasta 600 personas a bordo, que se dirigiera a La Spezia, al norte de Italia, para desembarcar a 13 supervivientes, lo que supuso navegar más de 1000 kilómetros, a pesar de la disponibilidad de puertos más cercanos.

Este diciembre, Italia intensificó aún más la dureza de las sanciones al facilitar y agilizar la confiscación de los buques de búsqueda y rescate humanitarios.

Gil dijo que “tras considerarlo detenidamente, hemos llegado a la conclusión de que es insostenible operar con el Geo Barents bajo leyes y políticas italianas tan absurdas y carentes de sentido”.

“La capacidad de rescate de los buques humanitarios está significativamente infrautilizada y activamente socavada por las autoridades italianas”, añadió Gil.

MSF indicó que durante los dos años transcurridos desde la aplicación del decreto Piantedosi, ha agotado vías legales y recurrido ante tribunales italianos las sanciones punitivas y la práctica de asignar puertos lejanos.

En dos ocasiones obtuvo éxito con suspensiones de las órdenes de detención por 60 días de su buque. También ha presentado quejas ante la Comisión Europea, instándola a examinar las restricciones a la luz de la legislación del bloque, sin éxito hasta ahora.

Margot Bernard, coordinadora de proyectos de MSF, deploró que “en lugar de utilizar la capacidad de rescate de los buques humanitarios, las autoridades italianas han socavado su operatividad”.

“Las leyes y políticas italianas expresan un auténtico desprecio por la vida de las personas que cruzan el Mediterráneo. Cuando las políticas europeas de disuasión causan tanto sufrimiento y cuestan tantas vidas, tenemos el deber de defender a la humanidad”, dijo Bernard.

MSF señala que desde 2015 ha realizado actividades de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central, trabajando en ocho buques diferentes -sola o en asociación con otras ONG-, y ha rescatado a más de 94 000 personas.

En el año 2023 perecieron 3129 migrantes y refugiados en el Mediterráneo, en su mayoría provenientes de las costas norafricanas. En 2024, hasta mediados de junio, murieron o desaparecieron en sus aguas al menos 800 personas, según la Organización Internacional para las Migraciones.

A-E/HM

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