MÚNICH, Alemania – Jay Mulucha, director ejecutivo de FEM Alliance Uganda, hizo una petición vehemente a los gobiernos de todo el mundo para que presionen a los legisladores de su país natal con el objetivo de que de den marcha atrás respecto a la ley que penaliza a la comunidad Lgbti+,una de las más drásticas del mundo.
El activista ugandés se convirtió en el primer hombre trans en hablar en la ceremonia de apertura de la 25 Conferencia Internacional sobre el Sida, celebrada entre el 22 y el 26 de julio en esta ciudad alemana de Múnich, y donde concurrieron unas 10 000 personas que luchan contra el VIH/sida en el mundo.
Mulucha habló acerca de cómo él y otros miembros de la comunidad Lgbti+ en Uganda viven en constante temor y acerca del impacto de la Ley contra la Homosexualidad de 2023 de Uganda, que prohíbe las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo e impone la pena de muerte para “actos homosexuales graves”.
Durante la conferencia, IPS sostuvo una entrevista exclusiva con Mulucha sobre cómo él y otros activistas se niegan a rendirse en la lucha por la aceptación de su identidad y su determinación de ayudar a los demás a pesar de los peligros y los desafíos que enfrentan día a día.
Jay Mulucha, director ejecutivo de FEM Alliance Uganda. Imagen: Cortesía de Jay Mulucha
IPS: ¿Le sorprendió la recepción que tuvo hoy cuando pronunció su discurso?
JAI MULUCHA: Me sorprendí mucho porque realmente es una conferencia importante que reúne a mucha gente. Y a la vez, estoy encantado de estar aquí.
IPS: Hoy le escuchamos hablar sobre la represión que usted y otros miembros de la comunidad Lgbti enfrentan en Uganda. Pero Uganda no es el único lugar donde hay leyes especialmente punitivas. ¿Cree que sus actividades y todo lo que está haciendo pueda servir de inspiración para otras personas Lgbti que enfrentan la represión en sus países?
JM: Sí, es posible. Lo que logré al decirle al mundo sobre lo que estamos atravesando va a producir un cambio. Esto se debe a que me aseguré de que tengamos oportunidades (de alzar nuestra voz). Es la primera vez que una persona trans es parte de la ceremonia de apertura (en la Conferencia anual sobre el sida) y es muy importante que nos brinden estas oportunidades para que podamos ser escuchados.
Verá usted, no está ocurriendo solamente en Uganda; la gente en otros países también está sufriendo. Nuestras voces están siendo pisoteadas, así que si nos dan la chance de hablar, tenemos una oportunidad mayor para que el mundo sepa que las cosas no están bien para las personas como nosotros.
Trabajamos con diferentes personas en distintos países con el fin de difundir el mensaje sobre lo que estamos haciendo para contrarrestar los movimientos antigénero que están surgiendo. Estos movimientos nos están afectando mucho y estamos haciendo todo lo posible para intentar detenerlos y evitar que diseminen su odio.
IPS: ¿Tiene esperanza de que la situación en Uganda para las personas Lgbti+ cambiará pronto?
JM: Me uní al movimiento activista Llbtiq en Uganda hace más de 10 años. En aquel momento, la situación era peor que ahora. Actualmente, estamos haciendo mucho trabajo de incidencia, ayudando a distintas personas y podemos decir que si bien la situación no es buena, estoy feliz de que haya algunas personas que solían ser homofóbicas y transfóbicas, cuyas mentes y narrativas cambiaron a través de nuestro trabajo.
En comparación con la situación hace 10 años, al menos ahora la gente conoce acerca de la comunidad Lgbti. En ese entonces, nadie podía siquiera decirlo porque hasta se creía que era pecado mencionar a la comunidad Lgbti+. Ahora, están hablando de nosotros, los proveedores de servicios de salud y el gobierno saben sobre la comunidad Lgbti; lo están diciendo.
Aun si es algo negativo, al menos lo están mencionando; saben que existimos y que también necesitamos servicios. Por lo tanto, tengo la sensación de que si seguimos con nuestro trabajo, nuestra incidencia, y si seguimos hablando sobre estas cuestiones en los distintos foros, en algún punto las cosas van a cambiar.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Puedo dar ejemplos de países con mejores leyes, pero esas leyes no aparecieron de repente. No es que todos se despertaron un día e inesperadamente las leyes estaban vigentes. La gente tuvo que luchar (por esas leyes) y pasar por muchas adversidades hasta que todo estuvo mejor. Tengo la impresión de que algún día las cosas en Uganda cambiarán.
No nos vamos a rendir. Vamos a seguir luchando hasta que consigamos lo que queremos. Hacemos un llamado a diferentes misiones, diferentes países, en Europa y en todo el mundo, para que se unan a nosotros en esta lucha hasta que obtengamos lo que queremos.
IPS: ¿Qué impactos tendrán o ya tienen estas leyes sobre la situación del VIH en Uganda?
JM: Estas leyes están empeorando las cosas. Distintos funcionarios del gobierno están registrados cuando castigan y les dicen a los proveedores de servicios de salud que no atiendan a ninguna persona Lgbti, lo cual significa que tener acceso a esos servicios es difícil.
La comunidad Lgbti se ve impedida de acceder a servicios sanitarios. Esto se debe a que saben que una vez que intentan acceder a ellos, serán arrestados, que no van a poder recibirlos, que van a ser torturados, discriminados y que les dirán muchísimas cosas homofóbicas.
Estas leyes realmente han impactado la provisión de servicios de salud para las personas Lgbti+. Es tan grave que algunos recurran a la automedicación que, sin duda, es perjudicial y muy peligrosa.
IPS: ¿Cómo puede alguien en Uganda de la comunidad Lgbti que tiene VIH acceder a la atención que necesita por su condición?
JM: Hay centros de atención temporal financiados por organizaciones internacionales. También instruimos a algunos proveedores de servicios de salud. Algunos de ellos son receptivos; nos reciben y nos brindan los servicios que necesitamos. Los centros temporales han apoyado a la comunidad.
Esta se siente segura al acceder a los servicios en lugares donde también se sienten cómodos. Los médicos se pueden encontrar de boca en boca. Hay algunos médicos que son receptivos (con las personas Lgbti+), pero ellos también se ven enfrentados a desafíos.
A veces tienen que trabajar en secreto porque no quieren que los vean apoyándonos.
IPS: ¿Cree que la homofobia y la transfobia son muy prevalentes en Uganda, o realmente se trata de una minoría muy visible y expresiva que piensa así y que está difundiendo el odio anti Lgbti+, mientras que la mayoría de la gente simplemente no dice nada al respecto?
JM: La homofobia y la transfobia eran muy prevalentes en Uganda incluso antes de que las personas Lgbti+ se volvieran tan abiertas como ahora. Pero con el movimiento antiderechos, aumentó. Ya había odio, pero este movimiento ha incrementado el odio, la transfobia y la homofobia.
Los movimientos antigénero y antihomosexuales ahora son más y avivaron la llama. El surgimiento de estos movimientos entre los políticos y los ‘fanáticos’ —como por ejemplo líderes religiosos y culturales— enardecieron la situación. Actualmente, son tan ruidosos porque los están financiando. Tienen grandes donantes y la gente recibe sobornos para apoyarlos. Esto simplemente aumenta el odio.
Otra cosa. El motivo por el cual estas personas callan es porque los movimientos antigénero y antihomosexuales están recibiendo financiamiento y sobornando a las personas para que los apoyen y callen todo lo que respecta a la situación. La gente no se une a nosotros porque algunos reciben sobornos.
Por eso la comunidad Lgbti en Uganda pidió a los distintos gobiernos de diferentes países a pronunciarse sobre estas leyes represivas en Uganda y otros lugares. Sin embargo, por el contrario, en algunos países, en especial europeos, nada se ha dicho al respecto, incluso en Alemania.
Están recibiendo a miembros del parlamento ugandés, como su vicevocero, que fue esperado con los brazos abiertos por el gobierno alemán hace poco. Y Alemania todavía está financiando a nuestro gobierno. ¿Pero por qué sucede esto? Se están ocultando detrás de Estados Unidos, que aplicó sanciones a figuras del gobierno involucradas en la aprobación de las leyes (antihomosexualidad).
Alemania solamente hizo declaraciones al respecto. No queremos declaraciones; queremos que Alemania sancione a estas personas. Y debe dejar de financiarlos. En su lugar, Alemania debería proveer fondos a las organizaciones Lgbti+ que están en la lucha. Y están haciendo esto creyendo que no sabemos ni nos enteraremos. Le pedimos al gobierno alemán que frene esto.
IPS: Habló sobre despertarse todos los días y preguntarse si van a estar seguros. ¿Cómo hacen usted y otros activistas para operar y trabajar cuando se tienen que preocupar todo el tiempo por su seguridad?
JM: Intentamos trabajar ocultos porque debemos seguir la lucha. Debemos continuar apoyando a la comunidad Lgbti. Encontramos formas de operar de manera segura. Ponemos lo mejor de nosotros para asegurarnos de no ser descubiertos porque no bien el gobierno se entere de nuestro trabajo, cerrarán la organización, nos arrestarán o cancelarán nuestro permiso de empleo.
Así que hacemos nuestro trabajo en secreto. Lo segundo que hacemos es cuidar unos de otros y de nuestra seguridad, además de intentar encontrar formas nuevas de mantenernos seguros. La seguridad es nuestra mayor preocupación. La situación no es buena, pero no nos vamos a rendir.
También intentamos asegurarnos de abogar y de ayudar a educar a las personas en las instituciones, como por ejemplo la policía. Hablamos con la gente e intentamos hacerles entender quiénes somos y por qué no deberían ser violentos con nosotros. Estamos atravesando muchos desafíos hoy en día, pero seguimos porque sabemos que, en algún punto, esto va a cambiar y todo estará bien con nosotros.
T: PI / ED: EG