GINEBRA – Jamie McGoldrick, coordinador humanitario de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados, denunció este viernes 12 que Israel continúa bloqueando el acceso a Gaza de camiones con auxilios de emergencia.
“La situación de los gazatíes sigue siendo desesperada a pesar de las esperanzas derivadas de los recientes compromisos de Israel de aumentar la ayuda”, dijo McGoldrick, en referencia a promesas de flexibilizar el acceso de la ayuda, hechas por Israel ante constantes demandas de Estados Unidos en ese sentido.
A pesar de esos compromisos “continúan los retrasos en los puestos de control y el vacío de seguridad para entregar ayuda a quienes la necesitan”, dijo el veterano diplomático irlandés en una conferencia de prensa en las oficinas de la ONU en esta ciudad suiza.
En particular rebatió las afirmaciones israelíes de que en los últimos días habían entrado en Gaza más de 1000 camiones y solo se recibieron 800 en el lado palestino.
“Para Israel es muy fácil decir les hemos enviado 1000 camiones, así que, por favor, entréguenlos en Gaza”, comentó McGoldrick, tras relatar cómo los trabajadores de las agencias humanitarias de la ONU contrastaban sus datos con los de los bandos enfrentados en el conflicto en la Franja de Gaza.
Llamó de nuevo a las autoridades israelíes “para que reconozcan que su responsabilidad como potencia ocupante solo termina cuando la ayuda llega a los civiles de Gaza”.
La ofensiva militar israelí sobre la Franja, de 365 kilómetros cuadrados y 2,3 millones e habitantes, en su mayoría desplazados de sus hogares, destruyó o inutilizó las instalaciones de servicios, entre ellos los de alimentación y salud, quedando la población a merced de la ayuda humanitaria que pueda ingresar desde el exterior.
El actual conflicto estalló después de que la milicia islamista Hamás, basada en Gaza, atacó el sur israelí el pasado 7 de octubre, en una acción que dejó 1200 muertos y unas 250 personas tomadas como rehenes, según Tel Aviv.
En la respuesta israelí han muerto al menos 33 600 palestinos, unos 73 000 han sido heridos y centenares de miles de personas debieron trasladarse desde el norte y el centro de la Franja hacia refugios improvisados en el sur, también bajo asedio.
McGoldrick observó que los camiones con ayuda son frecuentemente retenidos durante horas en los puestos de control israelíes, o se les permite viajar solo de día para llevar al norte la ayuda que ingresa al puesto fronterizo de Rafah, en el sur, lo que les fuerza a veces a clausurar los despachos de esos vehículos.
Dijo que el ataque contra el convoy de la organización no gubernamental World Central Kitchen, hace dos semanas y en el que murieron siete activistas humanitarios, “es sólo una prueba reciente de los frecuentes peligros a los que se enfrentan los equipos de ayuda que operan en Gaza”.
En paralelo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha), informó que para la jornada planificó dos misiones humanitarias al norte de Gaza, pero las autoridades israelíes negaron el acceso para ambas.
Una de esas misiones tenía como objetivo entregar 20 000 litros de combustible para hacer funcionar los generadores de energía de respaldo en el hospital de Al Ahli, donde el personal médico todavía trabaja para brindar atención médica esencial, a pesar de no tener electricidad.
La Ocha informó que durante la semana pasada, más de 40 % de las misiones de ayuda al norte de Gaza fueron denegadas o impedidas, incluso debido a hostilidades cercanas.
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