CIUDAD JUÁREZ, México – Natalia descansa a pocos metros del puente internacional Paso del Norte, en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, desde donde puede observar los edificios de la zona centro de El Paso, en Texas, que sobresalen al muro metálico que Estados Unidos colocó en su frontera con México.
La mujer venezolana tiene el propósito de llegar al otro lado de la visible frontera, pese a las fuerzas militares texanas que resguardan el río Bravo y al muro fronterizo. Físicamente se encuentra a pocos metros de territorio estadounidense, aunque su meta aún la siente distante.
La única opción que tiene para ingresar de forma regular a Estados Unidos la lleva en una aplicación de su celular, que aseguró no logra activar.
Sin acceso a una red fija de internet, Natalia y el grupo con el que viaja usa los datos de su servicio telefónico, pero no ha sido suficiente para realizar su registro en procedimientos de inmigración que determinarán si tienen un fundamento legal para permanecer en Estados Unidos. Duró días intentando en vano.
“Consumimos muchos datos pero casi no agarra la aplicación”, dijo Natalia. Se refiere a CBP One, una aplicación digital activada hace un año por el gobierno de Estados Unidos para que las personas en movilidad agenden, desde su teléfono celular, una cita con el fin de hacer su petición de asilo en uno de los puertos de entrada en su frontera con México.
No todas las personas migrantes logran tramitar su proceso a través de esa aplicación, debido a fallas o a que se agota el cupo, de 1450 por día.
Las autoridades estadounidenses aseguran que este sistema de citas, disponible en aparatos Android y iPhone, ha evitado muchos cruces ilegales de los migrantes y ha permitido procesar hasta cinco veces más la cantidad de personas solicitantes que antes de la pandemia; sin embargo, todavía está lejos de ser suficiente para atender la demanda de personas en movilidad que llegan hasta su frontera sur.
Desde mayo –cuando concluyó Título 42 y se actualizó el funcionamiento de la aplicación para aumentar su capacidad– a diciembre de 2023, CBP One facilitó casi 324 000 citas.
Sin embargo, su capacidad de funcionamiento prácticamente quedó rebasado por el flujo migratorio que desde entonces cruzó ilegalmente la frontera desde México, un poco más de un millón 433 000 personas durante ese mismo periodo, de acuerdo con datos de la estadounidense Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).
Los números muestran que por cada persona migrante que logra ingresar a Estados Unidos con CBP One, casi cuatro llegan por vías consideradas como ilegales y no autorizadas.
Para Cristina Coronado, coordinadora de la oficina mexicana de Movilidad Humana en Ciudad Juárez que opera un comedor humanitario en la Catedral, el contraste de esas cifras exhibe porqué las personas migrantes prefieren cruzar irregularmente la frontera y para entregarse a la estadounidense Patrulla Fronteriza, en lugar de esperar turno para lograr una cita.
“Todo esto hace que la gente busque mejor la alternativa del río. Esta es una situación que (el gobierno estadounidense) está provocando”, comentó.
Las autoridades estadounidenses reconocen esta alta demanda y afirman que todos los solicitantes tendrán oportunidad de solicitar una cita, aunque la mayoría no quiere esperar.
“CBP One está funcionando. Entendemos que hay muchas personas que todos los días están tratando de programar una cita, pero las personas que han estado esperando más tiempo eventualmente van a recibir una cita”, aseguró Blas Nuñez-Neto, subsecretario de Política Fronteriza e Inmigración del estadounidense Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés).
El cuello de botella por una app
Digitalizar el proceso de solicitud de asilo conlleva retos diferentes que no se presentan de forma presencial. Este modo operativo impuesto por el gobierno de Estados Unidos representa obstáculos para la población migrante, refugiada y solicitantes de asilo.
Algunos de los obstáculos reportados por las personas en movilidad son errores del sistema de la aplicación, como errores de traducción, fallas al emitir códigos móviles y en la programación de citas. Que se han superado con las actualización, que suman más de 25 desde su lanzamiento.
Además, la necesidad de tener acceso a teléfonos inteligentes y pagar por una línea telefónica e internet, para poder tomar la aplicación; además, la cita puede lograrse hasta en tres meses y en ocasiones estás se dan en un punto lejano de dónde se solicitó.
Natalia viajó junto con otros venezolanos a Ciudad Juárez y tras una semana de estar en la ciudad ninguno había logrado generar una cita para presentarse en un punto de entrada.
Un joven del grupo en el que viaja Natalia, quien pidió no compartir su nombre, mencionó que la baja señal de internet podría ser la razón de que la aplicación les continúe marcando errores.
“Yo sé un poco de la aplicación. Solo lo suficiente para poderme inscribir. Si sale error y muchas veces es por tener una conexión débil del internet. A veces la aplicación no te deja ni tomar la foto”, dijo el venezolano de 21 años.
Muchas personas en Ciudad Juárez y otros puntos de la frontera han reportado esperas de hasta tres meses para lograr recibir una cita a través de la aplicación mientras a otros les llega en cuestión de días o semanas.
Investigadores del Colegio de Chihuahua (Colech) y el Colegio de la Frontera Norte han identificado estas largas esperas en su trabajo de levantamiento de encuestas en diferentes puntos de paso para migrantes y espacios humanitarios.
Los académicos teorizan que hay una priorización de familias y mujeres que ha dejado rezagados a varones que viajan solos, explicó Rodolfo Rubio, investigador del Colech.
“Empezó CBP One respondiendo más o menos rápido y eficiente a los primeros que llenaron las solicitudes, pero con el paso de los meses eso ha implicado que el rezago se presente otra vez y que por lo tanto haya un montón de personas en la frontera esperando respuesta y sus solicitudes de asilo”, dijo Rubio.
“Me parece que es el elemento estructural que sigue sin responder o que no tiene la capacidad de respuesta a un flujo migratorio que evidentemente se ha desbordado y que del 2018 para acá y es muy claro”, agregó.
La situación y tiempos de espera largos no son ajenos para las autoridades estadounidenses quienes señalan que las solicitudes las tiene clasificadas como “más o menos a la mitad” entre casos que llevan más tiempo esperando y un “proceso de lotería”, los que la obtiene en una fecha cercana al registro, explicó Nuñez-Neto, del DHS.
“Yo les puedo asegurar que todas las personas que aplicaron eventualmente van a ser procesados en el orden que se recibieron las aplicaciones”, expresó el funcionario federal estadounidense.
Organizaciones humanitarias, tanto internacionales como a nivel local, han considerado que el uso obligatorio de la aplicación viola el derecho a solicitar asilo ha resultado inaccesible para los sectores más vulnerables y marginalizados.
Las políticas implementadas por la administración de Biden hacen inelegibles a la mayoría de las solicitantes de asilo que cruzan físicamente la frontera o que buscan entrada por puertos de entrada sin una cita en el sistema.
La Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos protege el derecho de solicitar asilo humanitario independientemente de la forma en que una persona accede al territorio estadounidense. Estados Unidos viola este derecho, sus propias leyes migratorias y la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 al limitar y condicionar este acceso.
El derecho al asilo es un derecho humano garantizado por la Declaración Universal de Derechos Humanos. El gobierno de Estados Unidos está obligado a otorgar este derecho y leyes internacionales prohíben el retorno de personas refugiadas a los lugares donde han sido violentados y perseguidos.
“El uso obligatorio de CBP One condiciona la entrada y acceso al asilo al requerir presentarse en puertos de entrada con una cita previa, lo que es posible solo para algunas personas”, dijo Erika Guevara-Rosas, directora de Amnistía Internacional en las Américas.
“Mientras las innovaciones tecnológicas podrían potencialmente brindar tránsitos seguros y procesos más ordenados, programas como CBP One no pueden ser usados como la manera exclusiva de entrada a Estados Unidos para buscar protección internacional”, afirmó.
Siendo la aplicación CBP One la forma requerida para solicitar asilo de forma regular, el acceso a la mejor tecnología y a conexión de internet se han convertido en una necesidad casi tan básica para las personas en movilidad como un techo, alimento y llega a priorizarse sobre el acceso a servicios de salud.
Con esta gran demanda organizaciones internacionales y locales que atienden a personas migrantes se han visto en la necesidad de ofrecer servicios de orientación digital para las personas en movilidad.
Orientación digital, una necesidad
El horario de atención en la Oficina de Movilidad Humana ubicada en la Catedral de la zona centro de la ciudad es de 10:00 a 16:00 horas. A veces desde las 9:00 hay personas formadas esperando para solicitar ayuda sobre el uso de la app de CBP One.
En ese lugar, donde opera un comedor para migrantes, hay acceso a tomas de electricidad y en las paredes hay posters informativos. Personal de organizaciones internacionales hacen uso de uno de los salones con módulos de atención donde brindan información para personas en movilidad, refugiados, migrantes y solicitantes de asilo.
La mayoría son preguntas sobre CBP One, aseguraron los orientadores, que atiende a una gran cantidad de migrantes debido a que dos de cada tres personas registradas en la aplicación lo hicieron desde Ciudad Juárez, de acuerdo con el más reciente informe de la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento levantado por la Organización Internacional para las Migraciones en esta localidad en abril del 2023.
Otras ciudades desde las cuales las personas en Juárez mencionan haberse registrado incluyen Ciudad de México, Tapachula, Oaxaca, Tuxtla, Aguascalientes, Guanajuato y Morelia.
De los encuestados, 40 % mencionó haber experimentado problemas para tomar la fotografía, 33 % dijo que no pudo acceder a la agenda en su teléfono y 27 % no encontró cupo o no le permitió agregar a todos los miembros de su familia, señalan datos del informe.
Todos los servicios brindados en la Catedral de Ciudad Juárez, incluyendo los informativos, son gratuitos, explicó la coordinadora de la Oficina de Movilidad Humana. El flujo que llega a este espacio público es variante, pero el acceso a la información sobre la aplicación es de las principales necesidades de la población en movilidad.
Los servicios que la agencia internacional International Rescue Committee (IRC, en inglés) provee de forma presenciales en la Catedral de Ciudad Juárez son una extensión de su programa de plataforma digital InfoDigna en la que se busca proporcionar información segura, imparcial y accesible a personas en movilidad.
“Hace unos meses, en el marco de la implementación de CBP One, y luego de que nuestro equipo notará un incremento en dudas sobre esta medida, comenzamos a llevar a cabo sesiones informativas también presenciales”, declaró un oficial de comunicación de IRC por correo electrónico.
A un kilómetro de distancia de la Catedral, en las oficinas del Consejo Estatal de Población (Coespo) también se brinda este servicio. En este lugar las personas se reúnen sentadas en el piso cerca de tomas eléctricas en donde cargan sus celulares. Esperar en este centro de atención es también un descanso de las altas temperaturas en el exterior.
En Coespo, el servicio de orientación sobre la aplicación es brindado por representantes legales de la organización de El Paso Las Americas Migrant Advocacy Center desde enero de este año.
La organización empezó a dar este servicio cuando notaron un alza en las llamadas que recibían pidiendo ayuda para usar la aplicación y llenar la información requerida en el registro inicial, dijo Crystal Sandoval directora de iniciativas estratégicas y codirectora de Las Américas México.
El número de personas atendidas en este servicio ha ido aumentando por mes, comparte la directora.
“Para nada es user friendly (amigable para el usuario). Si fuera así o si fuera tan fácil de usar no habría tantas personas aun yendo a Coespo para pedir asistencia y no habría gente que todavía nos hablara”, dijo Sandoval.
Las personas que buscan estos servicios de asesoría llegan a un rango amplio de dudas sobre el funcionamiento de la aplicación, comparte Sandoval. Desde dificultades para usar sus propios dispositivos móviles a no poder navegar la aplicación por errores que vienen en esta misma.
Sandoval menciona que ayudar a los usuarios a navegar esta aplicación ha sido un reto pues es un método digital nuevo también para las organizaciones que dan atención a migrantes. Es una tarea para la que no estaban preparados y con desafíos que cambian constantemente.
Las limitaciones, los obstáculos
Los obstáculos que las personas en movilidad enfrentan para usar la aplicación no solo son los mismos errores que arroja el sistema si no también la falta de acceso a tecnología eficiente y limitaciones en la alfabetización digital.
Hay personas que llegan a espacios como Coespo y la Oficina de Movilidad Humana sin haber descargado la aplicación. Aún deben saltar otras barreras digitales como es abrir una cuenta de correo electrónico, saber recuperar una contraseña, ayuda para manejar los equipos inteligentes o entender el funcionamiento de la aplicación, aunque esta esté funcionando perfectamente.
“Hay personas que desde el no tener un dispositivo inteligente. Desde ahí es un tema porque tienen que comprar un teléfono nuevo, entrar en onda con este teléfono que no conocen y luego entrar en onda con la aplicación”, menciona Sandoval.
Añade que cuando las personas ya se presentan en un lugar público, en este caso Coespo, es porque tienen habilidades muy limitadas o por lo menos han batallado con la aplicación”.
A esto también se le suma la necesidad de tener acceso a una fuente de electricidad y poder tener carga en el celular y acceso a una conexión de internet. Estos recursos no son accesibles en espacios que empiezan a saturarse como los albergues y espacios humanitarios. Pero personas en situación de calle el acceso a estos recursos es aún más limitado.
En la zona centro se pueden ver personas usando los módulos del corredor seguro para recargar las baterías de sus celulares. Además de estos kioskos, migrantes mencionan que también llegan a recargar la batería de sus celulares en tiendas y restaurantes donde los dueños les dan oportunidad.
La aplicación CBP One está disponible en los sistemas operativos de Android y el iOS. En dispositivos Android la aplicación requiere 77 megabytes y un celular con la actualización Android 7 para funcionar correctamente.
En el caso de dispositivos Apple la aplicación requiere 174,5 megabytes y tener una actualización al menos de iOS 15.2 para poder instalar la aplicación. Acceder a teléfonos móviles con estas capacidades puede no estar en las capacidades económicas de todas las personas que requieran solicitar asilo, explica Sandoval.
“Para mí la verdad sigue siendo un tema de que esto no puede ser la única forma de que una persona pueda acceder a pedir asilo. Nos hemos topado con infinidad de personas mucho más vulnerables. Incluso personas que no saben leer o escribir. Personas que no hablan los idiomas que están en la aplicación. Personas que batallan de verdad con la tecnología”, dice Sandoval.
Más de 25 actualizaciones
La aplicación CBP One ha tenido más de 25 actualizaciones. El historial de actualizaciones de la aplicación sólo detalla que se arreglaron problemas y se mejoró el funcionamiento de la aplicación.
La autoridad informó que estos cambios se hicieron para mejorar el servicio de geolocalización requerido en la aplicación, dar más tiempo a los usuarios para navegar la aplicación y priorizar a las personas que llevan más tiempo esperando.
“Estos cambios le darán a los no ciudadanos con conectividad limitada la misma oportunidad para programar citas y presentarse para inspección en los puertos de entrada de la frontera sur así como aquellos con mejores conexiones a internet”, declararon en un comunicado oficial.
Sin embargo, Sandoval menciona que las actualizaciones del programa pueden llevar a mejorar ciertas condiciones, pero también llegan a generar nuevos retos. Aunque no señala que las actualizaciones son ineficientes no consideraría que son mejoras al sistema.
“Obviamente se han mejorado algunas cosas, pero ha habido otros retos. No sé si lo llamaría una mejoría a un sistema que por ejemplo se le pone una solución, pero se presentan otros veinte problemas más”, dijo.
Sandoval menciona esto ya que en Las Américas continúan viendo casos de personas que han sido violentados en su espera en la frontera o que con la ineficiencia de la aplicación llegan a tomar la decisión de entregarse de forma irregular.
“Si el sistema estuviera mejorando no veríamos este tipo de casos donde las personas están ya de una manera extremadamente frustradas. En donde ya perdieron toda posibilidad o fe y van y se entregan a las autoridades”, dice.
Como organización, Las Américas también ha tenido que adaptarse encontrar formas de saltar estos diferentes obstáculos que representa el proceso de solicitud de asilo y aprender a usar la aplicación.
Para las Américas ha sido una curva de aprendizaje amplia y sin direcciones muy claras.
“Hay muchas cosas que no sabemos sobre el funcionamiento de la aplicación entonces es una forma de ir aprendiendo conforme vamos avanzando”, dijo.
El personal de las Américas y otras organizaciones también han tenido que solicitar apoyo a DHS para solucionar problemas en la aplicación y determinar que son errores en el sistema.
Trabajadores humanitarios, voluntarios y personas en movilidad pueden contactar al departamento federal mandando un correo a CBPOne@cbp.dhs.gov. Sandoval menciona que los solicitantes pueden esperar una respuesta de entre pocos días hasta semanas dependiendo de sus dudas.
Para investigadores en el tema migratorio como Rubio, esta implementación de la tecnología puede traer beneficios, pero no pueden ser realmente eficientes hasta que se solucione el problema estructural del sistema inmigratorio de Estados Unidos.
“Al final de cuentas a mí me parece que hay un problema estructural en Estados Unidos en el sentido de que hay un rezago de atención en los procesos migratorios que se han ido acumulando en los últimos años”, dijo el investigador.
“Si se pueden aportar elementos nuevos usando la tecnología o estos mecanismos para que las personas llenen estas solicitudes y se haga este tipo de gestión, pero me parece que al final de cuentas cae en lo mismo”, concluye.
Este artículo se publicó originalmente en la mexicana Red de Periodistas de A Pie.
RV: EG