Reciclaje en Cuba pendiente de mayores aportes económicos y sociales

Un hombre recolecta envases plásticos para su posterior venta en el municipio de Playa, en La Habana. La falta de una más sólida cultura de la reutilización lleva hasta los contenedores todo tipo de desechos, sin clasificar, por lo cual el producto reciclable pierde valor y es muy difícil su recuperación. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

LA HABANA – Cuba tiene en el reciclaje una oportunidad de ahorro de divisas, aumento de ingresos y reducción de la carga contaminante, pero faltan estrategias más proactivas que fortalezcan la gestión eficiente de los desechos, mejoren la infraestructura e incentiven una mayor cultura ciudadana sobre el tema.

La economía circular es un modelo de producción y consumo enfocado en reducir, reciclar y reutilizar materiales y productos. Abrazar sus principios, además de un desafío, deviene una necesidad para este país del Sur en desarrollo carente de abundantes recursos naturales como petróleo, minerales y selvas, entre otros.

La crisis económica interna aparece como un primer obstáculo para incorporar una infraestructura moderna que de forma eficiente, eficaz y sostenible seleccione y clasifique insumos con una nueva oportunidad de uso.

Faltan quizás más incentivos fiscales y otras facilidades para atraer capital extranjero hacia el sector.

“Muchas esquinas son microvertederos. Demora la recogida, lo mismo porque no hay carros o por falta de combustible”, refirió a IPS Omayda Velázquez, una profesora residente en el municipio de Cerro, uno de los 15 que conforman La Habana.

“Personas tiran latas de refresco o papeles en las calles indiscriminadamente. A los contenedores de basura va todo, sin separar el cartón, el plástico o el vidrio. En los últimos años veo más personas y grupos pendientes de la limpieza ambiental, pero falta una mayor cultura del reciclaje desde las casas”, opinó Vázquez.

Apenas 40 % de los equipos de servicios comunales en la capital cubana prestan servicios, debido a la falta de neumáticos, baterías y llantas, según la información oficial divulgada en agosto.

“Hay que buscar la circularidad desde la gestión de los residuos hasta ese ciclo final en el cual se aprovecha al máximo cada material. El principal beneficio sería para el medio ambiente, que dejaría de sufrir el impacto del ser humano”: Yulexis Querol.

La rotura de equipos mantiene con irregularidades el servicio de recogida de basura, con la consiguiente acumulación de desperdicios en calles habaneras.

Esta urbe de 2,2 millones de habitantes genera cada día 23 814 metros cúbicos de desperdicios, 69 % de los cuales corresponde a la actividad de servicios y desechos domiciliarios, y el tercio restante son escombros y otros.

Actualmente, en la ciudad se recupera apenas 40 % de los desechos, confirmó el 12 de octubre, durante un programa televisivo, Jorge Luis Tamayo, presidente del estatal Grupo Empresarial de Reciclaje.

Una vez que se mezcla con la basura el producto reciclable “pierde valor, y es muy difícil su recuperación”, subrayó el funcionario.

Un grupo de personas limpia una zona del litoral de La Habana. Una parte del material reciclado en Cuba proviene de la limpieza de costas, playas y parques, en muchos casos impulsados por proyectos civiles. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Falta infraestructura

Rosa María Reyes, directora de la Empresa de Recuperación de Materias Primas en La Habana, subrayó en el mismo programa que “la capital no cuenta con infraestructura óptima para poder hacer esa clasificación en origen, de los materiales reciclables desde el hogar”.

Reyes aludió a los 55 puntos fijos de reciclaje, lugares donde se compran residuos a la ciudadanía, que reconoció son “insuficientes”.

“Muchas veces en esos puntos te dicen que están llenos y no pueden aceptar más materiales por falta de transporte, o que no tienen dinero. O bien te aceptan unos materiales y no otros, o varían los precios”, comentó Ramón Oliva, residente en el municipio de Centro Habana.

Oliva confesó a IPS que entregó la licencia de trabajador autónomo que lo autorizaba a recoger insumos como latas de cervezas, envases plásticos, botellas de cristal, cartones y metal, y comercializarlos en los puntos de recogida, “porque no me daba la cuenta”.

Ahora, asegura, rastrea en tanques colectores, calles o solares yermos, aún a riesgo de ser multado, y vende -sobre todo botellas y otros envases de plástico-, a particulares o negocios “que los pagan un poco mejor”, para envasar alimentos (yogurt, vinagre o puré de tomate) o confeccionar útiles del hogar.

En los primeros nueve meses de este año  los puntos fijos de reciclaje acopiaron 16 400 toneladas y una cantidad similar se logró mediante los puntos móviles en barrios y comunidades.

Volúmenes más discretos provienen de las acciones de organizaciones de masas, zonas turísticas, entidades de servicios comunales, así como de la limpieza de costas, playas y parques, revelan las estadísticas.

Una aplicación digital, Reciklando, busca facilitar la compra de materiales a domicilio, pero en lo que va de año apenas se han atendido más de 300 solicitudes, apuntaron los funcionarios.

También se ejecutan inversiones por unos 900 000 dólares, fundamentalmente en remodelaciones de equipos tecnológicos para el reciclaje. Asimismo, se promueven 54 proyectos de investigación, desarrollo e innovación sobre el tema, señalaron.

Un microvertedero en la esquina de una calle del municipio de Diez de Octubre, en La Habana. La rotura de equipos mantiene con irregularidades el servicio de recogida de basura en la capital cubana, con la consiguiente acumulación de desperdicios en sus calles. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Dinero en la basura

Directivos reconocen una disminución de la actividad recicladora a partir del impacto de la covid, limitaciones con el suministro de combustible y la contracción en los niveles de consumo y circulación de productos.

El Grupo Empresarial de Reciclaje informó que hasta septiembre acopió 74 000 toneladas de materias primas, con una ganancia de 41,6 millones de dólares, de las cuales 29 millones correspondieron a la exportación.

En 2021 fueron recicladas en Cuba 151 000 toneladas de materias primas, revelan las cifras.

Los materiales reciclables, según informes, se consideran el séptimo recurso del planeta, detrás del agua, aire, carbón, petróleo, gas natural y los minerales.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en el planeta se generan 2000 millones de toneladas de desechos sólidos urbanos cada año, 45% de los cuales no se gestiona adecuadamente.

Países europeos y Japón son punteros en el procesamiento de buena parte de sus desechos sólidos, incluidos restos de alimentos, de los cuales obtienen fertilizantes y biogás. Noruega y Suecia importan basura de otras naciones para generar calefacción y electricidad, destacan diversos reportes de prensa.

América Latina y el Caribe solo recicla 4,5 % de sus desechos, frente al promedio mundial de 13,5 %, de acuerdo con el Banco Mundial. Cada año más de 320 000 toneladas de residuos plásticos permanecen sin ser recolectados en el Caribe, estima la entidad.

Un grupo de niñas y niños decora envases de cristal durante un “reciclatón”, Festival centrado en el reciclaje, en la Quinta de Los Molinos de La Habana. Cada vez más entidades, proyectos civiles y emprendimientos de Cuba tienen entre sus prioridades la revalorización de los desechos en distintos ámbitos. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Buscar la circularidad

Con el reciclaje se obtienen “materias primas de calidad que hoy están en los residuos sólidos urbanos, comunidades y barrios y no se aprovechan al máximo”, argumentó el ingeniero mecánico Yulexis Querol, socio fundador y administrador de Enernova, pequeña empresa privada con sede en la ciudad de Cárdenas, 150 kilómetros al este de La Habana.

Dedica a la recuperación, clasificación y comercialización de envases recuperados y materias primas no ferrosas y no metálicas, y con una plantilla de 23 personas, de las cuales 15 son mujeres, Enernova fue una de las primeras 35 micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme) autorizadas a constituirse en Cuba en 2021.

Al dialogar con IPS, Querol consideró beneficiosa la reutilización porque “evita extraer recursos naturales adicionales”.

Añadió que, desde el punto de vista económico, “están los ingresos de las personas recicladoras y productoras, porque reutilizar materiales abarata costos de materias primas”.

“Hay que buscar la circularidad desde la gestión de los residuos hasta ese ciclo final en el cual se aprovecha al máximo cada material. El principal beneficio sería para el medio ambiente, que dejaría de sufrir el impacto del ser humano”, sostuvo el emprendedor.

Estimaciones indican que en Cuba se generan anualmente dos millones de toneladas de desechos reciclables, incluidos los residuos sólidos urbanos.

Sin embargo, “solo se recupera 11 % por ciento de los desechos que se generan”, valoró Querol a partir de sus investigaciones sobre el todavía insuficiente aprovechamiento de los residuos.

Como parte de su responsabilidad social y medioambiental, Enernova promueve talleres educativos para niñas, niños, adolescentes y jóvenes; también concibe, en alianza con proyectos comunitarios y otras entidades, campañas de bien público para que las personas aprendan sobre la adecuada gestión de residuos sólidos en los hogares.

Para este viernes 27 está prevista la primera edición del Festival Recicla con Enernova, una iniciativa enfocada en recuperar materiales que pueden reaprovecharse en viviendas y otros lugares.

A juicio de Querol, el reciclaje en Cuba encuentra obstáculos aún en la propia ley.

“Cuando vamos a una empresa para hacer algún contrato nos dicen que ya lo tienen con la Empresa de Materias Primas, que tienen un plan que cumplir con ellos. Lo lógico es que si tienes varias empresas licites la mejor opción. Creo que ahí está la principal limitación de la ley, la obligatoriedad de las entidades de entregar sus materias primas solo a la empresa estatal”, reflexionó.

El emprendedor insistió en que “queremos insertarnos en la gestión y recuperación de materias primas. Mientras más personas gestionen residuos y trabajen el tema del reciclaje, será mucho mejor”.

Cuba cuenta con una ley de reciclaje (Ley 1288, de materias primas), vigente desde 1975, que establece que todos los organismos y demás dependencias del Estado están obligados a recolectar los desechos de materias primas, productos y materiales reutilizables que no son aprovechados.

El cronograma legislativo prevé para noviembre de 2025 la aprobación de un decreto ley sobre el reciclaje, el cual establecerá nuevas regulaciones sobre esa actividad.

ED: EG

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