Opinión

Nuevos desafíos en la agricultura frente al fenómeno de El Niño

Este es un artículo de opinión de Mario Lubetkin, representante regional para América Latina y el Caribe de la FAO.

Imagen: Ligia Calderón / FAO

SANTIAGO – El fenómeno climático conocido como El Niño está intensificado su presencia en todo el mundo. Los pronósticos no son favorables para los países de la región latinoamericana. Se esperan precipitaciones por debajo de lo normal en Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, norte de Venezuela, Colombia, Bolivia, el interior de Perú, Guyana y Suriname.

Además, se pronostican precipitaciones por sobre lo normal en la costa norte de Perú y Ecuador asociadas al fenómeno de El Niño Costero.

Si la producción disminuye a consecuencia del fenómeno de El Niño, habrá una menor disponibilidad de alimentos, y se reducirán los ingresos de los hogares más vulnerables que viven y que se alimentan de lo que producen.

En caso de déficit de precipitaciones la seguridad alimentaria se afectará, reduciendo la superficie cultivada, con los efectos en las cosechas y en el aumento de la muerte, la desnutrición y las enfermedades en el ganado.

Por otra parte, el exceso de lluvias asociado al Niño también conducirá a una pérdida de cosechas, pero además deteriorará suelos, causará muertes y enfermedades en animales y dañará infraestructura clave.

Es fundamental actuar ya para reducir potenciales necesidades humanitarias. Proteger la agricultura tendrá un impacto directo en la seguridad alimentaria y ayudará a prevenir el aumento de las crisis alimentarias en la región.

Enfrentar este desafío requiere una estrategia sólida que aborden los riesgos en un contexto más amplio de cambio climático global.

El autor, Mario Lubetkin. Foto: FAO
El autor, Mario Lubetkin. Foto: FAO

La FAO está implementando acciones anticipatorias para reducir potenciales necesidades humanitarias en Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador, en el Corredor Seco centroamericano.

Estas acciones incluyen apoyo para la gestión, almacenamiento y cosecha de agua; sistemas de micro riego; sistemas de almacenamiento seguro de semillas; uso de variedades resistentes; profilaxis y alimentos para ganado, entre otros. De esta manera hemos podido proteger la temporada agrícola de postrera 2023. Un programa similar se estará iniciando prontamente en Bolivia, Venezuela y Colombia.

En Ecuador estaremos apoyando la implementación de drenajes y mecanismos para evacuar excesos de agua en cultivos e y evitar deslizamientos, además de dotar equipos para conservación de semillas y cultivos, conservación de producción de pesca artesanal y facilitar la vacunación para ganado para mitigar los efectos de El Niño Costero.

La FAO lanzó recientemente un plan de respuesta para recaudar 36,9 millones con el objetivo de proporcionar ayuda a las comunidades vulnerables en América Latina. La iniciativa anunciada en el marco del Mes de la Asistencia Humanitaria tiene como objetivo brindar apoyo a un millón 160 mil personas en Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y Venezuela.

Sin estos esfuerzos para reducir el riesgo y actuar anticipadamente, habrá una necesidad perpetua de acción humanitaria urgente y un riesgo creciente de deterioro hacia nuevas emergencias.

Con un esfuerzo más coordinado por parte de las organizaciones internacionales, los gobiernos, el sector privado, las organizaciones regionales, la sociedad civil y las comunidades, podremos hacer frente a fenómenos como “El Niño” y proteger los medios de vida y la seguridad alimentaria, sin dejar a nadie atrás.

RV: EG

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