SANTIAGO – Unos 200 parlamentarios de 64 países -un tercio de América Latina y el Caribe- adoptaron en esta capital chilena el compromiso de trabajar por una transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles e inclusivos, para garantizar el derecho a una alimentación adecuada para todos.
“De Chile salimos más fuertes para hacer de los sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, y para que ninguna persona quede atrás”, dijo Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
Se trató de la segunda Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición -la primera se celebró en Madrid en 2018- y contó entre sus participantes a 15 presidentes y vicepresidentes de parlamentos nacionales y regionales.
El pacto compromete a los parlamentarios a promover nuevas legislaciones, asociaciones y asignaciones presupuestarias que permitan mejorar la seguridad alimentaria en todo el mundo, pues más de 800 millones de personas padecen hambre, y más del doble cargan con sobrepeso u obesidad.
Cuando habló ante los parlamentarios reunidos en Santiago, el presidente chileno, Gabriel Boric, dijo que “si hubiese una sola persona pasando hambre, ya debiera ser escandaloso, pero son 828 millones”, y consideró que “es mucho más lo que las alianzas parlamentarias pueden hacer para alcanzar el objetivo de hambre cero”.
Los parlamentarios se comprometieron a monitorear e informar sobre los avances logrados, en concreto sobre iniciativas emprendidas y leyes adoptadas.
Su texto pide específicamente a la FAO que proporcione medios técnicos para conseguir una aplicación más eficaz del pacto.
Eso incluye mejorar los sistemas de recopilación de datos y presentación de informes, fomentar la cooperación entre los parlamentarios, y apoyar las actividades de sensibilización y desarrollo de capacidades.
Además, el pacto hace un llamado a los socios y donantes internacionales para que respalden esos esfuerzos, por lo que solicita al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial que establezca un mecanismo para la representación de los parlamentarios que luchan contra el hambre y la malnutrición.
Ese comité es la principal plataforma internacional e intergubernamental para la colaboración de todas las partes interesadas –estatales, multilaterales o privadas- con miras a garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición para todos.
También llamaron los congregados en Santiago a que se organice una tercera cumbre parlamentaria mundial que evalúe resultados, a más tardar en 2026.
En el encuentro, la diputada Carolina Marzán, del Frente Parlamentario contra el Hambre y la Malnutrición de Chile, destacó que “la brecha de género existente en nuestras naciones es dañina para avanzar en sistemas agroalimentarios más sustentables y sostenibles, ya que son las mujeres quienes alimentan al mundo”.
Entidades de las Naciones Unidas han estimado que las mujeres constituyen alrededor de la mitad de los trabajadores agrícolas en los países en desarrollo y producen entre 60 y 80 % de los alimentos cultivados en esas regiones, pero poseen menos de una quinta parte de todas las tierras del mundo.
Antón Leis, director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, expuso en la reunión que “la coordinación, la cooperación y la colaboración es fundamental. Solos no podemos. La solución no es únicamente la cooperación internacional, sino también la alianza”.
“Tenemos que trabajar juntos en alianzas parlamentarias, como el Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe, que ha sido un ejemplo para el resto del mundo”, dijo Leis.
El frente latinoamericano y caribeño funciona desde 2013 como un foro que se reúne anualmente para impulsar decenas de leyes y acciones políticas en favor de la seguridad alimentaria en la región.
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