GINEBRA – Los casi 12 000 desastres asociados al tiempo, el clima y el agua entre 1970 y 2021 causaron más de dos millones de muertes y 4,3 billones (millones de millones) de dólares en pérdidas, indicó un análisis divulgado este lunes 22 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
“Desgraciadamente, las comunidades más vulnerables se llevan la peor parte de los peligros meteorológicos, climáticos e hidrológicos”, observó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, al presentar el estudio de víctimas y daños por ese tipo de fenómenos extremos asociados al cambio climático.
En Asia se registraron 3612 desastres relacionados con fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos que causaron 984 263 muertes y 1,4 billones de dólares en pérdidas económicas.
Entre 1970 y 2021, en Asia se produjeron 47 % de todas las muertes registradas en el mundo, de las cuales los ciclones tropicales fueron la principal causa.
En 2008, el ciclón tropical Nargis causó 138 366 muertes. Bangladesh presenta el mayor número de víctimas mortales: 520 758 muertes a causa de 281 episodios.
América del Sur experimentó 943 desastres relacionados con fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos, de los cuales las crecidas representaron 61 %. Esos desastres causaron 58 484 muertes y 115 200 millones de dólares en pérdidas económicas.
En América del Norte, América Central y el Caribe se registraron 2107 desastres relacionados con fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos que causaron 77 454 muertes y pérdidas económicas por valor de dos billones de dólares. Solo en Estados Unidos las pérdidas sumaron 1,7 billones.
África registró en el período 1839 desastres de este tipo, los cuales causaron 733 585 muertes y 43 000 millones de dólares en pérdidas económicas. Las sequías fueron la causa de 95 % de las muertes registradas.
El ciclón tropical Idai, en marzo de 2019, provocó la muerte de un millar de personas en África sudoriental y fue el episodio meteorológico qué más pérdidas económicas causó en el continente, unos 2100 millones de dólares.
En el suroeste del Pacífico se registraron 1493 desastres relacionados con fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos que causaron 66 951 muertes y 185 800 millones de dólares en pérdidas económicas, y en Europa 1784 desastres que causaron 166 492 muertes y 562 000 millones de dólares en pérdidas.
En los países menos adelantados, algunos desastres en el último medio siglo causaron pérdidas económicas de hasta 30 % del producto interno bruto (PIB).
En los pequeños Estados insulares en desarrollo, uno de cada cinco desastres tuvo un impacto equivalente a más del cinco por ciento del PIB, y algunos desastres acabaron con todo el PIB de los países.
Más de 60 % de las pérdidas económicas debidas a desastres de naturaleza meteorológica, climática e hidrológica se registraron en economías desarrolladas.
Sin embargo, las pérdidas económicas representaron menos del 0,1 % del PIB de las respectivas economías en más 80 % de estos desastres, y no se registraron desastres con pérdidas económicas superiores a 3,5 % de los respectivos PIB.
El reporte de la OMM enfatizó que las alertas tempranas mejoradas y la gestión coordinada de desastres ayudan a mitigar su impacto mortal, y las muertes registradas en 2020 y 2021 fueron más bajas que el promedio de la década anterior.
Como ejemplo mostró que la severa tormenta ciclónica Mocha, que a mediados de este mayo devastó zonas costeras de Myanmar y Bangladesh y golpeó a “los más pobres de los pobres” (campamentos de refugiados y desplazados), causó un número de víctimas mucho mejor que ciclones similares en otros años.
“Antes, en ambos países se registraban decenas e incluso cientos de miles de víctimas mortales. Afortunadamente, gracias a las alertas tempranas y a la gestión de desastres, estas tasas de mortalidad catastróficas han pasado a la historia. Las alertas tempranas salvan vidas”, observó Taalas.
Un objetivo defendido por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, es lograr que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos por sistemas de alerta temprana para finales de 2027.
A-E/HM