Las sequías se extienden por el planeta

Una niña riega cotidianamente algunas plantas en Merea, en la zona del cada vez más seco lago Chad, centro-oeste de África. Con las sequías e inundaciones incrementadas por el cambio climático, unos 3600 millones de personas tienen un acceso inadecuado al agua en el planeta. Foto: Jean D. Hakuzimana/Pnud

GINEBRA – Grandes zonas del planeta han registrado sequías más allá de lo normal y unos 3500 millones de personas tienen acceso inadecuado al agua al menos una vez al mes, indicó el más reciente informe de las Organización Meteorológica Mundial (OMM), que atribuyó ese negativo proceso al cambio climático.

Petteri Taalas, secretario general de la OMM, dijo que “los impactos del cambio climático se dejan sentir a menudo a través del agua con sequías más intensas y frecuentes, inundaciones más extremas, precipitaciones estacionales más erráticas y derretimiento acelerado de los glaciares”.

“Todo ello tiene efectos en cascada sobre las economías, los ecosistemas y todos los aspectos de nuestra vida cotidiana”, agregó Taalas.

El informe sobre “El estado de los recursos hídricos mundiales” destaca que entre las zonas inusualmente secas se encuentra el área del Río de la Plata en Sudamérica, donde una persistente sequía afecta la región desde 2019.

En África, grandes ríos como el Níger, el Volta, el Nilo y el Congo tuvieron un caudal inferior a la media en 2021. La misma tendencia se observó en los ríos de algunas zonas de Rusia, Siberia occidental y Asia central.

Por contraste, hubo volúmenes fluviales por encima de lo normal en algunas cuencas de América del Norte, el norte del Amazonas y Sudáfrica, así como en la cuenca del río Amur de China y el norte de la India.

Aparte de las variaciones de los caudales fluviales, el almacenamiento global de agua terrestre se clasificó como inferior a lo normal en la costa occidental de Estados Unidos, en el centro de Sudamérica y la Patagonia, en el norte de África y Madagascar, en Asia Central y Oriente Medio, en Pakistán y en el norte de la India.

Fue superior a lo normal en el centro de África, el norte de Sudamérica -en concreto la cuenca del Amazonas- y el norte de China.

“Los impactos del cambio climático se dejan sentir a menudo a través del agua con sequías más intensas y frecuentes, inundaciones más extremas, precipitaciones estacionales más erráticas y derretimiento acelerado de los glaciares. Todo ello tiene efectos en cascada sobre las economías, los ecosistemas y todos los aspectos de nuestra vida cotidiana”: Petteri Taalas.

“En general, las tendencias negativas son más fuertes que las positivas”, advirtió la OMM, agencia de las Naciones Unidas para el tiempo, el clima y el agua, con sede en esta ciudad suiza.

Recordó que “los cambios en los recursos hídricos de la criosfera afectan a la seguridad alimentaria, la salud humana, la integridad y el mantenimiento de los ecosistemas, con importantes repercusiones en el desarrollo económico y social”.

La criosfera, es decir, los glaciares, la capa de nieve, los casquetes de hielo polares y, cuando existe, el permafrost (capa de suelo permanentemente congelado), es la mayor reserva natural de agua dulce del mundo.

Sus cambios a veces provocan inundaciones fluviales y crecidas repentinas debido a los desbordamientos de los lagos glaciares.

Con el aumento de las temperaturas, la escorrentía anual de los glaciares suele aumentar al principio, hasta que se alcanza un punto de inflexión, a menudo llamado «pico de agua», a partir del cual la escorrentía disminuye.

Con los excesos de sequías e inundaciones, 3600 millones de los 8000 habitantes del planeta tienen un acceso inadecuado al agua al menos un mes al año, y se teme que esa cifra aumente a 5000 millones para 2050.

“Y, sin embargo, no se conocen suficientemente los cambios en la distribución, la cantidad y la calidad de los recursos de agua dulce”, observó Taalas.

El informe de la OMM “pretende colmar esa laguna de conocimientos y ofrecer una visión concisa de la disponibilidad de agua en distintas partes del mundo”, añadió.

La OMM aspira a que estos estudios sirvan de base para las inversiones de adaptación y mitigación del clima, así como para la campaña de las Naciones Unidas para proporcionar acceso universal en los próximos cinco años a las alertas tempranas de peligros como las inundaciones y las sequías.

Entre 2001 y 2018 “un asombroso 74 % de todos los desastres naturales estaban relacionados con el agua”, indicó ONU Agua, el mecanismo sobre la materia conformado por unas 20 agencias de las Naciones Unidas y entes asociados.

A-E//HM

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